El juego por una parte es una aventura fascinante y emocionante, pero también un pelotón de fusilamiento donde la angustia no cesa y el sonido del gatillo parece no terminar de sonar para dar por terminada la pesadilla. Para ello, nos metemos en la piel de una inexperta Lara de diecinueve años de edad, quien después de naufragar en una isla deshabitada y hostil se encuentra en una posición en la que parece no estar tan cómoda como en series anteriores: el papel de los indefensos, de los supervivientes. Con sus amigos secuestrados por unos misteriosos enemigos en un entorno salvaje, la joven se enfrentará a una enorme cantidad de retos y sacrificios, sin básicamente ninguna de las herramientas necesarias, ni la templanza para dominar la situación. Crystal Dynamics presenta de este modo la reinvención de una de las heroínas contemporáneas más respetadas. La evolución de una insegura e inexperta muchacha hasta convertirse en una valiente y calculadora ladrona de tumbas.
Indefensa, sola y herida
Durante la mayor parte del juego Lara estará sola y herida, lo que la obligará a aprender poco a poco técnicas rudimentarias de supervivencia. Un arco improvisado le permite cazar animales para mantener a raya el hambre, sus habilidades de salto y de elegante escalada, la permiten ascender hasta tejados, picos y rocas con gran sencillez, demostrando unas habilidades físicas portentosas. No obstante, los primeros momentos de la odisea serán extremadamente duros para el personaje. Lara mata entre sollozos a su primer animal con la fortaleza mental que otorga el sentido de la supervivencia, pero algo más tarde, se tendrá que enfrentar a un enemigo mayor. Una vez quita la primera vida humana, rompe a llorar. Está claro que esto es algo nuevo y aterrador para ella, y durante la primera hora del juego se muestran algunos retazos de cómo surgió la heroína desde el prisma de una niña débil e indefensa. La transición es tan marcada, que después de su primer asesinato ya es capaz de comportarse como el mayor de los salvajes, sacrificando enemigos que ruegan a sus pies con la mayor naturalidad, haciendo penetrar certeras flechas envueltas en llamas en los cráneos y los cuellos de quiénes se interpongan, o desperdigando trozos de enemigo por todo el escenario a golpe de explosivo. Pero la supervivencia lo requiere, cuando un grupo armado hasta los dientes, una comunidad desequilibrada de sectarios y todas las leyendas de una isla misteriosa juegan en tu contra, la situación demanda todo lo que Lara pueda ofrecer, llevándola incluso hasta más allá de la extenuación.
La historia nos cuenta como una joven arqueóloga sin experiencia de campo acompaña a un grupo de expertos a bordo de un navío. El destino es un misterioso emplazamiento descubierto por ella misma. Allí buscarán tesoros y secretos de una civilización perdida: El reino perdido de Yamatai, un lugar mágico donde según cuentan las leyendas, la reina Himikocontrolaba el poder del sol y el viento, siendo capaz de desencadenar extrañas tempestades que destruyen todos los medios de transporte que se aproximan a sus dominios. Como ordena la lógica, el barco de Lara quedará destruido por uno de estos furiosos fenómenos atmosféricos. Desde este momento, la joven arqueóloga se queda sola y desprotegida en la isla a merced de los animales y los habitantes de la isla, adoradores de la diosa.
Aprendiendo a sobrevivir
Si hay un concepto claro en 'Tomb Raider' este es la supervivencia. El juego esencialmente se basa en la voluntad de Lara de sobrevivir, de continuar. Durante gran parte del juego, la joven se ve expuesta a cantidad de elementos poco agradables. En un momento puede estar rodeada de cadáveres en cuevas que desprenden gases letales, atrapada en una trampa para osos o a remojo en un lago de vísceras mientras camina completamente cubierta de sangre. Lógicamente esto es un videojuego, pero en ocasiones puede resultar algo exagerado y la caracterización inicial de Lara como un ser humano real, en ocasiones pierde algunos de los elementos que se exponen inicialmente. No obstante, esta nueva Lara es, de hecho, mucho más humana gracias al enorme trabajo de la actriz Camilla Luddington, que ha realizado un enorme esfuerzo para obtener un resultado inusualmente sólido tanto con la voz en su versión original, como con los movimientos de la popular aventurera. Se pueden aplicar los mismos términos, aunque en menor medida dado el tamaño de los personajes, al elenco de secundarios que nos acompañan en esta aventura. Entre ellos podemos encontrar a Nerd un brillante científico, un enorme pero poco útil samoano, una mujer gruñona de mediana edad y una joven totalmente indefensa y amiga de Lara, que de inmediato asume el papel de víctima y cebo. Como se puede comprobar los estereotipos se ajusta con firmeza a lo estipulado, y no es sorprendente, porque solo Lara tiene algo que aportar.
