American McGee no presenta la misma Alice de la obra original, optando por dejar el protagonismo de la serie a Alice Liddell, la niña real en la que se inspiró Carroll para escribir y crear el País de las Maravillas y el personaje clásico que todos conocemos. El planteamiento principal de la producción es recorrer un camino de recuerdos de los últimos diez años, dos lustros llenos de locura y absoluta demencia. Sobre los hombros de Alice, el peso del fuego en la casa que derivó en la muerte de la familia Liddell, su propia familia, un acontecimiento que podría haber sido premeditado con Alice como ejecutora del incendio, aunque hay más de lo que parece a primera vista detrás de estos hechos, elementos que serán descubiertos a lo largo de la aventura.
Jugabilidad
Spicy Horse, el equipo de desarrollo bajo la tutela de American McGee, ha creado de forma memorable este desquiciado mundo, variando la naturaleza de todos los elementos que se muestran en el, aunque teniendo la suficiente destreza como para conservar todas las metáforas plasmadas en la obra de Carroll. De esta manera, el crecimiento y transición hacia la madurez se convierten en parte determinante de la secuela. Ya desde los primeros compases de la producción Alice tendrá la posibilidad de reducir su tamaño a voluntad para obtener una visión más completa del mundo y descubrir elementos que en su tamaño natural pasarían completamente desapercibidos. Estos detalles que indican la entrada en la madurez de la niña también queda patente en la utilización primaria de los colores, especialmente el rojo, que tiene una connotación muy fuerte y se encuentra asociado al ciclo natural femenino. Es más, en un punto del juego, concretamente al atravesar el Valle de las Lágrimas, Alice se encontrará cruzando un riachuelo de sangre, un detalle superfluo aunque importante, ya que al atravesarlo Alice notará un cambio notable entre un País de las Maravillas sumamente acogedor, aunque inquietante y otro desquiciado y amoral. Una entrada en la edad adulta fría, desgarradora y desoladora. Todo ello cargado de simbolismo que se plasma en cada detalle, como el collar que lleva nuestra protagonista en sus viajes mentales: una omega, que simboliza el fin, situado entre el último tramo de la inocencia de la niña, el vestido azul, y la cabeza de Alice, donde se libra la última batalla por recuperar una mente devastada.
A priori podría parecer que el juego es complicado, denso y difícil de entender, y en cierto modo es así, aunque todo equilibrado en la justa medida. Todos los elementos que muestra el juego, las connotaciones y las metáforas se entienden perfectamente y sirven como punto de acceso a algo más grande, más universal, a la lógica sin lógica, a la importancia del significado numérico de las cosas, a los recovecos de una mente enferma que se castiga sin piedad.
Entrando en el apartado jugable, Alice: Madness Returns presenta las mismas señas de identidad de la primera entrega, una acertada, aunque en determinadas ocasiones algo pesada combinación de plataformas, acción y puzles en este orden de relevancia, aunque con novedades y algunos detalles destacables. Alice conserva gran parte de la anatomía de un plataformas permitiéndonos saltar enormes distancias para acceder a plataformas lejanas que nos permiten continuar avanzando. Como adelantábamos, nuestra protagonista puede variar su tamaño para encontrar zonas ocultas que ofrecen recompensas o nos permiten visualizar elementos que no se aprecian con su altura natural, como estancias ocultas, plataformas invisibles suspendidas en el aire o mensajes ocultos que nos indicarán el camino a seguir. Las secuencias de acción están dirigidas casi por entero al combate con enemigos de personalidad extremadamente marcada para cada mundo que visitamos. Mientras que las áreas destinadas a las plataformas disponen de un grado de exigencia progresivo, los combates serán exigentes durante gran parte de la partida, concretamente hasta que dispongamos de nuestro arsenal completo y mejorado al máximo, ya que se han añadido posibilidades para mejorar las armas de Alice. Estas mejoras se consiguen intercambiándolas por los dientes que encontraremos dispersos por los escenarios y que soltarán los enemigos una vez derrotados. También disponemos de coleccionables que amplían sobremanera la profundidad del guión abierto.
