Sin embargo, en 2011, Level-5 introdujo una nueva propuesta que se aleja completamente de lo visto hasta el momento, recogiendo algunos conceptos de otros títulos del género que no salieron de fronteras japonesas y mezclándolos bajo la tutela del rol de corte clásico. Fútbol y rol en un mismo videojuego. Así nació ‘Inazuma Eleven’, un videojuego que encantó entre los más pequeños de la casa –y que también se coló en la librería de algún adulto-, creando una marca que hasta el momento cuenta con tres entregas, una recopilación y una nueva entrega todavía en preparación. La entrega que hoy nos ocupa, su tercera parte y cierre de trilogía argumental, se ha lanzado como dos títulos independientes pero complementarios entre sí, de manera similar a lo visto en la serie Pokémon.

‘Inazuma Eleven 3: Rayo Celeste’ y ‘Fuego Explosivo’ son los títulos en los que hoy nos centraremos. Un proyecto que nació para Nintendo DS y que ha sido adaptado a su hermana mayor de manera correcta, sin aprovechar las funcionalidades de la videoconsolas, pero asegurando así un parqué de jugadores mucho mayor. Y así, después de salvar a Japón de una crisis que amenazaba hundir el país y expulsar a alienígenas utilizando el deporte como arma, Mark Evans y sus amigos vuelven a reunirse en el campo de fútbol para formar la selección que representará al país nipón en el Futbol Frontier Internacional, la mayor competición a la que pueden acceder estas jóvenes promesas.

Así da comienzo el excelente guión de la aventura, que, lejos de centrarse únicamente en el terreno de fuego, apoya la iniciativa de darle un toque de personalidad a cada uno de los personajes, a sus relaciones, rivalidades y deseos, proporcionando una historia que engancha desde el primer momento. Quizá los iniciados en la serie se pierdan multitud de referencias a eventos pasados, quizá no sea el videojuego que esperaba la audiencia de Nintendo 3DS, pero sin duda, se trata de un cierre de trilogía que augura un buen puñado de horas de diversión. Centenares si queremos completar el videojuego al cien por cien.

De esta manera se presentan las dos variables del título: Rayo Celeste y Fuego Explosivo, contando cada una con la historia independiente de un jugador. El primero se centra en el joven italiano Pablo Bianchi, que decide jugar al fútbol para ayudar a su familia; mientras que la obra alternativa cuenta la trama de Héctor Helio, un niño africano al que le son revelados los secretos del fútbol gracias a la aparición de un misterioso anciano. Mientras tanto, Mark Evans –protagonista de la serie-, y sus compañeros de equipo viven la misma aventura en tierras japonesas, aunque de la misma manera que ocurre en la serie de los monstruos de bolsillo, habrá jugadores y eventos exclusivos de cada versión, lo que no impide, en absoluto, disfrutar de cada título por separado.

Esta tercera parte sigue la estela de sus predecesores en cuanto a conceptos se refiere, moviéndonos libremente por los escenarios cual juego de rol de la vieja escuela. Explorar multitud de localizaciones, hablar con desconocidos, buscar cofres donde encontrar equipamiento nuevo para nuestra plantilla, librar batallas aleatorias para subir nivel, etcétera. Lo curioso del concepto es que las batallas es que se muestran como pachangas de cuatro contra cuatro, donde tendremos una serie de retos que van oscilando; desde ser el primer equipo en anotar, mantener la posición o ganar el partido. Si realizamos un buen papel, ganaremos experiencia, y, en algunas ocasiones, podremos reclutar a los jugadores para nuestras filas.

De hecho, a medida que vayamos obteniendo experiencia y aprendiendo nuevas habilidades especiales, podremos ir ampliando la plantilla de jugadores como si de un equipo que va a salvar el mundo se tratara. Gracias a las exigencias del guión, podremos contar con más de 2.000 futbolistas entre los que escoger para formar el once perfecto. Resulta abrumante para el jugador contar con tantos profesionales del deporte juvenil, pero sin duda, este hecho hace que cada usuario tenga su propio equipo con el que sentirse cómodo y dispuesto a ganar.

