En este turbulento contexto se sumerge el Videojuego del Juego de Tronos, que ganando algo de velocidad tanto a la exitosa serie de televisión como a los libros, el estudio de desarrollo Cyanide Studios en combinación con HBO, sitúan al jugador en la guerra de los tronos que arrastra millones de seguidores por todo el mundo, con un RPG que demuestra que una decisión no es tan simple en un ámbito en el cual todas las acciones se miden y pueden desencadenar consecuencias fatales.

Se acerca el invierno

Uno de los grandes méritos de "Crónicas de Hielo y Fuego" fue la creación de un universo detallado y amplio, capaz de mantener al lector - espectador – inmerso en una compleja trama repleta de giros. Para los seguidores de la serie, la adaptación virtual de Juego de Tronos no solo se permite sorprendernos en base a su capacidad para explorar de primera mano bastante de este universo, además se permite el lujo de expandir la narrativa.

El título comienza presentando a dos nuevos personajes creados específicamente para el juego: Mors Westford, un soldado que combatió en la Gran Muralla por Robert Baratheon en su rebelión, incluso rebelándose contra su soberano. A causa de esta traición, fue condenado a llevar el negro para el resto de su vida - algo que le produce gran orgullo, convirtiéndose en uno de los guerreros de las frías tierras del norte; por el contrario, Alester Sarwyck, heredero de Riverspring, abandonó su ciudad de origen hace 15 años para exiliarse en Braavos, donde adora al dios del fuego, R'hllor. Mucho tiempo después, Sarwyck regresa a su patria con la intención de restaurar el orden, incluso si eso significa ir contra las creencias de todo un pueblo.

A pesar de estar tratando con personajes de cuño específico que nunca han aparecido en los libros, Alester y Mors suponen el punto culminante del videojuego de Juego de Tronos, pues aportan un nuevo punto de vista a la partitura política que se sucede en los Siete Reinos, indagando más profundamente de lo que ya lo han hecho otros medios, como una inteligente solución para enriquecer este, de por sí, basto universo. La prueba es la respuesta que se ofrece a algunas viejas cuestiones, que quedan explicadas claramente. El enfrentamiento entre los religiosos Alester y los creyentes en el Siete, así como algunas de las tradiciones de las ciudades libres son elementos inéditos que profundizan la experiencia de los que buscan algo más dentro de este juego de rol. Es evidente que esto afecta de forma notoria a la jugabilidad. Mors es un comerciante de pieles con el poder de introducirse en la mente de los animales, permitiéndole controlarlos durante un determinado periodo de tiempo. A pesar que todavía no se ha explicado en la serie, se puede tener un primer contacto con estas personas. Algo que refuerza la sensación de que la producción no se ha limitado a copiar lo que ha emitido HBO. No obstante algunos personajes de la serie mantienen los rostros y las voces originales de la serie. Del mismo modo, y regresando directamente a los libros como punto de partida a la hora de crear esta nueva trama, la conclusión es aplastante, tanto si eres un fiel seguidor de las crónicas, como si te limitas a seguir la serie de televisión, esta historia merece toda tu atención.   

Pero cualquier persona que no sea fan de la serie, necesitará otros incentivos a nivel jugable. Para ello contamos con elementos muy gratificantes, como el sistema de creación de personajes, una herramienta de personalización del aspecto tanto físico como psicológico del mismo, así como del estilo de lucha y sus lógicos atributos. Pero es el aspecto psicológico el que atrae la mayor parte de la atención, pues permite que el juego adopte determinados tintes clásicos dentro del género, donde se tenían que definir las ventajas y desventajas del héroe, aportando una vertiente más humana al jugador.

Para ir adelantando algo de materia, ya anticipamos que la faceta gráfica del juego deja bastante que desear, pero bueno, a un auténtico seguidor de la serie es posible que no le importen los gráficos, sobre todo si tiene una gran historia y un modo de juego divertido. Pero por desgracia el videojuego solo cumple con una de las dos premisas, pues la diversión es otro aspecto ausente en el Juego de Tronos. Por mucho que tengamos un gran ambiente, y un sistema de creación de personajes interesante y bien diseñado, tanto el sistema de combate como el de misiones no logran excitar en ningún momento la sensación de diversión o diversidad en las formas. No obstante, las decisiones morales también tienen un gran peso en la producción. Si en alguna ocasión te has preguntado cómo reaccionaría uno de los Siete Reinos ante un regente cruel, capaz de ejecutar a aquellos que cuestionen su autoridad o una persona íntegra que escuche las plegarias de su pueblo, hasta el aldeano más humilde, la respuesta la hallarás aquí, pues la elección es del jugador, así como sus consecuencias. Mientras tanto, las misiones y mecánicas de combate dejarán escapar gran parte de lo extraordinario de la producción con situaciones, como por ejemplo, en los combates contra grupos con numerosos enemigos; cuando estos utilizan los mismos patrones de movimiento de una manera sincronizada para atacar, creando una especie de patética y descorazonadora danza de animaciones robóticas.

Tronos feos

Si en su faceta argumental, el juego ofrece suficientes alicientes como para hacer novillos en el trabajo un viernes cualquiera, su nivel de diversión y la calidad gráfica que implementa son como un punzón clavado en el estómago del jugador. Por mucho que el argumento y el desenlace de la historia sean un auténtico placer, los gráficos son tan feos y simples que terminan por hacer perder mucho peso a la producción, quizás demasiado. Para colmo de males, no solo estamos ante un juego mal elaborado visualmente, incluso en los detalles estáticos de los escenarios se denotan texturas ridículas, que comparten cotas de calidad con modelados y animaciones que permiten extrañas constituciones tanto para el cuerpo humano como para los gestos, mínimamente naturales. Por otro lado, el apartado acústico y la banda sonora recogida de la serie de televisión cumplen sin estridencias. Para terminar, apuntar que el juego llega a nuestro país en inglés con textos de juego y pantalla en perfecto castellano.

Conclusiones

Con un universo tan rico, y una legión de seguidores dispuestos a demostrar en caja su amor por la serie, es una lástima que el videojuego del Juego de Tronos se haya desarrollado con unas cotas de calidad tan bajas a nivel técnico. Por mucho que los productores han logrado crear un ambiente interesante, una extensión inédita y una visión única de la serie para cada jugador a base de profundizar en puntos donde ni siquiera llegan los libros, el resto es absolutamente desechable. Que un juego necesita de una buena historia esta claro, pero no es menos cierto que para sostener un título se necesita algo más. Una verdadera lástima, ya que el potencial del juego es enorme y disponía de todos los alicientes para crear una entrega tan épica como los propios libros o la serie. Pero en última instancia estamos ante otra frustrante adaptación.

Juego de Tronos - Historia

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Carlos de Ayala