Mientras tanto
El sector del entretenimiento parece mantenerse ajeno a estos derroteros tecnológicos que pujan por dispositivos que abran nuevas ventanas de interacción entre máquinas y usuarios. La última hornada de consolas únicamente parece responder, salvando las distancias, al lema olímpico de más alto, más lejos y más fuerte, en términos, de potencia, catálogo de software y prestaciones. A pesar de lo cual se echa en falta una verdadera apuesta por la innovación y no la simple adecuación tecnológica a los tiempos actuales.
Orígenes de vanguardia
En su inicio la incorporación de nuevos aparatos al hogar, léase consolas, suponían toda una suerte de artilugios que proporcionaban diversión inmediata y una forma de entretenimiento cuando menos sorprendente para los estándares tecnológicos de la época. Con el paso de las generaciones y el mantenimiento del mismo formato de consolas, adecuadas a los gustos en el diseño más acordes con cada época, las innovaciones técnicas más relevantes han sido encaminadas hacia sus compatibilidades multimedia, con internet y el juego en red, si bien, todas estas últimas no resultan en el fondo tan llamativas si partimos de la base de que en la actualidad disponemos de múltiples dispositivos con los que realizar funciones similares.
El mercado manda
Las últimas propuestas de dos de los grandes actores del sector del entretenimiento van encaminadas a facilitar la compra de sus máquinas, que en forma de golpes de efectos vía nuevas tecnologías que incorporar a las mismas. Así, Sony ha lanzado en nuestro país una campaña para facilitar la adquisición en cómodos plazos de la PS4, mientras Microsoft ha reaccionado al escaso índice de penetración de su Xbox ONE, mediante la venta de un pack sin Kinect por un centenar de euros menos. A todas luces se antojan simplemente como parches con el único objetivo de solventar o paliar las ventas de máquinas, en un negocio que tiene como su principal espada de Damocles la consecución de unas determinadas cifras de ventas y el camino más directo es la estandarización de sus máquinas en los hogares, cercenando de raíz cualquier atisbo de innovación que pudiera dejar huella tecnológica.
Siempre nos quedará el E3, si bien, según todo apunta en esta ocasión únicamente los usuarios esperan conocer de primera mano nuevas licencias o entregas de las ya existentes, una vez que la pasada edición se convirtió en el pistoletazo de salida de la octava generación de consolas, con las presentaciones de Xbox ONE y PS4. Sea como fuere sería de agradecer un golpe de timón ya sea de una first party o de un tercero que aporte ese aire de verdadera innovación que tal vez necesita el sector del videojuego.