En plena forma
SNES, lanzada originalmente en 1990, es una de las consolas más queridas de la historia, pero sus años no le han vuelto más lenta, todo lo contrario. Los usuarios están experimentando algo curioso cuando encienden sus unidades después de décadas de uso. Según un investigador que ha estado analizando las consolas, la frecuencia de la APU, que originalmente operaba a 32,000 Hz, ha aumentado hasta alcanzar 32,182 Hz. Esto se debe a una alteración en el resonador cerámico del coprocesador SPC700, que está presente en el corazón de la bestia.
De acuerdo con el estudio, este cambio no se debe a un esfuerzo de los usuarios ni a una actualización deliberada, sino que es un resultado de las condiciones ambientales y el envejecimiento de los materiales de la consola. En realidad, el cambio se produce debido al paso del tiempo y la acumulación de calor, elementos que afectan de manera natural a los componentes electrónicos internos de la consola. Aunque este aumento en la frecuencia de la APU es de apenas unos pocos Hz, representa un fenómeno curioso.
El efecto de este aumento de frecuencia, de menos del 1% puede afectar la reproducción de audio y tener implicaciones en la forma en que se ejecutan ciertos juegos. En la mayoría de los casos, estas ligeras variaciones no producen un impacto significativo en el rendimiento general de la consola. Sin embargo, el incremento en la frecuencia puede alterar los tiempos de carga en los niveles de ciertos juegos, un detalle que podría ser relevante para los “speedrunners”, especialistas que basan sus logros en el cronometraje preciso para lograr marcas que requieren precisión milimétrica. Esta variación puede modificar los tiempos y comprometer la validación de nuevos récords.
Con tan solo un pequeño cambio
Este hallazgo, no obstante, ha generado gran curiosidad dentro de la comunidad de jugadores y expertos en hardware, que ya están explorando más a fondo cómo el envejecimiento de los componentes electrónicos de las consolas puede influir en su rendimiento a lo largo del tiempo. También pone de relieve lo fascinante que puede ser el paso del tiempo para la tecnología de consumo. Aunque el cambio es sutil, demuestra cómo la ciencia puede encontrar recursos ocultos en máquinas más antiguas y cómo incluso un pequeño incremento en la frecuencia de una consola de videojuegos, puede levantar el interés de la comunidad y convertirse en parte de la rica historia de las consolas clásicas.