Para completar la apuesta jugable de la producción, American McGee ha incluido diversos minijuegos que añaden un toque de irreverente genialidad al juego, como por ejemplo fases en las que nos deslizamos por un tobogán evitando peligros y recogiendo valiosos dientes, fases en 2D de scroll horizontal en las que manejamos una cabeza de muñeco, a la misma Alice dotada con un Arte muy particular, batallas al estilo clásico de los juegos de naves como R-type a lomos de un barco, sin olvidar puzles de ligera exigencia y resolución sencilla, como una extraña vertiente del ajedrez, todo perfectamente dispuesto para completar las doce horas que nos puede llevar completar la aventura.
Gráficos
Aún siendo de calidad notable, algo mas sólido en PlayStation 3 que en Xbox 360, el apartado técnico de Alice: Madness Returns se ve ninguneado drásticamente por la dirección artística adoptada para plasmar la producción. Un estilo artístico que combina aspectos góticos con elementos victorianos bajo el incomparable marco de la era industrial de un Londres, gris y apático que se viste con diseños de personajes y estructuras que parecen extraídos del desbordante arte de Edward Gorey en el tono más lúgubre y descorazonador que existe en la gama de grises.
A lo largo de los cinco niveles que ofrece el juego todo esta cuidadosamente expuesto para no permitirse ninguna licencia que dote los escenarios de algo de luz y esperanza. Un enorme trabajo que a pesar de contar con algunos fallos, como esporadicos tirones, la tardía carga de algunos elementos de pantalla y texturas, como un mal endémico del Unreal 3, cuenta con animaciones notables y diseños sublimes que invitan a conocer a cualquier precio el siguiente mundo, sus características y sus personajes únicos.
Audio/Sonido
Como no podía ser de otra manera, Alice: Madness Returns cuenta con una banda sonora opresiva, cargada de melancólicos sonidos de violín cuyas notas perfectamente podrían brotar del instrumento algún violinista cercano al suicidio. Las secuencias de acción están acompañadas de temas orquestales que imprimen algo de épica al momento, aunque no llegan a calar tanto como los temas más lúgubres y tristes.
Por su parte, la edición para nuestro país del juego es un auténtico ejemplo de cómo se debe trasladar un contenido para un territorio especifico, con la cartelería de los decorados del juego en castellano, además de un doblaje que va mas allá del sobresaliente. Las voces elegidas, muy conocidas en televisión y cine realizan un trabajo magistral ampliando el ya marcado carácter de los protagonistas. Un nuevo sobresaliente para la gente de Electronic Arts en España, que ha logrado como en anteriores ocasiones localizar un producto para nuestro país de forma y manera impecable.
Conclusiones
Alice: Madness Returns es más que una secuela, o un juego para adultos, o una oportunidad para lanzar un producto derivado de un clásico de la literatura aprovechando su atemporal frescura, es un auténtico vendaval para la argumentación y la puesta en pantalla de muchos elementos narrativos y artísticos, una producción que vale mucho mas por lo que no muestra claramente, por lo sutil, lo escondido y lo metafórico, que por lo mostrado sin pudor. Un viaje a través de diez años de demencia en una etapa crucial en la vida de cualquier persona, la transición entre la niñez y la edad adulta. El estilo artístico es sublime y la ambientación es fresca y original, eso sí, a nivel jugable no incorpora nada que no se haya producido antes, pecando de poco innovador en su apartado mecánico. Aún con todo, si eres mayor de edad y quieres optar por una estética diferente, un planteamiento embriagador, unas cuantas sorpresas, minijuegos y una imborrable experiencia jugable, te aconsejamos acompañar a Alice en su desquiciante viaje hacia los confines de su propia existencia.
Alice Madness Return - Trailer Lanzamiento
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Elric Ruiz
