La lucha de dos hermanos en la mejor recreación de Londres hasta la fecha

Uno de los mayores reclamos entre su legión de jugadores es la ambientación de la que hace participe la serie. Desde su lanzamiento en 2007 hemos recorrido diversos entornos históricos que se comunican con la actualidad de diferentes modo, algo que dicho sea, se resiste a avanzar. Conocimos Jerusalén, visitamos la Italia del renacimiento, vivimos en primera persona la expansión británica y la Guerra de la Independencia, e incluso surcamos los mares hacia las islas paradisíacas del Caribe en ‘Black Flag’, sin olvidarnos, por supuesto, de la ciudad parisina. Ahora, con Londres como centro de operaciones, Ubisoft firma uno de los mejores escenarios de la serie hasta la fecha.

Ambientada en plena revolución industrial, en el tiempo donde comienzan a florecer las nuevas formas de desigualdad social basadas en el capitalismo, Londres se convierte rápidamente en un lugar peligroso. Y aquí entra precisamente el Credo de los Asesinos. En esta ocasión, no obstante, nos olvidamos de modos multijugador para centrarnos en una experiencia para un jugador donde controlamos a dos asesinos: Jacob y Evie Frye, dos mellizos con personalidades muy marcadas que tienen como objetivo liberar la ciudad del Big Ben de los opresores templarios.

La trama argumental, conectada con los acontecimientos del futuro y la multinacional Abstergo, continúa cerrando interrogantes alrededor del Fruto del Edén, al mismo tiempo que abre nuevas líneas de exploración, lo que asegura el futuro argumental de la franquicia como mínimo, varias entregas más. De cualquier manera se percibe como Ubisoft ha preferido repartir la carga argumental en dos personajes para dar mayor libertad al jugador a la hora de empatizar con los personajes. No obstante ni Jacob ni Evie hacen sombra a otros nombres propios de la saga como Altaïr o Ezio.

La estela de sus predecesores

Dicho esto, Jacob Frye se presenta como el hermano despreocupado e impulsivo, con más potencia a la hora de enfrentarse a sus adversarios que su hermana, Evie, que se inclina hacia la doctrina de los asesinos silenciosos. Podemos cambiar de personaje en cualquier momento, aunque existen ciertas misiones que sólo pueden ser completadas por uno de los hermanos. En cualquier caso, a pesar de las diferencias, en la práctica contamos con un árbol de habilidades –dividido en sigilo, poder y ambiente- idéntico para cada hermano con el que repartir los puntos de experiencia obtenidos. 

A nivel jugable ambos hermanos son, en esencia, idénticos. El parkour vuelve a ser la base dinámica de la jugabilidad, haciendo que trepar muros o edificios se convierta en un ágil paseo. También contamos con un gancho que permite acceder directamente al punto más elevado de cada estructura, lo que ahorra tiempo y salva al jugador en más de una ocasión de afrontar algún encuentro con muchos enemigos. No obstante, el sistema de batalla continúa careciendo de profundidad, reduciendo su esquema a atacar y esquivar cuando toca. Atendiendo a las indicaciones de nivel recomendado en cada distrito, que se ofrecen antes de comenzar las misiones, no importará si nos enfrentamos a uno o a diez enemigos, con un poco de práctica el jugador no tendrá muchos problemas para eliminarlos a todos en un santiamén.

Se añaden, eso sí, varios elementos al conjunto. En primer lugar los carruajes, uno de los añadidos más gratificantes a la hora de recorrer las calles de Londres. No sólo permiten un desplazamiento más rápido, también los podremos utilizar para escondernos dentro en alguna que otra situación o librar interesantes batallas sobre ellos. Al mismo tiempo, la base de operaciones en esta ocasión se encuentra en un tren constantemente en marcha, lo que ofrece ciertas ventajas a la hora viajar rápido a un punto concreto del mapa.

Los Rooks, Dickens, Darwin y Marx

La rebelión no es cosa de dos. A medida que vamos completando las misiones principales, el videojuego comenzará a presentar varios personajes históricos, entre los que destacan Charles Dickens, Alexander Graham Bell, Charles Darwin e incluso Karl Marx. Todas estas personalidades nos encargarán una serie de misiones a lo largo y ancho del mapa con las que nos ganaremos su confianza, estableciendo un nivel de lealtad que permitirá al jugador liberar de la influencia templaría cada barrio de Londres. Las misiones, sin ser excepcionalmente exigentes, pues la mayoría se reducen a ir a un punto determinado y asesinar a alguien (o robar una mercancía), añaden profundidad al contexto histórico, amén del mérito que tiene  representar por primera vez al padre de la plusvalía en un videojuego.

