Las criaturas de bolsillo creadas por Satoshi Tajiri se convirtieron, durante la década de los noventa, en un inesperado fenómeno que marcó una generación en todo el mundo. La serie principal, que ha ido evolucionando como sus propias criaturas, no ha hecho más que conquistar todos los mercados posibles, ya sea en forma de cómics, películas de cine, series de televisión, cartas, merchandising, y un largo etcétera. Como marca, Pokémon ha sabido diferenciarse de la competencia, afincándose poco a poco en el mundo de los videojuegos y superando barreras, reinventándose en forma de nuevos capítulos pertenecientes a otros géneros, como juegos de cartas o el título que hoy nos ocupa: Pokémon Mundo Misterioso: Portales al Infinito.

Hemos hablado en más de una ocasión de lo versátil que resulta el mundo de los videojuegos a la hora de abrazar ideas de otras industrias. La música, el cine y la literatura han sido -y son- poderosos aliados a la hora de crear conceptos nuevos que, una vez llevados al mercado, pueden resultar convincentes o de lo contrario reafirmar la idea de que no todo vale en el mundo de los videojuegos.

‘Way of the Dogg’, el juego de palabras que da vida al título y pretende resumirlo en pocos términos, pertenece a este segundo grupo, convirtiéndose en una obra carente de personalidad e ideas que pretende lucir al rapero Snoop Dogg en un título a caballo entre las peleas callejeras y el ritmo. El proyecto sobre el papel tuvo potencial, pues no es la primera vez que se ha demostrado que las batallas rítmicas son divertidas, pero los chicos de Echo Peak -desarrolladores de la obra-, no han sabido trazar un plan de rutina adecuado, condenando al título al fracaso pese a la participación del rapero como una de las grandes figuras del desarrollo.

El Team Ninja busca la redención. Después de dos excelentes entregas de la franquicia ‘Ninja Gaiden’, el equipo liderado por Tomonobu Itagaki lanzó, sin su creador, una tercera entrega para las videoconsolas domésticas que muchos calificaron como el fin de Ryu Hayabusa, protagonista de la saga. Los cambios sufridos en el equipo, la ausencia de Itagaki y la mala praxis del estudio a la hora de trasladar la esencia del juego a la generación de la alta definición, hicieron del tercer capítulo un cúmulo de malas experiencias que pronto fue olvidado por sus fieles seguidores.

Con la salida de Wii U, el equipo decidió fijarse en el pasado para aprender de sus errores y lanzar, aprovechando el lanzamiento de la nueva sobremesa de Nintendo, una versión completamente remodelada del tercer episodio de Hayabusa. El resultado fue mejor que la entrega original, aunque sin llegar al nivel de anteriores entregas. Ahora, este mismo videojuego, llega a precio reducido para PlayStation 3 y Xbox 360, dispuesto a estrechar de nuevo la mano con el jugador dolido por la prematura muerte del ninja.

Los videojuegos de rol (RPG) vivieron una época dorada en décadas pasadas. Una época donde los desarrollos japoneses demostraban su eficacia extrema a la hora de transmitir historias de personajes con una personalidad tan fuerte que, unidas por un sistema de juego clásico, enamoraron al mercado europeo. Los tiempos han cambiado, y ahora los videojuegos de género nipón por excelencia viven sus momentos más duros, un símil que recuerda a otra especie olvidada: las aventuras gráficas. Por suerte para muchos, el género no ha desaparecido y todavía ofrece algún que otro desarrollo que despierta la esperanza de que algún día los combates por turnos y la estrategia vuelvan a la primera línea.

‘Army of Two’ se presentó en un momento de la industria donde los juegos de acción en tercera persona eran los productos más cotizados. Para evitar la sensación de déjà vu y desmarcarse de la competencia, la desarrolladora decidió darle una vuelta de tuerca presentando el primer título de acción cooperativa donde la estrategia fue parte de su mecanismo central, y el resultado, pese a no ser una obra maestra, dejó un buen sabor entre sus seguidores. Poco después apareció ‘The 40th Day’, secuela directa del título que aprendió de los errores del pasado, proporcionando nuevas tácticas ofensivas -y defensivas- para sobrevivir en escenarios donde nuestra única ayuda fue la ayuda mutua.

