Se estima que el mercado mundial de videojuegos facturará 111.000 millones de dólares en 2015, gracias a la creciente popularidad de los vídeojuegos en la nube (los juegos online, en streaming o bajados de la Red proporcionaron unos ingresos de 38.000 millones de dólares a la industria en 2012). Gracias a la nube, los desarrolladores son capaces de proporcionar a los usuarios acceso instantáneo a juegos en streaming sin necesidad de bajarselo al ordenador, lo que permite un acceso más sencillo y eficiente a las actualizaciones, entre otras ventajas.