Ahora le toca el turno a la primera iteración de la franquicia dentro del terreno portátil: ‘Super Smash Bros. for Nintendo 3DS’, que se presenta como el anticipo y preludio de la versión doméstica que llegará a Wii U antes de que termine el presente año. La primera edición de ‘Super Smash Bros.’ para la portátil lleva varios meses en el centro de muchas conversaciones tanto en el plano positivo como negativo. Para algunos siempre será una franquicia de sobremesa debido a su ajustado control, mientras que otros celebran la llegada de la serie a una plataforma que les permite jugar fuera de casa. Sea como fuere, podemos decir sin duda alguna, que ‘Super Smash Bros. for Nintendo 3DS’ es un videojuego convincente que no defraudará a ningún tipo de jugador, convirtiéndose en una apuesta ganadora dentro del catálogo de la videoconsola. Ha llegado la hora de las tortas.

Nintendo en su máxima expresión

Desde una perspectiva completamente casual, podría decirse que el mayor reclamo del título está en disfrutar de un videojuego de lucha con los protagonistas más emblemáticos de las series de Nintendo. Mario, Luigi, Link, Pikachu, Samus, Fox, y un montón de personajes más se reúnen en una plantilla de luchadores que recoge la esencia más clásica de la factoría, enredándolos en luchas de hasta cuatro jugadores simultáneos. Sin embargo, los jugadores más experimentados saben que el ingrediente estrella de ‘Super Smash Bros’ es su excelente jugabilidad, que se aleja de muchos estereotipos y clichés que se dan dentro del género de lucha. De hecho, no estamos ante un videojuego de peleas al uso y precisamente este es su punto más interesante. Sin barra de salud alguna, los personajes cuentan con un medidor de porcentaje que, cuanto mayor sea, mayor será la probabilidad de salir de los límites del escenario, momento en el cual el jugador pierde una vida. A partir del 100%, los personajes comienzan a salir volando cuando reciben un impacto, regresando a la lucha si el jugador es lo suficientemente diestro como para dirigir la dirección del héroe -o heroína- hacia las plataformas del escenario. Eso sí, no esperéis volver a la batalla con un porcentaje superior a 200.

Para llevar a cabo las acciones de combate el juego cuenta con un sistema de juego muy bien ideado, perfecto para todos los públicos. Los personajes disponen de dos tipos de ataque, un botón de agarre y la defensa. Combinar estos elementos es primordial para sobrevivir en los niveles más altos. Es importante destacar la habilidad de Nintendo para ofrecer profundidad en un título que cuenta únicamente con dos botones de ataque: básico y especial, que multiplican sus posibilidades en función de la dirección y de si el personaje se encuentra suspendido en el aire o en tierra firme. Por ejemplo, Link utiliza flechas, bombas y su espada para pelear; Pikachu emplea sus poderes de rayo y su ataque rápido; Mario lanza bolas de fuego y utiliza su capa amarilla; y así un largo etcétera hasta llegar a los 45 personajes que presenta el videojuego, contando con los luchadores secretos.

Es la primera vez que la franquicia recibe tantos personajes. Se pueden encontrar algunas incorporaciones y se notan ciertas ausencias en un plantel de luchadores que, dejando a un lado la polémica, ayudan a estabilizar y equilibrar el videojuego evitando la tentación de enfrentar personajes infinitamente superiores a otros. Charizard se estrena como personaje jugable mientras el Entrenador Pokémon desaparece de la plantilla; Zelda y Sheik, que anteriormente eran un mismo personaje, ahora están divididos al igual que Samus y Samus Zero; se incluyen Palutena y Pit de ‘Kid Icarus’; y los Mii, que cuentan con tres modalidades de juego. Hay algunas sorpresas más que no desvelaremos para que el impacto entre los jugadores no se pierda.

Cada personaje cuenta con movimientos y habilidades propias, es decir, no se han incluido personajes clónicos que poco o nada aportan a la calidad del título, como ya se ha podido comprobar en los títulos de ‘Dragon Ball’. Pasando al control, uno de los aspectos más endebles del paso de doméstica a portátil, es cierto que el título se resiente un poco al contar con menos cantidad de botones y la falta de un segundo stick, pero el mapa está pensado para que el jugador se acostumbre rápidamente a los controles, algo que sucede en pocas sesiones de juego. Con esto no queremos decir que los amantes del mando de Nintendo Game Cube no vayan a disfrutar del título, ni mucho menos, pero es verdad que los saltos con la palanca direccional -que podemos desactivar para dar la función a otro botón- a veces no responde como debería, lo que llega a frustrar la jugabilidad en algunos combates de dificultad extrema donde la precisión lo es todo.