El mercado independiente ha demostrado ser un poderoso aliado en la presente generación. Gracias a los estudios más modestos y su cariño especial a la hora de lanzar títulos en formato digital, las plataformas de la actual generación han gozado de grandes lanzamientos brindando horas de entretenimiento frente a la televisión a los más dedicados de la industria. Títulos como 'Braid', 'Minecraft' o'The Cave' han sido posibles gracias a este mercado emergente, y el título que hoy nos ocupa no es una excepción, haciéndonos sentir en un mundo desconocido donde sólo podremos hacer uso de nuestro entorno para sobrevivir. El concepto no es desconocido, sobre todo para los amantes de uno de los proyectos más famosos de los últimos tiempos: 'Minecraft'.

Capcom ha encontrado un nuevo filón con el que contentar a su público más exigente con una franquicia que hasta hace pocos años pasaba desapercibida por nuestro territorio. Desde el lanzamiento de ‘Monster Hunter’ en PlayStation 2 hace casi una década, la serie no ha hecho más que crecer hacia todos sus extremos ofreciendo experiencias de juego tan densas y adictivas que han llevado al título al nivel de vende consolas, similar a lo que ocurre con cualquier nueva entrega de ‘Pokémon’ en portátil. La propuesta de Capcom, pese a no contar con la popularidad de Pikachu y compañía, mostró sus cartas con una potente campaña publicitaria para la versión de Wii que dio a conocer al público menos dedicado un mundo de aventuras de lo más divertido a la par que exigente, y rápidamente se alzó como uno de los  mejores títulos de la sobremesa. Tres años después, y con una cuarta parte que todavía se está gestando en el estudio japonés, nos llega una remasterización de la versión de Wii, tanto para su sucesora como para la portátil tridimensional de la multinacional.

Un país dividido en tres facciones, China entera por unificar y mil batallas que librar son algunos de los ingredientes que presenta Koei en su última entrega de Dynasty Warriors, que llega bajo el subtítulo Empires para ofrecer una visión más estratégica de una de las series más emblemáticas y queridas -sobre todo por el público oriental- del género hack and slash. En territorio occidental la cosa cambia, con entregas cada vez frecuentes que no hacen más que confundir al jugador entre títulos, subgéneros, expansiones y contenido descargable, donde no se sabe con certeza cuales son las novedades, qué tipo de elementos distintivos tiene cada entrega o si, en realidad, vale la pena adquirir esta versión a sabiendas que la octava parte numerada está a punto de salir en territorio japonés.

La evolución de la tecnología parece no tener fin. Si hace una década los más acérrimos al sector quedaban sorprendidos por los ordenadores portátiles, hoy en día es casi inimaginable que una persona de mediana edad no tenga en su bolsillo un smartphone con, irónicamente, más potencia que un ordenador de sobremesa estándar. Esta revolución tecnológica no está exenta de peligros, y muchos son ya los que se han bajado del carro de la cultura de la red, donde nuestra información más personal se vende a anunciantes para ofrecernos productos acordes con nuestros intereses. De la misma manera, las corporaciones inventan y reinventan productos para contentar a las masas, que ven como cada cierto tiempo aparece un nuevo gadget o dispositivo con el que compartir información con nuestros amigos, realizar tareas de una manera más cómoda, etcétera.

El lanzamiento de 'Dead Space' supuso para muchos una sorpresa dentro de un género tan maltratado y olvidado como el survival horror, donde el agobio, el terror y lo desconocido son una constante dentro de la partida. Ambientado en un futuro donde la tecnología ha llevado a la humanidad a buscar recursos en otros planetas fuera de nuestro sistema solar, la serie introdujo de nuevo al mercado la angustia que se perdió en series tan emblemáticas como 'Resident Evil' o 'Silent Hill'. Los pocos recursos y la escasa munición que ofrecieron el título original acompañaron una atmósfera de agobio que muchos tildaron de excelente, puesto que se unieron de manera brillante conceptos como ciencia ficción, miedo y entretenimiento digital.