Hace no tanto tiempo nombrar a Reflections era algo que estaba legítimamente ligado a la conducción de calidad gracias a su serie Driver. La franquicia, que nacía en 1998 con un fabuloso estreno en PlayStation, fue extendiendo su trayectoria con un total de cuatro nuevas entregas, cinco si contamos la destinada a PSP. Pero la forma en la que evolucionó la serie no acabo de cuajar, pasando de ser un referente en los juegos de conducción de derrape fácil a una especie de clon sin domesticar de Grand Theft Auto, lo que poco a poco fue acabando con el lustro de una serie que demostró con el anuncio de San Francisco en el E3 de 2010, que algo continuaba latiendo débilmente en algún rincón del corazón de los aficionados a la quema virtual de neumático que disfrutaron de las dos primeras entregas. Todas estas sensaciones se intensificaron cuando Ubisoft declaró oficialmente un regreso a los orígenes de la marca, dejando de lado paseítos y pistolas. ¿Pero puede funcionar la misma fórmula de conducción catorce años después, si además le añadimos elementos paranormales y el poder de la tele transportación al protagonista en un juego de conducción? Pues por raro que pueda sonar, si, funciona, y bastante bien.
A pocas semanas del lanzamiento de F1 2011, la fórmula adoptada por Codemasters continua levantando máxima expectación entre los seguidores de la categoría más rápida y vertiginosa de las competiciones mundiales de automovilismo, la Fórmula Uno, desarrollada en los estudios de Birmingham de Codemasters para Xbox 360, PlayStation 3 y Games for Windows.
Fuelcell Games se cuela en el catálogo veraniego especial de Xbox Live Arcade con Insanely Twisted Shadow Planet, un juego tan diferente como su nombre, gracias a un diseño muy particular y una generosidad en las mecánicas de exploración digna de mención.
Si nos fijamos al detalle en las palabras del equipo de Codemasters con respecto a Bodycount, rápidamente nos damos cuenta de lo ambicioso del proyecto, que pretende devolver la diversión a los FPS y redefinir el género de shooter en primera persona plasmando mucho más que un simple campo de batalla lleno de enemigos que derribar. Según apunta la desarrolladora, este título sumergirá a los jugadores en una verdadera orgía de balas y destrucción que girará completamente alrededor de estos proyectiles y su impacto en el mundo.
Muchos se empeñan en laurear la supuesta falta de creatividad de los nipones para hacer videojuegos, apostando que las extravagantes propuestas nacidas en el imperio del sol naciente sólo apelan a la audiencia local, mientras en occidente lejos de comprenderlos nos preguntamos en que se basan para sacar esas extrañas ideas. Pero la realidad es más fuerte que una constante campaña de desprestigio desmedido sobre las cabezas creativas de muchos de los responsables de la bonanza actual de la industria, tanto en número de producciones como en calidad y variedad de las mismas. Gran muestra de ello lo encontramos en Shadows of the Damned, la conjunción de las mentes más brillantes en la creación de videojuegos japoneses, Shinji Mikami, Suda 51 y Akira Yamaoka.