“Hay muy poca tolerancia a nivel consumidor para este tipo de inversiones”, comienza Capps. “Creo que una de las cosas más curiosas es que puedes mirar la televisión en 3D con una tecnología muy fácil de usar y sin restricciones. Sólo un par de gafas polarizadas, y la gente no lo usa porque no merece la pena. La diferencia de contenido estaba ahí. Avatar en 3D se ve mucho mejor que en su versión normal… si colocar un par de gafas es demasiado problema entonces colocarme una montura y encender mi ordenador de refrigeración líquida para jugar no parece probable”, concluye.
Por otra parte, Capps insiste en que para cualquier plataforma el contenido es imprescindible, apuntando a que pueden existir problemáticas entre los desarrolladores para crear videojuegos basados en la realidad virtual. “Cuando visité a los desarrolladores de Oculus el año pasado me dijeron que teníamos que crear un videojuego para su plataforma, pero no sabían cuándo iba a aparecer ni cuanta gente iba a comprarlo. Es una dura historia como desarrollador”.
Por último, Capps apunta hacia los posibles problemas causados por el dispositivo, como mareos o malestar, declarando que para que la realidad virtual funcione deberían solventar cualquier problemática que pudiera influir en la salud de los jugadores. En caso contrario, el dispositivo podría morir prematuramente. “Por favor, chicos, no la fastidiéis. Tomaros todo el tiempo que necesitéis”, declara Capps en relación al lanzamiento de los diferentes dispositivos.