Los argumentos expuestos por la política tienen su origen en la masacre ocurrida el pasado diciembre en Connecticut, donde un joven acabó con la vida de veinte niños y seis adultos, siendo el responsable calificado como “un jugador trastornado”. “Si Sandy Hook -la población de los Estados Unidos donde ocurrió el suceso- no toma partido, si el organismo que creó los videojuegos (que jugó el joven de la masacre) no toma partido, entonces quizá debamos proceder en el futuro”, comenta Feinstein.
Recordamos que Feinstein no es la única representante de la política que culpa a los videojuegos violentos del atentado. El mes pasado, el Senador Jay Rockefeller, declaró que la industria de los videojuegos debería ser menos permisiva en sus niveles obscenos de violencia.