Jugabilidad

Los videojuegos han sido un vehículo perfecto para expandir coherentemente la visión de la Tierra Media que ofrece Jackson en su obra, una extensísima compresión de lo que se relata en las tierras de J.R.R. Tolkien, pero es en La Guerra del Norte donde encontramos algo realmente nuevo, una historia que presenta nuevos protagonistas en una trama que no se aleja demasiado de la tarea argumental principal. Andriel de Valfenda, de Rivendell, Eradan de los Dúnedain y Farin, campeón de los enanos de la Montaña Solitaria, se presentan para forman una alianza cuya misión es retrasar los avances de Agandaur, un siervo de Sauron que amenaza los pueblos del norte, territorios que hasta ahora no formaban parte de los conflictos de Rohan y Gondor.

La historia no es especialmente emocionante y la narrativa únicamente sirve como justificación para la exploración de escenarios nuevos que muestran diferentes aspectos de la Tierra Media, como las montañas nevadas, las minas de enanos y las ciudades élficas, permitiéndose el lujo de exponer algunos segmentos de los libros que quedaron fuera de las adaptaciones cinematográficas.

Como es habitual, cada uno de los personajes dispone de una serie de habilidades, técnicas y atributos únicos, algo que confiere variedad a la jugabilidad, aunque a pesar de estas variaciones el mapa de control es el mismo para los tres, con ataque fuerte, ataque débil, a distancia, defensa y técnicas especiales.  Durante nuestra aventura tendremos que luchar contra infinidad de enemigos de todo tipo y condición, aunque el sistema de Inteligencia Artificial falla tanto en los enemigos como en los compañeros, lo cierto es que tendremos que terminar con prácticamente todos los enemigos nosotros mismos, salvo en  algunas excepciones en las que los compañeros apoyan eficientemente. Mientras que los enemigos presentan un comportamiento irracional, dejando de lado sus objetivos y canalizando su ira únicamente contra el jugador. Las animaciones que deparan las finalizaciones en los combates son gratificantes, con estilizadas y sanguinarias escenas que aportan dinamismo al combate. Por su parte, el sistema de niveles y administración del inventario es simple pero extremadamente funcional,  permitiendo que todo el peso de producción recaiga en la acción. De todos modos podemos utilizar gran variedad de técnicas y de armas, que  plásticamente serán cada vez más impactantes según suban de nivel y potencia. A su vez, contamos con un sistema de daños muy parecido al de Gears of War, donde cuando la vida se agota, el personaje se cae en el suelo y se arrastra en la búsqueda de un compañero capaz de levantarle. Algo que suena muy bien en la teoría pero que no parece funcionar en la práctica y que se vuelve tremendamente frustrante cuando debes regresar a la aventura mediante un sistema de checkpoints que además de escaso está mal planteado.

Aunque presenta algunos problemas con la conexión, el juego cuenta con otro importante aliciente, la posibilidad de jugar la campaña en equipo, con otros dos jugadores en línea. La aventura gana muchos enteros y se torna mucho más interesante cuando se afronta en compañía de jugadores reales, cuyo comportamiento es más coherente que el presentado por la inteligencia artificial.

Gráficos/Audio

Técnicamente hablando, El Señor de los Anillos: La Guerra del Norte, no destaca en ninguno de sus apartados pero cumple en todo, las animaciones, la dirección de arte, texturas, etc. se encuentran bien elaborados y no decepcionarán a los seguidores de la serie, además el juego no tiene errores gráficos de alcance o que perjudiquen en ningún aspecto al juego, ya que la relevancia de la ambientación y la dirección de arte acaba teniendo mayor peso que las tareas técnicas. Como os adelantábamos, muy interesante el trabajo realizado en las finalizaciones, con modelos bien definidos y animaciones muy logradas. Por su parte, el apartado acústico se cierra con un doblaje en castellano que depara alguna sorpresa agradable en la voz de un conocido personaje de una serie de animación para adultos. Tanto la banda sonora como el resto de características y efectos cumplen como el resto de la producción, con un nivel suficiente.

Conclusiones

El Señor de los Anillos: La Guerra del Norte es un juego divertido que no consigue superar las limitaciones impuestas de una producción que podía haber dado mucho más. El juego dispone de un gran potencial que se difumina en las escenas de acción sobre algunos elementos de la jugabilidad, como la pobre evolución del personaje y una historia que no deja especial huella. El Señor de los Anillos: La Guerra del Norte es un buen juego que no llega a animar al jugador deslindado de la serie a vivir la experiencia de forma clara, por el contrario los seguidores de la franquicia y los conocedores de la obra de J.R.R. Tolkien no quedaran decepcionados.

El Señor de los Anillos - La Guerra del Norte - El Dragón Urgost

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Alberto López Torreón