Elogios a un lado, hoy tenemos en frente de la mesa de análisis un proyecto procedente de uno de los experimentos menos exitosos de Nintendo: Wii U, la última sobremesa de la compañía japonesa que, a pesar de su corto ciclo vital, nos dejó auténticas joyas. Joyas que, por suerte para el jugador, comienzan a dar el salto a la híbrida, nutriendo el catálogo de Switch y dándole al jugador la oportunidad perfecta para descubrir -o redescubrir- algunas aventuras excelentes.

Hablamos, concretamente, de ‘Super Mario 3D World’, la aventura tridimensional aparecida hace unos años que, además de ofrecernos la aventura original con ciertos retoques en lo visual y jugable, expande la obra con un nuevo título incluido: ‘Bowser’s Fury’, una iteración exclusiva que nos ha encantado. Pero empecemos por el principio… let’s a go!

Plataformas y más plataformas

Una de las grandes fortalezas de Nintendo en este negocio es la capacidad de reinventarse una y otra vez, haciendo que sus franquicias, sin ir más lejos, sean las que empujen el cambio en una u otra dirección. Con Mario la mecánica es simple, sobre el papel: hacer un videojuego de plataformas que aproveche, desde el inicio, las particularidades que tiene el sistema. En ‘Super Mario 3D World’ nos encontramos con un mundo tridimensional repleto de mecánicas conocidas -y desconocidas- cuyo único objetivo es mantener al jugador enganchado a su mando de juego, y lo consigue, con creces.

Saltos calculados al milímetro, plataformas cambiantes, disfraces, enemigos simples -y no tanto-, cooperación, competición, todo esto suele resumir un videojuego de Super Mario, y, en este caso, podemos afirmar que estamos delante de uno de los mejores títulos de la franquicia -en su versión tridimensional- de la historia. El conjunto de niveles está tan metódicamente estudiado y su creatividad a la hora de implementar las mecánicas haciendo partícipe al jugador aseguran diversión a raudales para todos los jugadores, ya sean adultos o pequeños.

La peculiaridad de esta entrega radica en la cooperación: hasta 4 jugadores podrán encarnar a Mario, Luigi, Peach y Toad en todos y cada uno de los niveles disponibles, por lo que la diversión se multiplica. Más aún si tenemos en cuenta que esta vertiente multijugador incluye los mini juegos y la posibilidad de jugar en línea, algo que en Wii U no estaba disponible.

Novedades y Bowser’s Fury

En cuanto a las modificaciones del videojuego original, más allá de lo comentado en el párrafo anterior referente al modo en línea, el título mantiene el espíritu de la serie con unos controles precisos y perfectos. El jugador tiene el control absoluto de su personaje en todo momento, e incluso se ha subido la velocidad de los personajes un puntito para darle un poco más de ritmo a la aventura.

En este sentido, debemos decir que, a pesar que el videojuego no es extremadamente difícil, sí que plantea un reto perfecto para todos aquellos que quieran descubrir todos los tramos y secretos que esconde la aventura. Como viene siendo habitual en la serie, la rejugabilidad está asegurada, no siendo pocos los jugadores que buscarán hacer un speedrun para labrarse un hueco dentro del mundillo. También se ha incluido un modo foto que, si bien es cierto es bastante pobre en comparación con otros títulos, cumple perfectamente con su cometido.

Pero sin duda, el plato fuerte de esta revisión es Bowser’s Fury, una suerte de expansión con todas sus letras que se desmarca por completo de los niveles originales para tontear, con buen acierto, con las mecánicas de mundo abierto. Más concretamente, entraremos dentro de un archipiélago compuesto por multitud de islas donde tendremos que ir recogiendo soles felinos, acompañados, eso sí, por uno de los hijos de Bowser: Bowsy.

Este personaje de apoyo, controlado por la IA o por cualquiera que se anime a jugar en cooperativo, nos ayudará tanto en el modo exploración -el entorno es enorme, y las sorpresas que se esconden en ella son muchas y muy variadas- como atacando a los enemigos. De nuevo, Nintendo ha hecho lo que mejor sabe hacer: mantener aquello que funciona y añadirle un buen puñado de nuevas mecánicas para sorpresa y deleite del jugador.

Pero estamos hablando de la furia de Bowser, y ésta es, desde luego, aterradora. Cada cierto tiempo el cielo se nublará y aparecerá, aleatoriamente, un gigantesco Bowser que nos buscará y atacará con toda su furia, independientemente de lo que estemos haciendo. Así, el modo, además de mantener el espíritu del original, ofrece una serie de duelos cargados de tensión y, sin ánimo de destripar, debemos decir que los enfrentamientos contra el gigante son bastante espectaculares.

La duración de este contenido adicional es reducida en comparación con el juego base, y podremos terminarlo en unas 8 horas al 100%, suficiente tanto para justificar la revisión en Switch como para darle algo nuevo -y divertido- a los usuarios que vengan de haber exprimido el título en Wii U.

Un nuevo Mario repleto de diversión

‘Super Mario 3D World: Bowser’s Fury’ es uno de los imprescindibles a jugar si no lo hicimos en su momento. La actualización técnica del juego base, que ahora funciona a una resolución de 1080p a 60 cuadros por segundo, manteniendo, como no podía ser de otra manera, el arte colorido y fantástico que representa la franquicia, y las novedades en cuanto a modo en línea y contenido hacen que la obra brille con luz propia. El añadido de Bowser’s Fury, además, sirve como excusa perfecta para darle otra vuelta al juego, y, a pesar de que este modo reduce a 720p su resolución, las mecánicas implementadas y el buen saber hacer de Nintendo a la hora de ofrecernos diversión constante justifican el conjunto en su totalidad.

En definitiva, una suerte de remasterización atípica donde no sólo se mantiene el contenido, sino que además se expande de una manera, a nuestro juicio, brillante. Más revisiones de este calibre, por favor.

Super Mario 3D World + Bowser's Fury – Tráiler