No es fácil que los muertos descansen en los cementerios del Viejo Mundo, era solo cuestión de tiempo que un Nigromante se decidiese a esclavizar estas imparables máquinas de matar con su magia arcana y poderosa, y lanzar sus almas torturadas a un buen partido de Blood Bowl. Sus mejores jugadores, los Golems de carne y los licántropos feroces, son letales máquinas de matar con garras y una furia psicópata que hacen inútil cualquier armadura.