El mismísimo Walt Disney bromeaba con el acontecimiento que desencadena los hechos de Disney Epic Mickey: “no hay nada peor para un buen dibujo que tener a centímetros de distancia un bote de tinta china abierto”. Así, todo empezó hace muchos años. Aquel día, Mickey, picado por la curiosidad, derramó sin querer tinta sobre el mundo que su creador estaba pintando para los personajes que nunca alcanzarían la fama. Años después aquella “mancha” vuelve para acabar con el ratón, llevándoselo al mundo que mancilló hace tiempo.
Mickey se encuentra el páramo convertido en una pesadilla dominada por villanos como el doctor Loco (que nació en el corto de los años treinta The Mad Doctor, poniendo en peligro la vida de Pluto), constructor de diabólica maquinaria y versiones robotizadas de personajes como Donald, o Pete Pata Palo (antagonista del primer corto que protagonizó el icono de Disney, Steamboat Willie en 1928). En él sobreviven los “descartes” de “la casa de las ideas”... algunos le guardan rencor, otros simplemente recuerdan que cualquier tiempo pasado fue mejor.
¿Por qué acaban viviendo en el páramo todas las creaciones olvidadas? Walt Disney imaginaba a todas sus creaciones con “un pequeño corazón” que se alimenta del cariño de la gente. Cuando un personaje reconocido por todo el mundo cae en el olvido, cuando ya nadie le reconoce, desaparece su corazón y cae en el páramo. Este es el motivo por el que el Dr. Loco ha secuestrado a Mickey Mouse para llevarlo al páramo: para quitarle su corazón.
En este viaje donde Mickey vuelve a encontrarse con personajes que han compartido durante décadas protagonismo en distintas películas, se encuentra a un personaje que no conoce. Aquí es donde entra el otro gran protagonista de Disney Epic Mickey: Oswald, el conejo afortunado. Este personaje fue en realidad la primera creación de Walt Disney. Nació en 1927 y tras varios cortos producidos por Universal Pictures cayó en un litigio legal con otra compañía que despojó a su creador de sus derechos, perdiéndolos apenas un año después de su creación. Fue entonces cuando Walt Disney creó al ratón Mickey. Pronto, Oswald cayó en el olvido y Mickey fue labrando su historia a lo largo del siglo XX. En 2006, casi ochenta años después de perder los derechos de Oswald, The Walt Disney Company recuperó la licencia del “conejo afortunado”, para verlo por primera vez en movimiento sesenta años después de su último corto, en Disney Epic Mickey.
Esta historia “empresarial” fascinaba al hombre que ha tejido Disney Epic Mickey, Warren Spector. Este gurú del videojuego con más de veinte proyectos a sus espaldas (entre ellos las aclamadas sagas System Shock, Deus Ex, Thief o Ultima) acudió a Disney con la idea de “resucitar” a los otros personajes de la factoría: “Oswald, el hermano mayor rechazado por su padre, celoso de su hermano pequeño, el cual robó los focos que debían haberle iluminado a él... esto no es el cuento de salvar a la princesa”. Spector ha tenido acceso a todo el material original, a los archivos secretos de Disney y ha tenido una relación directa con los dibujantes, ilustradores y padres de la animación de Mickey, Goofey, Donald o Pluto.
¿Cuál es el resultado? Una aventura en la que tendremos que afrontar tres tipos de misiones diferentes: exploración e interacción con los habitantes del páramo, misiones de habilidad, donde tendremos que evitar caer ante los esbirros de Mancha Negra y los niveles que sirven como puente para acceder a nuevas áreas, áreas en 2D que representan clásicos del imaginario del ratón Mickey.
En el juego, la habilidad principal de Mickey Mouse será saltar, pero tendrá un pincel con el que podremos interactuar con los escenarios. El pincel tiene el poder de dejarnos “hacer o deshacer” en todo momento donde nuestras acciones tendrán repercusiones constantes. En Epic Mickey, podremos elegir si construir o deshacer, si eliminar a un enemigo borrándolo o transformándolo en bondadoso re-dibujándolo, lo que crea un continuo abanico de posibilidades para realizar el bien o el mal.
Los niveles 2D a su vez tienen una estructura muy clásica. Sirven de conexión entre mundos y homenajean directamente a los mejores cortos de Disney. Aquí desaparecen las opciones de los pinceles o atacar, simplemente saltaremos como lo hacíamos en los primeros videojuegos de los 80, pero alcanzar la plataforma contigua correcta y encontrar todos los tickets y sellos escondidos (que desbloquearán extras, curiosidades y ayudas) nos devolverán a un reto clásico que también parecía olvidado en los videojuegos modernos. Estos niveles están inspirados en todo tipo de cortos y películas de Walt Disney, como Mickey and the beanstalk, Clock Cleaners o el clásico Steamboat Willie por citar algunos ejemplos. Disney Epic Mickey - Behind the Scenes Video: Disneyland scape