Pero la demanda basa sus argumentos en la relación laboral entre Palmer Luckey, fundador de Oculus, y el actual director de tecnología en Oculus VR. Según se afirma en la demanda, la colaboración de Carmack hizo posible que el prototipo VR de Luckey se desarrollase como un dispositivo comercial gracias a los secretos industriales y al software desarrollado en ZeniMax. Las mejoras de Carmack representarían "un enorme avance técnico en el desarrollo de la realidad virtual", pero estarían basadas "en las propiedades intelectuales" de ZeniMax. Robert Altman, director de dicha compañía, explicó: "No podemos ignorar esta explotación ilegal de nuestras propiedades ni dejaremos que estas infracciones queden impunes." Finalmente apuntar que ZeniMax alega que se ha solicitado a un acuerdo amistoso con Oculus VR pero que esta "se ha negado a establecer negociaciones formales."
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