Durante esta recta final, intensa por la cantidad y calidad de títulos que están demostrando las particularidades de cada sistema, hemos visto proyectos de todo tipo, siendo las sagas anuales las más continuistas y poco innovadoras. Nos referimos, por ejemplo, a las entregas de temporada de FIFA y Pro Evolution Soccer, dejando para el próximo año la revolución en forma de jugabilidad. Lo mismo le ha ocurrido al título que hoy nos ocupa, F1 2013, que llega un poco tarde con respecto al espectáculo televisivo, ofreciendo una entrega con algunas novedades interesantes pero que peca, como ya ocurrió con las anteriores entregas, de ser demasiado continuista, algo que, por otro lado, no implica que el título sea notable y divertido.
A día de hoy, y después de un gran historial de títulos de conducción entre sus filas, Codemasters es la que tiene los derechos del Gran Circo de la Formula 1, lo que se traduce en una adaptación envidiablemente intensa y disfrutable a partes iguales para todos los amantes de la competición. La versión 2013 de la franquicia incluye algún que otro añadido para recordar viejas glorias, además de contar con ayudas para los bienaventurados que se atrevan a pilotar un monoplaza a 350 kilómetros por hora.
Junto a la licencia, Codemasters se ha hecho con las once escuderías oficiales, 22 pilotos reales y 19 circuitos que están incluidos en el disco de juego, contando con algunos clásicos, como decíamos, para darle un toque más nostálgico al título. Este contenido clásico, que veremos en el modo F1 Classics, incluye elementos de la década de los ochenta –dos circuitos y cinco monoplazas-, aunque, si adquirimos la ‘Classic Edition’ del videojuego, también seremos recompensado con contenido de los noventa, con Ímola y Estoril como circuitos, y seis monoplazas más. Los que compren la versión normal podrán descargar el contenido –previo paso por caja- a través de los mercados digitales correspondientes.
Como decíamos, F1 2013 es un videojuego completamente continuista muy enfocado a los seguidores de la competición. Actualizaciones de diseño aparte, el título cuenta con las novedades DRS y Kers, los nuevos añadidos del espectáculo, para realzar el realismo dentro de los circuitos. Así, en algunos tramos, podremos hacer servir el mecanismo DRS para ganar velocidad en intervalos sin curvas y hacer uso del turbo que se recarga con la energía cinética del frenado.
El control de la obra encaja perfectamente con el mando de control, introduciéndonos en un pequeño entrenamiento y tutorial para descubrir cómo conducir debidamente a velocidades vertiginosas. La respuesta es correcta, pero la gran cantidad de factores a tener en cuenta –neumáticos, tracción, motor, clima, etcétera- pueden tirar para atrás al jugador menos experimentado, pero sin duda, suma enteros al concepto de realismo. Y es que, el realismo que ofrece Codemasters con esta versión es, sin ir más lejos, la clave de esta entrega, donde podremos inutilizar nuestro monoplaza por partes si no andamos con ojo a las colisiones con los demás competidores o no paramos en boxes a condicionar el vehículo. Como detalle, apuntar que la obra no cuenta con funcionalidades de movimiento, así que Kinect y PlayStation Move quedan fuera de la ecuación.
La versión 2013 de la franquicia llega prácticamente con los mismos modos de juego que su predecesor, profundizando un poco más en cada uno para justificar su compra un año más. Contamos, pues, con el Modo Trayectoria, donde tendremos que llevar a nuestro corredor desde la peor escudería hasta las grandes firmas a lo largo de cinco temporadas; o el Modo Recreaciones, donde tendremos que realizar una serie de retos durante las carreras –como sacar un número determinado de segundos a un competidor, remontar tras pinchar una rueda, etcétera-. También contaremos con los típicos modos de Mundial Express y Cronos de Medalla, donde tendremos que batirnos contra fantasmas de diversa índole para hacernos con las medallas correspondientes. El Gran Premio y el Modo Contrarreloj componen los últimos modos de juego.
Por otra parte, un añadido más que interesante, que puede augurar un buen puñado de horas de diversión y que nos ha sorprendido gratamente, ha sido la inclusión del Mundial Cooperativo, que podremos jugar a través de Internet con un amigo fichando en la misma escudería, compitiendo contra otros rivales y obligándonos, dentro del mismo equipo, a ser mejor que nuestro compañero a la hora de llegar a la pole.
En el plano gráfico, Codemasters ha realizado un trabajo envidiable gracias a su motor Ego Engine, capaz de recrear la competición de una manera excelente, con cambios climáticos, un detalle sorprendente y unas físicas que cuestan diferenciar de la vida real. Las gotas de lluvia, charcos y demás efectos climáticos, harán que más de uno se plantee si realmente está viendo un videojuego o si de lo contrario está viendo la competición en diferido. Sin embargo, a nivel técnico, F1 2013 mantiene algunos errores en la inteligencia artificial, con comportamientos un poco contradictorios por parte de nuestros contrincantes. Existen un total de cinco niveles de dificultad, siendo el último una tortura para el no experto dentro del género. Los tiempos de carga, por otra parte, son bastante longevos en comparación con otros títulos de corte similar.
El apartado sonoro se lleva la palma, sobre todo si jugamos al título con un buen sistema de sonido. El rugir de los motores, el efecto doppler continuo y los comentarios que irán informándonos sobre nuestros rivales, no harán más que sumergirnos en la competición como si fuéramos los protagonistas de la competición.
En definitiva, F1 2013 se despide en las primeras posiciones del género gracias a una versión que, sin ser demasiado notable en cuanto a novedades se refiere, mantiene el espíritu crítico de la competición. El motor gráfico demuestra a la perfección que las plataformas actuales todavía pueden sorprender a los más técnicos, y su jugabilidad, refinada para la ocasión, hará las delicias de los amantes del Gran Circo.
Victor Moyano
