Independientemente de lo esperado, la obra no nos presenta como Snoop Dogg, sino como America Jones, un pandillero que comienza a pelear en las calles y ve como su querida novia es asesinada por un desconocido, comenzando un periplo en busca del culpable y así saciar la sed de venganza del protagonista. La oscura senda de las calles llevará a Jones a conocer al maestro Dogg, que no dudará en ofrecer consejos y reflexiones para calmar la ira del protagonista con sabias palabras, para, una escena después, aceptarlo como miembro de su orden.

El guión firmado para la ocasión no es ninguna delicia, sobre todo si lo comparamos con otros títulos descargables que intentan hacerse notar en una industria cada vez más saturada. De hecho, es curioso ver como después de las primeras escenas, nos invade una extraña sensación de déjà vu, pues la temática ha sido tocada en incontables ocasiones y con mucho más mimo y seriedad.

Así pues, la obra comenzará con un breve tutorial que nos enseñará el mecanismo principal de la aventura y así llenar de golpes al rival. En esencia, ‘Way of the Dogg’ sigue la estela de títulos como ‘Space Channel 5’ -de Sega- o ‘Elite Beat Agents’ -aparecido en Nintendo DS-, siendo nuestro principal objetivo pulsar la configuración de botones correcta en el momento preciso. Si logramos seguir el ritmo y hacerlo correctamente, Jones golpeará al rival duramente; si de lo contrario fallamos algunos patrones, será el enemigo quien tome la ventaja. La culminación de los combates llega con otro sencillo evento, que nos obligará a realizar una combinación sin guía de ritmo y así hacer estragos en la barra de salud del contrincante. Y así sucesivamente hasta terminar la aventura.

Y es que, la idea de desarrollar un título de peleas diferente es atractiva, e incluso inspiradora, pero ‘Way of the Dogg’ no conecta con el jugador en ningún momento, convirtiéndose en una mecánica aburrida y sosa. Además, la sucesión de golpes se ve mermada por la enorme interfaz y ritmo de juego, que nos impide ver con claridad nuestros movimientos, suponemos que también para evitar ver los errores de físicas y animaciones ortopédicas, que irán descubriéndose poco a poco a medida que juguemos varios enfrentamientos.

Otro de los problemas del videojuego es su dificultad, siendo un título exageradamente fácil en sus inicios y complicándose un poco más en el ecuador de la obra, sobre todo para los seguidores del género musical que han sabido apreciar la dificultad de obras como Rock Band o Guitar Hero, cuya curva de dificultad era lo suficientemente gradual como para darle al jugador una eficaz sensación de mejora.

A esto se le suma un apartado técnico bastante limitado, con un diseño de niveles carente de detalles y que no sorprenden en absoluto y un diseño de personajes que se mueven de manera ortopédica y sin gracia. Para colmo, si nos fijamos en las batallas, veremos con extrema atención que los movimientos se repiten una y otra vez, con colisiones de dudosa procedencia y saltos imposibles. Eso sí, las ilustraciones que acompañan los cortes del guión cuentan con un acabado notable, con una estética de cómic que cuaja muy bien en un título de esta envergadura.

Sin embargo, lo mejor del título es, como no podía ser de otra manera, su apartado sonoro, aunque éste no llegue a cotas vistas por otros exponentes del género. El ritmo está muy bien llevado durante la aventura, aunque las melodías pueden resultar repetitivas si no somos demasiado seguidores del hip hop y de Snoop Dogg en general. Las voces de los personajes caracterizan perfectamente a los personajes, contando con la voz y apariencia real de Dogg para interpretar a su alter ego maestro.

Además del modo historia, cuya duración no se extiende por más de dos horas, Way of the Dogg se complementa con modalidades competitivas multijugador en la misma consola, peleando al ritmo de la música con un amigo. También se han incluido una serie de retos poco inspirados, que nos llevarán de nuevo a las batallas disputadas en el modo historia con ligeras variaciones para hacer un poco más complicados los combos. Nada destacable.

En definitiva, ‘Way of the Dogg’ es un claro ejemplo de que únicamente con buenas intenciones y un reclamo de peso, como es el papel de Snoop Dogg en el videojuego, no es suficiente para crear una obra digna de esta generación. La desarrolladora no ha conseguido que su creación despunte en ninguna de sus vertientes, ni durante los combates, ni con la jugabilidad propuesta para seguir el ritmo de la música. De hecho, el único aliciente que puede encontrar un jugador en Way of the Dogg es la presencia, voz y música del rapero, y eso únicamente será valorado por sus seguidores -que no es poco-, dejando al jugador medio fuera de la ecuación.

Way of the Dogg - Release Trailer

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Victor Moyano