Sin embargo, donde mejor expresa ‘Inazuma Eleven 3’ su diversión es en los encuentros oficiales con la plantilla al completo por cada bando. Controlaremos a nuestros jugadores utilizando el lápiz táctil de la portátil, dibujando las rutas de los jugadores o tocando a jugadores libres para pasar el esférico. Cuando dos jugadores de diferente equipo se encuentran, comienza la diversión. Aquí se abrirá un menú de opciones, ya sea para regatear, pasar, bloquear, etcétera. En función de los puntos y del nivel de cada jugador, saldremos victoriosos del choque o no, generando así una escena cinemática que nos devolverá a la época de las reposiciones de Oliver y Benji.

Y es que realmente la jugabilidad es muy adictiva, en parte gracias a la enorme cantidad de jugadores –y sus correspondientes habilidades-, en parte también a la profundidad que ofrece el fútbol: posicionar antes del encuentro a los jugadores, comprar equipamiento que suba nuestros atributos, conseguir un fichaje arriesgado, y un largo etcétera dan a ‘Inazuma Eleven 3’ una exigencia que encantará a los perfeccionistas.

Además, se han incluido una serie de novedades con respecto a sus predecesores, como son las supertácticas, donde todos los componentes del equipo colaboran en una jugada perfecta; y las cadenas de tiro, donde aprovecharemos el impulso de varios chutes –de diferente jugador- para que el portero tenga más dificultades a la hora de parar la pelota. Todo muy impactante, no a nivel audiovisual, pero sí a la hora de trasladarnos a una época donde el deporte rey no se medía en reglas, fichajes astronómicos y clásicos en el bar.

La conversión a Nintendo 3DS también cuenta con algunas novedades, aunque quizá no han sido las que esperaban los seguidores. Como era de esperar, podremos utilizar el 3D de la consola para ofrecer una visión más profunda de los encuentros, aunque tampoco como la gran mayoría de situaciones ocurren en la pantalla inferior de la videoconsola, tampoco lo encontramos demasiado funcional. La función de Streetpass ha sido habilitada también, permitiendo enviar y recibir información sobre nuestra plantilla. Pero hay que destacar lo peor de la entrega: su carencia de encuentros en línea –aunque sí en modo local-, algo que sin duda habría aumentado a niveles estratosféricos la diversión.

En cuanto al apartado técnico, ‘Inazuma Eleven 3’ cumple modestamente. Los gráficos bidimensionales le sientan perfectamente a la portátil, aunque tampoco le vendría mal un poco más de detalle, sobre todo después de ver varias propuestas de géneros similares. Sin duda, lo mejor de su apartado audiovisual son sus numerosas secuencias dobladas al castellano, que van narrando poco a poco la vida y pasos de Mark Evans y su camino hacia el estrellato, así como abriendo la trama a nuevos retos y secretos que engancharán desde el minuto uno al jugador. Las cerca de 20 horas que ofrece la historia principal, se ven aumentadas hasta la centena si queremos descubrir todos los jugadores, disputar todos los encuentros y descubrir cada secreto que esconde el título en sus entrañas.

En definitiva, ‘Inazuma Eleven 3’, ya sea ‘Fuego Explosivo’ o ‘Rayo Celeste’, se presentan cerrando una trilogía que, si bien es cierto peca de ser demasiado continuista en muchos aspectos, encantará a los seguidores de la serie. Se trata de una entrega sin demasiadas novedades más allá de vivir otro año de experiencias con los protagonistas de la serie. Esta falta de novedades se verá atenuada, presumiblemente, con las nuevas entregas de la franquicia, pensadas directamente para Nintendo 3DS. Pese a todo, el título se alza como uno de los más divertidos y originales del catálogo de la portátil.

Victor Moyano