La recepción del segundo título no fue la esperada, quizá por la acumulación de títulos del mismo corte, lo que supuso una decepción para Electronic Arts, la editora de la franquicia. Probablemente fue la escasa recepción del mercado el motivo por el cual la editora ha decidido centrar sus esfuerzos en otros títulos, dejando el desarrollo de esta tercera entrega en manos de un estudio externo, Visceral Games, que ha decidido prescindir de lo que hizo despuntar al original para convertirlo, fugazmente, en otro videojuego de acción en tercera persona con algunos detalles que le dan personalidad.
Así pues, vuelve la armada formada por dos hombres, aunque ésta vez no serán Salem y Rios los encargados de dar caza a los enemigos, sino que formaremos equipo con dos hombres que responden al nombre de Alpha y Bravo, nombres tácticos ideales para una historia genérica que nos pondrá en terreno mejicano para dar caza a los cárteles de la droga, o lo que es lo mismo, organizaciones criminales que mueven sustancias ilegales y armamento entre gente de dudosa moralidad. Los saltos temporales, las apariciones estelares de Rios y Salem definiendo a los nuevos protagonistas como novatos y los momentos donde todo parece perdido son constantes, y ayudan a mantener el equilibrio entre jugabilidad y trama, además de esbozar alguna sonrisa si el jugador siente empatía hacia los personajes veteranos. Lamentablemente, el guión no es suficiente para mantenernos en vilo, pero adelantamos que la jugabilidad se ha potenciado hacia una dirección en la que podemos olvidarnos directamente del contexto.
Comenzaremos el videojuego entrando en la organización TWO, que utiliza milicia para limpiar las zonas más corruptas del planeta utilizando entrenamientos como los vistos en cualquier título de acción conocido. Utilizar las coberturas, flanquear al enemigo y hacer de cebo mientras nuestro compañero se encarga del trabajo sucio son acciones que se repetirán una y otra vez a lo largo de la aventura. En un principio, el juego promete forzar el mecanismo de la cooperación hasta límites nunca vistos, aunque por desgracia el título cae en la monotonía a medida que vamos avanzando de misión en misión.
‘Army of Two: The Devil’s Cartel’ podría definirse como un título de acción más, salvo por la premisa del compañerismo. De hecho, jugar en solitario es bastante aburrido, sobre todo teniendo en cuenta que la obra es bastante permisiva y fácil en sus niveles principales, cambiando un poco la frecuencia de disparo de los enemigos en su modo más difícil. Lamentablemente la inteligencia artificial de los enemigos se limita a cubrirse y disparar de vez en cuando, con algún que otro enemigo lanzándose frente a nosotros con un arma blanca para rebanarnos el cuello, que podremos interceptar con nuestras armas de fuego o utilizando el combate cuerpo a cuerpo automático que presenta la obra: pulsando un botón veremos como derribamos a un enemigo sin apenas despeinarnos.
Por otra parte contaremos con dos interesantes visiones que aportan un poco de variedad a las partidas: la visión TWO y el modo overkill, siendo indispensables en algunos momentos puntuales de la aventura y sobre todo en el nivel más difícil del juego. La visión TWO nos permite ver movimientos tácticos que podemos obviar en un momento determinado, mientras que el modo overkill nos dará vía libre para enfrentarnos directamente a todos nuestros enemigos, potenciando nuestro armamento -tendremos munición infinita e invulnerabilidad durante unos segundos- y haciendo que nuestras balas destrocen todo a su paso. Ambos medidores los iremos rellenando a medida que vayamos derribando enemigos, por lo que será fácil tenerlos listos a media partida.
Como decíamos, la obra se ha simplificado para dejar atrás momentos cumbre donde el compañerismo era la única salida, dando paso a una sucesión de niveles en los que tendremos que derribar a una cantidad de enemigos determinada, tomar un camino u otro y poco más. No hablamos de un título malo, pero sí es cierto que ha llegado en un momento donde la saturación del mercado hace que el consumidor mire con ojos escépticos los productos de corte similar, y, aunque ‘Army of Two’ tiene buenas intenciones, falla en su ejecución.
Sin embargo, no todo se ha simplificado en esta nueva entrega de la serie. Las armas, trajes y máscaras se han profundizado notablemente, y encontraremos un abanico lo suficientemente amplio como para personalizar a nuestro personaje a nuestro gusto. Contaremos con tres armas: principal, secundaria y pistola, y podremos escoger entre armas de metralla rápida, de largo y corto alcance, etcétera. A partir de aquí, nosotros seremos los encargados de modificar cada parte del arma para hacerla más a nuestro gusto, sacrificando algunas particularidades para potenciar la potencia de tiro, la frecuencia, el cargador, etcétera.
Lo mismo ocurre con las máscaras y atuendos, que irán desbloqueándose a medida que vayamos adquiriendo nuevos rangos en la agencia, o lo que es lo mismo, superando fases y ganando puntuación. Cabe destacar que el juego emplea un sistema de puntos basado en nuestra innovación a la hora de aniquilar los enemigos, premiando las muertes cooperativas utilizando cebos, flanqueando los enemigos o empleando elementos del escenario. Si por el contrario preferimos ir sobre seguro, disparando sin más, cerraremos el nivel con una puntuación ridícula y no desbloquearemos apenas contenido, además de convertir el videojuego en un paseo monótono y aburrido.
La mejor parte del título, como es lógico, es su vertiente cooperativa. Podremos disputar partidas tanto con un amigo por Internet como a pantalla partida en una misma videoconsola, detalle que se agradece, pues los últimos títulos del mismo corte han prescindido de esta característica que se ha demostrado que funciona a la perfección.
En la parte técnica, ‘Army of Two: Devil’s Cartel’ cumple sin más, limitándose a ofrecer unos gráficos correctos que no desentonan en absoluto pero que no aportan nada nuevo al género. Lo más relevante y puntero es ver cómo destrozamos el entorno cuando accionamos el modo overkill, pese a que títulos como ‘Battlefield 3’ disponen también de esta tecnología y la utilizan francamente mejor. La música, por su parte, cuenta con una buena mezcla de piezas que acompañan a la aventura sin problema, aunque tampoco goza de partituras que recordemos una vez hayamos quitado la obra. El doblaje al español, por suerte, cuenta con algunos actores de doblaje de renombre que le dan personalidad a los personajes y ambientan la trama a la perfección.
En definitiva, ‘Army of Two: Devil’s Cartel’ cierra una trilogía notable de títulos donde la acción cooperativa está por encima de cualquier otro apartado. Como es lógico, si jugamos en compañía nos encontraremos con un título bastante divertido que, pese a sus limitaciones, entretiene sin más pretensiones que mantenernos pegados a la pantalla durante un buen rato. Por desgracia, una vez finiquitada la campaña será fácil olvidar el videojuego, pues su sistema online no se ha profundizado tanto como para que la comunidad deje a un lado sus títulos online para dedicarle más tiempo al legado de Salem y Rios.