Una de las conclusiones finales del informe, apunta que los jugadores que se enfrentan a estos títulos "violan el derecho humanitario internacional como criminales de guerra, no como soldados". y añaden para finalizar que no pretenden que los juegos sean menos violentos, en cambio: "hacemos un llamamiento a los productores para incorporar las normas del derecho internacional humanitario y los derechos humanos en sus juegos".