Need for Speed: The Run

Analisis

Need for Speed: The Run

Escrito por Elric Ruiz Jueves, 01 Diciembre 2011

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Electronic Arts pretende con Need for Speed: The Run, dar un nuevo enfoque a una de sus franquicias más longevas. La decimoctava entrega de la serie viene precedida de la divulgación reiterativa de su editora de ofrecer al jugador un nuevo giro sobre la base de conducción implementando un marcado estilo peliculero y unas cuantas secuencias de acción que se desarrollan a pie de calle. La editora ha encargado a los estudio Black Box esta enorme tarea y para ello les han permitido utilizar el flamante motor Frostbite 2, el mismo engine estrenado en Battlefield 3. La premisa estaba muy clara, ofrecer gráficos muy realistas combinados con escenas de acción de alto octanaje para contar la historia de Jack, un piloto perseguido por la mafia que se ve involucrado en una carrera ilegal que le llevará a recorrer de una punta a otra los Estados Unidos, y cuyo jugoso premio que asciende a 25 millones de euros le permitiría pagar las deudas que ha adquirido con los tipos equivocados.

Jugabilidad

De este modo nos meteremos en la piel de Jack Rourke para acompañarle en una frenética carrera en la que siempre estaremos al límite, mientras cruzamos a toda velocidad caminos y ciudades de Estados Unidos, de San Francisco a Nueva York. Cruzaremos desiertos, nos enfrentaremos a avalanchas de nieve y competiremos por las calles de algunas representativas ciudades norteamericanas, en el primer juego de la serie que incluye localizaciones reales.

Need for Speed: The Run reparte su historia entre diez etapas, cada una de ellas con varios retos que superar para lograr siempre el objetivo indicado para continuar en la carrera. La cantidad y variedad de eventos permite que el jugador no se canse en ningún momento, ya que tenemos desde carreras, secuencias de recuperación de tiempo mediante checkpoints, batallas contra uno o dos pilotos rivales y jefes finales en etapas de velocidad algo más exigentes, todo con la resistencia activa de una policía que se comporta de manera extremadamente agresiva. Cada etapa que terminamos cumpliendo objetivos desbloquea desafíos que se disputan en el recorrido que abarca esa misma etapa y otorgan cuatro distinciones a modo de medallas que se entregan según los tiempos en los que se termina la carrera. El cumplimiento de estos objetivos también permite desbloquear nuevos coches. Además suponen un interesantísimo aporte al resultado final del juego.

Need for Speed The Run está concebido para mantener al jugador pegado al asiento durante toda la campaña; y lo consigue. Siempre tenemos que solventar alguna situación extrema en la que seremos protagonista de persecuciones con los pilotos rivales y la policía, lo que también implica algún tiroteo, además estos utilizan recursos como helicópteros y barreras para ofrecer un aire más épico a la producción. No encontramos partes del juego que se hayan implementado para ampliar el tiempo cumpliendo tareas, siempre estaremos en tensión y pasando las etapas por los pelos, mientras tenemos que lidiar con intenso tráfico y los durísimos elementos que visten los decorados.

Las secuencias a pie son una de las novedades que más llama la atención de The Run, y deja constancia desde la primera escena del juego, donde además de controlar al protagonista dentro del vehículo, también tenemos la posibilidad de controlarlo a pie en una intensa escena de acción que funciona a través de QTEs. De hecho las, misiones a pie se realizan con esta misma mecánica y son bastante escasas, aunque ofrecen un toque de variedad muy interesante al juego.

Durante el recorrido iremos desbloqueando nuevos coches que podremos cambiar accediendo a gasolineras sin necesidad de desviarnos del circuito. También contamos con un mapa de niveles que aumentan las habilidades del conductor y los vehículos, como aumento en la velocidad del óxido nitroso, la recarga rápida, la capacidad de aprovecharte del rebufo, etc. El catálogo de coches a nuestra disposición también es impresionante, con vehículos tan especiales como el Pagani Cinque, el Lamborghini Aventador, Nissan GT-R SPECV (R-35), el Corvette Z06 o el BMW M3 GTS, entre muchos otros.