Y es que, la curva de dificultad es bastante progresiva si es la primera vez que entramos en ‘Super Smash Bros.’, con adversarios torpes y débiles que enseguida derribaremos. A medida que el jugador va tomando el pulso al control la dificultad va aumentando hasta niveles desesperantes. Aquí los objetos cobran también una importancia vital, pues podrán inclinar la balanza a nuestro favor si los utilizamos correctamente. Pokéballs, bates de béisbol, espadas láser, pistolas, personajes secundarios que ayudarán al jugador durante unos segundos, y un montón de elementos extraídos directamente de otros videojuegos que complementan los combates. No faltan a la cita los movimientos finales de cada personaje, y, aunque algunos son más útiles que otros, la gran mayoría cumplen a la perfección y brindan un poco de margen para evitar el colapso final.

Con todos estos ingredientes Nintendo logra recoger lo más divertido de cada franquicia, lo combina dentro del género de lucha y el resultado lo traslada hasta la portátil bajo un concepto que destila diversión por los cuatro costados. Las peleas se convierten en un auténtico desfile de movimientos que anima a los jugadores a seguir peleando hasta que lo obtengan todo.

Modos de juego para todos los gustos

Para todo este cóctel de diversión en la jugabilidad, Nintendo ha preparado un buen puñado de modos de juego que encajan a la perfección con la portátil: desde los modos clásicos versus pasando por algunos más trabajados y terminar en el mítico lanzamiento del saco de arena; todos y cada uno incitan a continuar la lucha, sin imponer partidas largas y tediosas.

En primer lugar, contamos con el modo smash clásico, que se ha mantenido durante todas las entregas. Podremos jugarlo en solitario o en compañía mediante la conexión local, y además nos permitirá personalizar las reglas de juego para lograr una experiencia de juego acorde con lo esperado. Este último punto es perfecto para amantes de la franquicia que cuentan con centenas de horas a sus espaldas y mantienen un ritmo y nivel de juego diferente a la media. El tiempo límite, las reglas del juego, el impulso y los objetos son algunos de los parámetros que el jugador puede modificar.

Siguiendo con la tónica, y con la intención de movernos en un ambiente más parecido al modo emisario subespacial de la entrega de Wii, criticada y alabada a partes iguales, Nintendo ha preparado el modo smashventura, una mezcla de plataformas y lucha que convence por su simple propuesta y adictiva jugabilidad. Este modo nos invita a pasearnos por algunos escenarios al más puro estilo plataformas para derribar al mayor número de enemigos posibles antes de entrar en el combate final. Lo interesante del asunto es que cada vez que el jugador termine con un contrincante será recompensado con mejoras en los atributos del personaje, como velocidad, fuerza, salto y objetos, que se verán reflejados en la partida final. Este modo de juego es ideal para ir familiarizándose con la modificación de personajes, una novedad muy interesante de esta entrega y que detallaremos más adelante.

Pero las posibilidades no acaban aquí, pues en el cartucho se pueden encontrar más opciones para exprimir las posibilidades del título. En primer lugar contamos con la senda del guerrero, una simplificación in extremis del emisario subespacial que nos lleva a una sucesión de combates en función de nuestras decisiones, recogiendo, de paso, goldones -la moneda del juego- y trofeos, desbloqueando algunas sorpresas más por el camino. En este punto es interesante la dificultad, que vendrá asignada en función de la cantidad de goldones que apostemos. Cuantos más goldones se apuesten, mayores recompensas se recibirán al superar los combates, pero los contrincantes serán más duros.

Complementando la senda del guerrero encontramos el modo leyendas de la lucha, donde el jugador disputa encuentros en orden cronológico contra los personajes más emblemáticos de la industria desde la época de los 80 hasta la actualidad. La única condición la de superar batallas con una única vida, aunque entre partida y partida se ha acondicionado una fase de transición con algunos objetos para restaurar salud.

Los últimos modos de juego se engloban en el estadio, donde encontramos tres modos de juego más. Asalto, donde habrá que hacer frente a un ejército de Mii personalizados con diferentes opciones; bomba smash, donde el objetivo pasa por explotar todas las dianas que hay repartidas por el escenario; y, por último, el clásico béisbol smash, cuyo objetivo es lanzar lo más lejos posible un saco de arena. Estos modos complementan a la perfección un sistema de juego que convence y deja entrever que el núcleo del juego da para mucho más que para escenarios cerrados y lucha a raudales.

