Al parecer, la causa del problema es el aumento de resolución en la nueva consola. Es comprensible, aunque no deseable, que en el primer contacto el juego tenga dificultades para mantener 60fps constantes debido a la resolución. Sin embargo, el problema aquí es que incluso si se reduce la resolución a 1080p, el rendimiento es inferior a la edición convencional de PS4. Por el lado bueno, el título también ofrece la opción de jugar en 4K nativo y 30 fps. Las caídas no son significativas y nunca por debajo de 50 fps, pero es triste que un hardware más potente ofrezca un peor rendimiento de inicio. Por el momento, tan solo queda esperar una actualización que corrija el problema de la caída de imágenes por segundo.