Todo funciona bien y las sensaciones son buenas hasta que topamos con el argumento y se fuerzan situaciones que poco tienen que ver con un juego de velocidad que en esencia repite el mismo patrón que el resto, limitarnos de ir desde el punto A al B cumpliendo ciertos requisitos, no hay más. El intento de transmitir una historia coherente se va al traste al poco de comenzar a jugar, ya que el argumento es un pozo vacío con poquísimas referencias a la trama. No conocemos la raíz del problema de Jack con la mafia, no sabemos quién organiza la carrera, porqué quiere matarnos nuestro principal contrincante en la competición o porqué el tiempo empleado en el juego para narrar la trama es ridículo. Es cierto que tiene muchos tintes peliculeros, pero de esas películas de acción que carecen de un argumento mínimamente sólido.

Otro problema en The Run es la discriminación que sufre el jugador en la carrera, ya que todos los enemigos siempre alcanzan más velocidad que nosotros, da igual si conducen un Porsche 911 o un tractor, siempre nos darán caza. Algo muy molesto que encumbra el título como uno de los más absurdamente exigentes de la franquicia. La agresividad de los conductores rivales también es muy elevada, con tan solo rozar un contrincante este se convierte en el máximo exponente de la agresividad al volante, buscando incluso sacarnos de la carretera con inusitada violencia para tratarse de un juego de conducción. También se ha incorporado un sistema de rebobinado que presenta algunos problemas, sobre todo con la sensibilidad, ya que en demasiadas ocasiones la secuencia se rebobina incluso cuando hemos conseguido recuperarnos de una colisión o una salida de la calzada.

Need for Speed: The Run se completa con un abanico de modos multijugador gestionado sobre el sistema Autolog de Electronic Arts que se utiliza en la serie desde la comercialización de Hot Pursuit. Además de poder comparar tiempos con nuestros amigos, disponemos de un completo multijugador competitivo que amplía tremendamente las opciones del juego.

Gráficos/Audio

Aquellos que se hayan acercado o tengan referencias del trabajo realizado por el Frostbite 2, observarán similitudes, aunque bastante descafeinadas, ya que el equipo de Black Box no ha sido capaz de sacar ningún partido al motor gráfico de DICE. Aunque el juego incorpora buenos efectos y la iluminación sea notable, el juego presenta algunos fallos técnicos que restan mucha plasticidad al conjunto, con gráficos que presentan pop-in, mientras comprobamos en menor medida como la calzada va construyéndose destartaladamente ante nuestros ojos. En este apartado la versión para PlayStation 3 sale más beneficiada, dejando claro en que plataforma se desarrolló el juego. También se aprecian fallos de colisión, permitiendo a los vehículos de los adversarios atravesar elementos del escenario. Por su parte los coches están mejor plasmados y ofrecen los mejores resultados visuales conjuntamente a los efectos climáticos, muy bien logrados incluso en la versión para Xbox 360.

La banda sonora del juego contiene gran variedad de géneros que van desde temas orquestales destinados a aumentar la opacidad del momento, hasta temas de corte roquero y discotequero. Los efectos de sonido destacan por la calidad del sonido de los motores de estas bestias rodantes. El juego llega completamente traducido y doblado en castellano.

Conclusiones

Need for Speed: The Run cumple con gran parte de lo prometido, es un emocionante juego de velocidad que marca una nueva pauta en la serie al incorporar un aire más cinemático, aunque falla en la duración, la trama y en algunos defectos gráficos en Xbox 360. En general estamos ante un juego bastante divertido que cumple y ofrece muchas horas de juego a través de los modos multijugador y el sistema de retos, ya que la campaña se queda ciertamente corta, tanto que si te levantas a por un vaso de agua y pierdes de vista el juego un momento es posible que te pierdas la anecdótica aparición de las modelos de Sports Illustrated, Irina Shayk y Chrissy Teigen, cuya participación es puramente anecdótica y comercial.