Las personalizaciones y el dinamismo en línea

Uno de los puntos más débiles de ‘Super Smash Bros. Brawl’ fue su vertiente en línea, que nunca llegó a despuntar debido a los servidores de Nintendo y su sistema arcaico de emparejamientos. En la revisión portátil de la serie, se ha solucionado este problema a grandes rasgos ofreciendo encuentros sin ningún tipo de problema o de lag, algo que temía gran parte de los jugadores. Podemos disputar encuentros con amigos o con desconocidos, algo que sitúa el juego como uno de los pocos videojuegos de la compañía que permite entrar directamente con usuarios que no están en nuestra libreta de amigos de la videoconsola. Eso sí, debemos advertir que hemos encontrado con alguna ralentización cuando el caos visual se apodera por completo del combate, mermando la jugabilidad.

También podemos ver retransmisiones de las partidas que se estén disputando en línea, con la posibilidad de apostar para obtener algo de dinero que gastar en la tienda. No es demasiado importante, pero siempre viene bien tener recursos y, de paso, descubrir algunos movimientos de los jugadores con más experiencia.

Con anterioridad se comentaba que el título ofrece la posibilidad de modificar nuestros personajes. Más allá de atuendos alternativos, algunos más inspirados que otros, el título adopta mecánicas conocidas de rol para, en algunos modos de juego, armar a nuestros personajes para ofrecer más variedad y profundidad al sistema. De esta manera, el jugador puede equipar a Mario y compañía con objetos para dotarles de mayor velocidad, fuerza y otros elementos que se irán desbloqueando a medida que se invierten horas en el título. También es posible modificar algunos ataques especiales, con hasta un máximo de tres vertientes por personaje para adaptarse lo máximo posible al estilo de lucha del jugador. Advertimos, eso sí, que este tipo de modificaciones tiene su público, como también lo tiene su contrapartida básica sin modificaciones, de manera que en algunos encuentros no está permitido jugar con personajes modificados.

Todo un espectáculo audiovisual imprescindible para el jugador

‘Super Smash Bros. for Nintendo 3DS’ luce estupendamente. La cantidad de escenarios es muy representativa, pues cada uno cuenta con elementos de cada franquicia muy bien recreados para la ocasión. Si bien es cierto hay algún que otro decorado menos trabajado que otro, como por ejemplo el de Pikmin y su fotografía de fondo de baja resolución, otros resultan muy convincentes. Además de los clásicos escenarios que vienen repitiéndose entrega tras entrega, nos encontramos con niveles inspirados en F-Zero, Game & Watch e incluso la portátil Game Boy y su binomio negro y verde. Cada escenario es un mundo, de la misma manera que cada personaje tiene un control diferente, así el jugador deberá adaptarse para ser el mejor en cualquier encuentro. Los personajes, por su parte, cuentan con un nivel de detalle bastante notable, y aunque no son perfectos, el título luce a 60 imágenes por segundo y muestra unos efectos gráficos que imponen una vez que se ha establecido el caos en las partidas.

La banda sonora y los efectos acústicos también rallan a gran escala, con melodías muy inspiradas, producidas para recordar las franquicias clásicas. Desde remasterizaciones hasta adaptaciones de los grandes, queda claro que este nuevo Smash Bros. despunta a nivel audiovisual. Tanto es así, que incluso el videojuego permite utilizar la videoconsola como reproductor MP3 para disfrutar de la banda sonora en cualquier lugar, incluso con la portátil cerrada. Las voces de los personajes son bastante pintorescas y mezclan idiomas sin temor. El comentarista y Sonic, por ejemplo, hablan en castellano; mientras que los personajes de ‘Fire Emblem’ lo hacen en inglés. Otros, como Mario o Link, se limitan a gemir y gritar como viene siendo habitual.

Conclusiones

Los temores que se cernían sobre la adaptación de la franquicia a la portátil de Nintendo se han disipado tan solo unos combates después. El control se adapta casi a la perfección y la cantidad de modos de juego y contenido desbloqueable hará pasar a cualquier jugador decenas de horas inmersos en la batalla. De hecho, parece que el videojuego haya sido originario de portátiles dado lo bien gestionada que está la obra. Ahora sólo hace falta que aparezca la versión de Wii U y conocer su conectividad -todavía inactiva- para obtener la experiencia completa. Hasta que llegue dicha versión, podemos ir abriendo boca con un título que todo poseedor de Nintendo 3DS debería adquirir.

Super Smash Bros. Nintendo 3DS - Tráiler de lanzamiento