Según Fils-Aimé, la decisión provino de la división japonesa de Nintendo y prueba el tipo de “pensamiento aislado” que mantenía la compañía en aquel momento. “Trabajaba como vicepresidente de ventas y estaba planificando una campaña de Black Friday para agotar las existencias de Game Boy Advance a medida que el centro de nuestro interés cambiaba a Nintendo DS.” Fils-Aimé dice que la existencia del modelo Micro lo cogió completamente desprevenido, ya que la división norteamericana de Nintendo solo fue informada del proyecto cuando sus planes para la última gran promoción de GBA ya estaban en marcha. “Desde mi perspectiva, el concepto de Game Boy Micro fue algo que ni siquiera debería haber comenzado”, afirma el ejecutivo en su libro.
Crítico de GBA Micro
“El hardware era excepcionalmente pequeño. No solo los controles eran difíciles de manejar para cualquier adulto de tamaño razonable, sino que la pantalla también era pequeña. Esto iba en contra de las tendencias de la electrónica de consumo de hacer pantallas más grandes” Reggie descubre que mantuvo conversaciones intensas con otros ejecutivos de Nintendo. Según él, la compañía nunca debió llevar GBA Micro a occidente, ya que supuso una distracción de su estrategia, en ese momento centrada en Nintendo DS.
“La lección: la dirección de la empresa necesitaba una comunicación constante sobre nuestras prioridades. Como presidente, mi solución fue instituir reuniones semanales con los líderes ejecutivos para revisar mis principales prioridades y nuestro progreso en cada una de ellas”, explica. Según parece, la decisión no fue bien recibida al principio, aunque más adelante esta sincronización de intereses repercutió en forma de grandes beneficios para el fabricante, permitiéndole definir sus planes y prioridades de manera más clara y objetiva.