En el episodio anterior, los jugadores conocieron el Ministerio de la Pureza, una organización que buscaba devolver la paz y el orden a una Cantha en guerra. El Ministerio comenzó su cruzada pretendiendo purgar la tierra de los Apestados —monstruos liberados durante los sucesos que acontecieron en Guild Wars Factions—. El Ministerio consiguió el apoyo del pueblo bajo la creencia de que Cantha era una tierra que no necesitaba héroes; solo la gente con la fuerza y la voluntad necesaria para defenderse a sí mismos. Desde estos comienzos, el Ministerio creció y ganó influencia mientras los Apestados eran eliminados de las tierras. La gente, desilusionada con el emperador de Cantha por su incapacidad para protegerles, se volvió hacia el Ministerio como fuente de esperanza.

Cuando los jugadores acabaron con los últimos Apestados, el Ministerio de la Pureza pronto puso sus miras en el próximo objetivo: las bandas de Kaineng, la Hermandad de Jade y los Am Fah. Las bandas han sido una amenaza que ha existido entre los canthianos durante largo tiempo, dado que el imperio no es lo bastante fuerte como para pararles. Los Am Fah y la Hermandad de Jade siempre han estado en guerra entre ellos y su lucha les impide ser una amenaza directa contra el imperio. Los tres han mantenido un tenso equilibrio de poder entre ellos, pero este equilibro amenaza con explotar en cualquier momento. Bajo el liderazgo del Ministro Reiko, el Ministerio de la Pureza ha declarado que el reino de terror de las bandas debe terminar como sea.

En este segundo episodio de los tres que forman “Vientos de cambio”, el conflicto entre el Ministerio de Pureza y las bandas se intensifica. La Hermandad de Jade y los Am Fah se ven obligados a retroceder y recurrir a desesperadas y destructivas medidas para contraatacar. Los motivos del Ministerio de la Pureza se vuelven un tanto sospechosos con la llegada de un Asesino que comparte lazos históricos con el liderazgo del Ministro. Los jugadores se verán atrapados en medio de esta lucha mientras las lealtades cambian y las tensiones afloran.