“Los desarrolladores de videojuegos informan a Valve cuando un jugador disruptivo ha sido identificado en un videojuego, aplicando así la prohibición de entrada en la cuenta del jugador. La desarrolladora únicamente es responsable de la decisión de aplicar la prohibición de juego”, declara la nota difundida por la compañía. De esta manera, los jugadores que han visto denegada su entrada en un videojuego específico y consideren que la prohibición ha sido injusta, podrán contactar con la desarrolladora para resolver la situación. La compañía tendrá que aprobar a las desarrolladoras para utilizar el sistema de forma independiente, y se reserva el derecho a revocar el acceso si la propia firma abusa de ello.