Acción desenfrenada sin un momento de paz
El ritmo de historia y el argumento adoptan un tono muy ágil. Durante la campaña, de unas doce horas de duración, no suele haber un momento de tranquilidad o una escena que se sitúe fuera de guión. Siempre hay una justificación para hacer algo, una meta que cruzar, un enemigo para luchar, o un camino que recorrer, y esa es la pauta que determina dónde y cómo acabará todo en la misteriosa pero masificada isla. Porque aquí el problema no es averiguar que traman tantos hombres y porque dan sus vidas sin importarles el mañana, se lucha únicamente por escapar, por salir de este pedazo de tierra maldito plagado de enemigos y peligros naturales que acechan por todas partes. Tormentas, edificios en ruinas que se derrumban, heladas, animales salvajes, la isla es una trampa tan mortal como bella y evocadora. Grandes áreas de terreno se revelan ante los ojos del jugador con unos escenarios más propios de una expedición de montaña, que permite ver los valles con naturalidad orgánica. Al descubrir un área nueva se despierta en el jugador una sensación de asombro derivada de la belleza de los escenarios que solo termina para dar paso a una más intensa cuando Lara se adentra en un nuevo territorio. Pero en su viaje alrededor de la isla nada es seguro. Todo lo que pisemos o toquemos puede causar una reacción en cadena de acción y destrucción constante, como por ejemplo controlar la dirección de un paracaídas a través de un denso bosque desde los restos de un avión estrellado a el que hemos caído desde un edificio que se derrumba en llamas sobre el punto más alto de una montaña. Como resultado, el juego tiene un montón de momentos épicos de los que cortan la respiración.
Pero Lara aprende, y rápido, ya que al realizar determinadas acciones, como matar y registrar enemigos, buscar restos de material, y demás, aumentará su experiencia y obtendrá puntos de destreza que podrá gastar para mejorar habilidades en algunas áreas como supervivencia, caza y lucha. Para aplicar estas mejoras debemos encontrar un lugar donde poder tomar algo de aire. Estas áreas, marcadas por un pequeño fuego de campamento nos abrirán un menú donde el jugador puede elegir en qué gastar los puntos, modificar o mejorar las armas y viajar automáticamente entre ciertos campamentos.
Mucho espacio para la exploración
Paralela a la campaña también tenemos un buen número de desafíos importantes, con la posibilidad de participar en eventos especiales llamados tumbas, las cuales podremos explorar en la búsqueda de un tesoro escondido en las peligrosas criptas. Aunque 'Tomb Raider' no es en absoluto un juego de mundo abierto, cuenta con un número de áreas clave distribuidas por todos los escenarios para ofrecer gran variedad de contenido extra y posibilidades de exploración para los más curiosos. El hecho de explorar libremente gran parte de la isla como uno estime oportuno, coge mucho cuerpo a merced del uso del sistema de teletransporte. De manera que se puede volver a las diversas partes de la isla después de finalizarlas. Esta mecánica es especialmente útil cuando el jugador estime oportuno la búsqueda de todos los secretos del juego, ya que según avanza en su aventura, Lara tiene acceso a las herramientas necesarias para avanzar en las rutas hacia tesoros escondidos, antes inaccesibles por la falta de herramientas en un punto determinado, como por ejemplo el empleo de una escopeta para disparar contra barricadas caseras que impiden el acceso a una habitación, una cuerda para atar a las flechas y así interactuar con algunos elementos del entorno, o como crear nuevas oportunidades para escalar y abrir localizaciones ocultas.
