"Hubiese sido fácil perseguir el dinero, pero nuevamente queríamos asegurarnos de que todo en lo que trabajamos está en buenas manos. Teníamos que encontrar al estudio correcto, alguien que entendiera qué juego es y ese era Ruffian Games". Ademas quiso dejar claro que la concesión de contratos es un proceso muy meditado: "Poseemos la propiedad intelectual de Crackdown, por lo que podíamos haber encontrado cualquier estudio y haber hecho una cosa llamada Crackdown 2, pero como mucha gente sabe, es uno de mis juegos favoritos de todos los tiempos; por lo que quería que fuese algo especial si nos lanzábamos con una secuela".