También contamos con diversas mecánicas secundarias que permiten ganar algunos puntos de experiencia y dinero para adquirir objetos o mejoras para las armas. Así, liberando a niños trabajadores, poniendo a salvo cargamentos o asesinando jefes templarios, el jugador logrará aumentar su influencia y hacerse más poderosos de cara a futuras amenazas. Lo mejor sin duda, es el nacimiento de los Rooks, una banda armada liderada por Jacob Frye, que desempeña el papel que ocupaban los mercenarios en títulos anteriores, con la novedad de poder ir ampliando sus filas, aumentando sus atributos y mejorando su equipamiento. De hecho, la conexión con la que se relacionan las misiones secundarias, sean de personalidades o eventos aleatorios con los Rooks, es digna de mención. Y es que ‘Assassin’s Creed Syndicate’ cuenta con contenido para mucho tiempo, descontando que entre misión y misión es un placer perderse por las calles de los diferentes barrios para conocer sus secretos o buscar nuevas aventuras.

Cerrando el grifo de las novedades

Lamentablemente, la producción anual de una serie hace mella en el factor sorpresa, y ‘Assassin’s Creed’ no es ninguna excepción. Sin ir más lejos, con ‘Syndicate’ comienza a ser evidente la necesidad de darle cierto respiro a la franquicia, pues no son pocas las mecánicas que se repiten una y otra vez extraídas directamente de capítulos anteriores. La compañía francesa es consciente de ello, y a pesar de innovar en su cuarto capítulo con la temática naval –que también continuó ‘Assassin’s Creed Rogue’-, la vuelta a tierra firme se ha mostrado mucho más continuista de lo deseable. La sensación de déjà vu, es evidente. Más aún si tenemos presentes los problemas técnicos con los que se lanzó ‘Assassin’s Creed Unity’. En esta ocasión nos encontramos ante la misma situación, aunque se sucedan en menor medida, hay personajes que desaparecen repentinamente, secuencias donde los protagonistas simplemente no están –y tan sólo se ve un elemento que flota en la escena-, físicas que comienzan a necesitar un repaso y animaciones –sobre todo las de los habitantes de Londres- que suponen un lastre para la experiencia de juego en su totalidad por los fallos en el sistema de colisiones. Y es que, todo el esfuerzo del equipo artístico que supone llevar a los jugadores el Londres de su época más representativa resulta banal ante tales despropósitos técnicos. Eso sí, la caracterización de los edificios, así como los rostros de algunos personajes es digna de mención, y supone un ligero avance con respecto a anteriores propuestas de la serie. Esperamos, eso sí, como en anteriores citas con la serie, los errores se irán corrigiendo a base de actualizaciones.

La banda sonora, por el contrario, supone uno de los valores de producción del juego más acertado, ofreciendo un aire más minimalista de lo habitual que encaja a la perfección con el ritmo. Empleando tan sólo un violín, la música logra mantener al jugador en tensión en los momentos de sigilo, añadiendo instrumentos en función de nuestros pasos. El doblaje, por su parte, cuenta con algunos profesionales reconocibles de nuestro país, sin embargo, volvemos a encontrar dos detalles que restan valor a la localización en castellano: la reiteración de voces no sólo entre personajes, también de capítulos anteriores; y la mezcla español-inglés que vivimos constantemente en las calles de Londres. De hecho, no es infrecuente hablar con un personaje en castellano y que acto seguido se arranque en inglés.

Conclusiones

Parece que Ubisoft se resiste a lanzar un ‘Assassin’s Creed’ libre de errores. La trama argumental abre nuevos interrogantes a la serie, y la posibilidad de jugar con dos protagonistas añade algo de variedad a la acción. Además, la Revolución Industrial supone una de las grandes citas dentro de la trama entre templarios y asesinos, y la nueva ambientación supone un paso adelante no sólo en la historia de la franquicia, también en los títulos que están por llegar. Por último, a pesar de que no añade demasiadas novedades a nivel jugable, ‘Syndicate’ es un juego muy recomendable para los seguidores más fieles del Credo de los Asesinos, así como para todos aquellos que busquen aventuras durante mucho tiempo en un ambiente tan propicio como el que propone el juego.

Assassin’s Creed Syndicate - London Calling Trailer