Aunque las penalidades y la ausencia de medicamentos, herramientas y auxilio sea una constante en el juego, curiosamente se obtiene una equilibrada y respetable selección de armas para elegir. Dejamos a un lado las características pistolas a dos manos del pasado y nos adentramos en un mundo más rudimentario con un arco, un viejo fusil, una pistola, y una escopeta que se podrán ir mejorando a lo largo de la campaña mediante la búsqueda de los diferentes elementos que conforman la pieza a añadir, todo muy enfocado a la exploración como veremos más adelante. Por otro lado, el equilibrio lo pone la mala gestión que realiza el daño producido en los enemigos, pues da lo mismo si se dispara con flechas, rifles o lanzagranadas, el resultado suele ser el mismo. Y no es que el desafío que suponen las secuencias de acción sea especialmente alto, más bien que los enemigos son tan agresivos como estúpidos. Y como colofón, el grueso de los tiroteos se soluciona recurriendo a la revelación divina o al arte de la magia cuando terminas con todos los enemigos y el camino simplemente aparece. No obstante, cuando todo lo demás falla Lara siempre puede recurrir a los ataques cuerpo a cuerpo con su piolet, a través de una técnica que se va depurando hasta convertirla en una autentica asesina con el pequeño pico de escalada, incluso en este caso los desarrolladores han hecho un trabajo bastante bueno con las animaciones, realmente inspiradoras. No obstante, la promesa de un planteamiento táctico enfocado a la infiltración se convierte en realidad al poco de comenzar el juego, ya que nuestra protagonista se podrá colar entre los guardias enemigos y golpear en silencio sin ser descubierta. Cuando el juego es participe de este sigilo, todo funciona muy bien, sin embargo, es raro encontrar enemigos en posiciones idóneas para ejecutar estos letales movimientos, ya que suelen estar muy bien situados, y en caso de error, el juego desarrolla procesos controlados con frenéticos tiroteos contra una decena de enemigos muy feroces y envalentonados. Aunque el sistema de combate es fluido, el juego no se separa de su identidad y durante mucho tiempo tendremos a Lara corriendo y saltando de un saliente a otro, investigando oscuras cavernas y escalando vertiginosos acantilados.
Otra maravilla gráfica de final de generación
Otro de los aspectos que destacan de 'Tomb Raider' es su facera gráfica. Los efectos de luz, los detalles de los escenarios y los modelados son capaces de hacer sentir al jugador la sensación de estar realmente visitando una ruta por la que nadie ha pisado durante millones de años, o visitando un milenario monasterio en la cima de una montaña. La ambientación en todo caso es excepcional, un soberbio ejercicio para detallar cada rincón e incluir miles de cadáveres y elementos que descansan en la isla, y que abarcan desde olvidadas dinastías hasta tropas francesas de la segunda guerra mundial, sin olvidarnos de los marineros españoles y portugueses del siglo XVII. Otro detalle a tener en cuenta es la degradación de la ropa de Lara, víctima y testigo mudo de la odisea de la joven, que verá como su ropa se rasga, se ensucia y se moja, al igual que su propia piel, la cual irá dejando testimonio de los golpes que va encajando el personaje. A todo esto hay que sumar un doblaje sobresaliente para la edición española, con voces perfectamente reconocibles de cine y televisión, que han sabido dar con el punto idóneo en prácticamente todos los personajes, liderados por una sobresaliente interpretación para Lara en castellano.
Además de la campaña, Tomb Raider añade algunas horas más a la experiencia gracias a los modos multijugador. En estos el jugador puede adoptar el rol de uno de los muchos personajes del juego en enfrentamientos armados contra otros jugadores de todo el planeta. Aunque no son especialmente interesantes o novedosos, cumplen con su cometido de entretener una buena cantidad de horas mediante cuatro modos de juego diferentes para un máximo de ocho jugadores en red. Por otro lado, las opciones de rejugabilidad son altas y los estímulos para regresar a la isla de Yamatai tras terminar la campaña son lo suficientemente interesantes como para dar una segunda vuelta.
Conclusiones
A Tomb Raider le hacía falta un lavado de cara, y este reinicio es un buen ejemplo del potencial de un personaje correctamente adaptado a los tiempos que le corresponden. La primera odisea de Lara, la última para nosotros, es una aventura dinámica y llena de acción con un personaje que evoluciona ante los ojos del jugador a través de una serie de momentos épicos que consiguen disparar la adrenalina con la fuerza de un geiser. Sin dejar de lado la acción, y en contrapartida, la gran cantidad de enemigos en los tiroteos son innecesarios, toleran demasiado los errores y son bastante predecibles. No obstante en Crystal Dynamics se las han arreglado para definir un nuevo estilo a Lara, que siempre ha sido, y según parece, seguirá siendo el núcleo de la franquicia. Además lo hace con estilo y solvencia gracias a un nivel gráfico sobresaliente, una buena historia, y una gran ambientación. El sistema de combate y los elementos de exploración siguen siendo especialmente importantes en la jugabilidad, con un buen número de actividades paralelas y modos en red que amplían las posibilidades del título.
Tomb Raider - Reborn
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Elric Ruiz