En el mismo comunicado, al tiempo que reafirma su intención de mantener suspendida la venta de productos y suscripciones, la empresa anticipa que cumplirá todas sus obligaciones contractuales con los consumidores. El fin de las operaciones en Rusia, además de propiciar la pérdida de los empleos en Microsoft, también debería tener un fuerte impacto negativo en sus empresas asociadas sobre el terreno. No está claro cuántas personas emplea la corporación en el país, ni cómo será la pequeña estructura que seguramente mantendrán en la región.
Microsoft no es la única gran corporación de origen norteamericano que cierra sus operaciones en el país. Además de grandes nombres de la tecnología, cadenas de restaurantes como McDonald 's han decidido abandonar la región como protesta por la invasión. La lista se amplía con muchas otras compañías como Apple, Nike, IBM, AMD, NVIDIA y TSMC, entre otras, que se suman a la condena por la incursión bélica al país vecino.
Como respuesta tanto a la espantada de las tecnológicas, como a las sanciones, las autoridades del país están flexibilizando las leyes locales para permitir las actividades del llamado "mercado gris", que comercializa productos de empresas que no operan oficialmente en el territorio. No obstante, recientemente, el gobierno de Taiwán también decidió restringir la venta de CPUs a Rusia y, como resultado, ahora los dispositivos que lleguen al país solo pueden tener relojes por debajo de los 25 MHz y un rendimiento cercano a los 5 GFLOPS (menos que una PS2).
La sanción proviene del Ministerio de Asuntos Económicos de Taiwán, que ha publicado una lista de artículos prohibidos para la exportación a Rusia y Bielorrusia. Se trata de artículos enmarcados en las categorías 3 a 9 del Acuerdo de Wassenaar sobre controles de exportación de armas convencionales, bienes y tecnologías de doble uso, en el que participan 42 países, en su mayoría de América y Europa. Entre estas categorías se incluye la electrónica, informática, telecomunicaciones, seguridad de la información, sensores y láseres, navegación y aviación, marina, propulsión aérea y la industria aeroespacial. Además, las empresas de Rusia y Bielorrusia tampoco pueden comprar ningún tipo de equipo o herramienta utilizada para crear chips o realizar ingeniería inversa.