Duke Nukem Forever es un juego divertido, largo y entretenido que ofrece momentos de acción intensa y buenos combates, aunque se presenta como una producción caduca, falta de brillo, de lozanía. Es cierto que Duke Nukem ayudó a definir el género de los juegos de disparos en primera persona en los 90, el problema es que ahora regresa como si el tiempo no hubiera pasado, como si todo se hubiera conservado en su sitio y lugar durante esta última década y media, y querido Duke, las cosas han cambiado y mucho.
Jugabilidad
Dejando de lado el argumento de Duke Nukem Forever, a nivel narrativo el título continúa con lo expuesto en Duke Nukem 3D, es decir, invasión de una civilización extraterrestre que viene dispuesta a terminar con la vida del planeta y llevarse a todas las pibas buenas. Ahí está el asunto, las pibitas no, a Duke Nukem no, solo le queda salvarlas cueste lo que cueste. Este argumento llamado a buscar el interés de adolescentes en un juego destinado al público adulto es todo lo que necesitas conocer del juego, ya que el resto de argumentos narrativos del juego pasan por recoger lo peor de los mayores bodrios cinematográficos de los últimos quince años, ensalzamiento desorbitado a todo la americano, y si esta regado en alcohol mejor, y si encima hay mujeres de por medio, tenemos el ambiente ideal para esta auténtica fábrica de testosterona que es capaz de combinar con notable soltura lo soez con lo vulgar, incluso con lo escatológico. Este repertorio de argucias destinadas a reforzar el sistema de juego y el marco argumental se adereza con divertidas posibilidades que ofrecen más consistencia al marco narrativo, como recoger y lanzar o esparcir restos fecales recogidos de retretes, burlas de todo tipo y condición hacia las mujeres, eso sí, las cual utiliza para saciar su enorme ego y su otro enorme ego cuando no está librando al mundo de plagas extraterrestres. Es cierto que algunos chascarrillos tienen algo de gracia y que las situaciones que se plasman en pantalla se exageran con la sana intención de poner algo de gamberrismo en el panorama actual con tanto shooter realista, pero de la gamberrada a andar repartiendo mierdas por los escenarios hay un par de universos de distancia. Pero no solo es esto, el juego completo vive entre lo desacertado y lo vulgar. Parece increíble que ningún implicado en el proyecto durante estos quince años se haya fijado que el juego no está adecuado a lo que se espera hoy de una aventura de acción.
Por su parte, el juego es un título de acción lineal de corte clásico que alcanza buenos momentos a lo largo del desarrollo, con combates emocionantes y un buen arsenal de armas entre las que destaca la poderosa escopeta, que produce importantes daños a los enemigos si disparamos a quemarropa. También contamos con rifles y ametralladoras, además de las particulares armas de rayos con las que nos tiene acostumbrados la franquicia, como una que nos miniaturiza u otra que congela a los enemigos. Los combates exigen cierto nivel de destreza, ya que su dificultad es exigente aún con jugadores veteranos en el modo normal. El juego nos permite llevar únicamente dos armas, aunque encontraremos gran cantidad de armamento esparcido por las arenas de combate. Por otro lado destacan los combates contra los gigantescos jefes, los cuales permiten vivir los mejores momentos del juego, grandes combates que perdurarán en la memoria del jugador durante bastante tiempo, incluso las múltiples peleas controlando torretas contra los jefes más grandes.
Mientras el juego se dedica a los momentos de acción, Duke Nukem Forever cobra una fuerza notable, pero cuando topamos con el resto de mecánicas de juego se puede ver claramente donde se quedó estancado el planteamiento de la producción: artefactos para rebotar y alcanzar lugares más altos, puzles de física con barriles para poder mover objetos, crear puentes o mover plataformas. Los espacios entre niveles no están todo lo bien planteados que cabria esperar, obligándonos a resolver malos puzles, así como a buscar hasta la saciedad objetos que aumentan la barra de ego de Duke Nukem. La barra de Ego es su barra de vida, esta se rellena y se expande según vayamos jugando o interactuando con los elementos que tenemos a nuestra disposición en los escenarios como los senos alienígenas colgados en paredes o los juegos de pinball.
Los movimientos de Duke tampoco están a la altura de los tiempos que corren, ya que el héroe de acción no es capaz de cobijarse en puntos de cobertura, deslizarse hasta parapetos o desplegar movimientos especiales.
Durante las quince horas que nos puede llevar finalizar la aventura, la sucesión de misiones no llegan a cansar, aunque es cierto que en determinados momentos la dificultad se presenta elevadísima, algo que el equipo de desarrollo ha solucionado variando el nivel de exigencia e implicación del usuario en fases alternas, dando una de cal y otra de arena, lo que acaba motivando al jugador a terminar la aventura para completar la experiencia. En cuanto al ritmo del juego hay que apuntar que se mantendría en un nivel notable de no ser por el tremendo castigo que suponen los tiempos de carga, que se suceden al comenzar cada nivel, repartiendo fases en varias partes o simplemente cada vez que el Duke caiga en combate.
Gráficos
Técnicamente Duke Nukem Forever presenta una cantidad de fallos y errores que terminan de ofrecer la sensación de estar ante uno de los primeros juegos de la generación en alta definición. Texturas que rozan lo permisible, efectos de agua que habrían quedado mejor eliminándolos de la ecuación, demasiado popping, ralentizaciones, descompensaciones del tamaño de los personajes con respecto a los escenarios y dientes de sierra entre otras carencias, cierran un apartado que aún siendo limitado y poco convincente, se muestra con claridad y no ensucia demasiado el dinamismo en las mecánicas de acción pura y dura, quedándose simplemente en segundo plano.
Modos de juego
El modo multijugador de Duke Nukem Forever es clásico, directo, sencillo y termina de funcionar por qué no se ha creado con la intención de ser algo exageradamente operativo, simplemente está y cumple como contenido extra, sin más. De este modo contamos con partidas con un máximo de 8 jugadores, mapas suficientes aunque algo pequeños en extensión y cuatro modos de juegos Dukematch: un todos contra todos; Team Dukematch: un todos contra todos por equipos; Capture the Babe: alternativa poco gratificante a los modos clásicos de capturar la bandera, pero cambiando la bandera por una pibita, y Hail to the King: una variación del clásico King of the hill.
Audio/Sonido
El apartado más destacado de la producción, por lo menos en lo que respecta a nuestro país, ya que 2K Games ha localizado en juego tanto en textos como en voces, con un buen plantel de actores que dotan con algo de personalidad al plantel de personajes, destacando sobremanera el trabajo realizado para el Duke de la voz habitual de Sam Fisher. El apartado se completa con una banda sonora muy en la línea del género con temas instrumentales de carácter épico y efectos contundentes.
Conclusiones
No hay ningún error en el planteamiento, ni Duke Nukem Forever es un mal juego, simplemente es un juego fuera de tiempo que tiene la única intención de divertir sin más pretensiones. Combates de gran calado, una duración elevada, un apartado multijugador visceral, variedad en las misiones y jefes enormes, contra un argumento y unos recursos que siempre tocan en lo exagerado y que en ocasiones rozan lo grosero y abusan de lo falaz, además de un apartado gráfico muy desfasado que se quedó atrapado en otra década y unas transiciones entre secciones que no proponen absolutamente nada nuevo y que además se queda a medias en todo lo que propone mas allá de la batalla.
Duke Nukem Forever - TV Spot España
{flv img="capt/DNF_Spot_Spain2capt.jpg" showstop?"true"}DNF_Spot_Spain{/flv}
Elric Ruiz
