Uno de los colosos del entretenimiento, Capcom Co. Ltd, otrora uno de los protagonistas del sector que fue fundado en 1979 primero como distribuidor de máquinas recreativas para en 1983 convertirse en la actual desarrolladora de videojuegos, pasa por uno de sus peores momentos de estabilidad financiera de los últimos años. Recientemente, los medios especializados se hicieron eco del hecho de que los accionistas de la firma nipona optaran en su última junta general ordinaria por no renovar la cláusula de defensa contra adquisiciones. Los creadores de franquicias icónicas como Resident Evil o Street Fighter luchan por recuperar parte de su perdida posición dominante o cuando menos relevante en el mundo de los videojuegos. En los últimos tiempos, a pesar de su apertura e inversión en tratar de conquistar el mercado occidental con producciones más del gusto global, no ha conseguido mantener cierta continuidad y estabilidad de ventas que permitan su independencia total de los vaivenes de los mercados y el tan necesario flujo de caja que acaban por situar a la compañía en el disparadero.
Como la pólvora
La citada noticia se convirtió en uno de los temas de moda a mediados del pasado mes de junio, con comentarios por doquier que en su mayoría pretendían anticiparse a una posible absorción de la firma por terceros o, según otros, a una posible venta de sus licencias al mejor postor, tal y como ocurriera no hace demasiado tiempo con la extinta THQ. Sea como fuere y aunque en el comunicado oficial, tras la junta de accionistas, desde Capcom se afirmaba que la empresa “continuará centrándose en preservar y mejorar el valor corporativo de la firma y los intereses comunes de sus accionistas”, la decisión del accionariado ha servido como caldo de cultivo para que los medios especializados especulen con el posible cambio de manos de una de las compañías de más renombre del sector.
Formatos digitales
La firma se encuentra actualmente volcada en el ámbito digital, potenciando su presencia en forma de contenidos digitales a través de las plataformas PlayStation Network, Xbox Live y Steam, en una especie de tentativa de nuevos nichos de mercado y adaptación a los nuevos tiempos. Que el formato físico parece haber entrado en barrena es un hecho que, a todas luces, obliga a las compañías a reinventarse y tratar de adaptar sus catálogos a las nuevas ventanas comerciales que posibilitan las nuevas tecnologías en constante cambio. Sus incursiones en el campo de los contenidos descargables, no han estado exentas también de cierta susceptibilidad por parte de los usuarios, que en diversos foros suelen trolear cualquier iniciativa en este sentido a cualquier precio, este último punto en sentido literal.
Un suculento catálogo de licencias
Cualquier historiador del videojuego o simple amante del ocio electrónico, jamás podrá abstraerse del prolongado éxito de muchas de las franquicias lanzadas por Capcom. Sagas como Resident Evil, fundadora del denominado género Survival Horror, Street Fighter, para muchos la mejor saga de lucha de todos los tiempos, Devil May Cry, Dead Rising, Ace Attorney o Mega Man han supuesto, hasta ahora un amplio y variado catálogo de productos, que le han permitido a lo largo de sus más de 25 años de historia mantenerse entre las principales firmas del sector.
Sus más recientes apuestas no han tenido el éxito esperado
La escasa notoriedad de sus propiedades intelectuales más recientes, tales como Dragon’s Dogma, Remember Me o Asura’s Wrath, por poner algunos ejemplos, y que sus grandes licencias no hayan respondido a las expectativas de un mercado implacable, hacen que la firma se halle en un período de reconfiguración de su modelo negocio. Ante tal panorama ya no solo Capcom, sino también el resto de acortes del sector del entretenimiento, han de poner en reserva sus expectativas en el siempre cambiante marco tecnológico y, sobre todo, a la hora de anticipar por donde irán los derroteros del mercado en los próximos años, en una especie de aviso para navegantes.