Pero, ¿qué ocurre con las propuestas nuevas? Tenemos un excelentísimo ‘CupHead’ que nos hace la vida imposible gracias a su endiablada jugabilidad; las remasterizaciones de ‘Crash Bandicoot’ también han alegrado el catálogo de PlayStation 4, trasladándonos a la época dorada de la primera videoconsola de Sony; y, por último, el sucesor espiritual de ‘Banjo-Kazooie’, ‘Yooka-Laylee’, dejó muy buen sabor de boca a los nostálgicos por sus mecánicas duales. ¿Hay hueco para algo más?

Parece que sí, o así al menos lo pensaron en Playful Corp., un estudio afincado en Texas que decidió, hace meses, ponerse manos a la obra para crear un videojuego de plataformas con sabor añejo en exclusiva para Xbox One y Windows. Así nació ‘Super Lucky Tail’, cuyas primeras imágenes ya llamaban la atención por su colorido y la simpatía que despertó su protagonista, Lucky. Sin embargo, la propuesta está lejos de convertirse en un referente del género por varios motivos. ¿Empezamos?

La fantástica vida de Lucky y su periplo por salvar a su hermana

De todos es bien sabido que la trama argumental de la gran mayoría de videojuegos de plataformas es básica. Salvar a la princesa de turno, recuperar una serie de objetos o detener los planes del malo maloso son ejes que nos llevan, a la postre, a visitar incontables mundos de fantasía repletos de peligros que evitar. En ‘Super Lucky Tail’ es un extraño y mágico libro el que nos llevará a los cuatro mundos de los que se compone el videojuego, buscando tréboles por el camino para rescatar a la hermana del zorro heroico de las garras de un gato malvado. No inventan nada nuevo, pero tampoco pasa nada, ya que lo realmente importante en un videojuego de plataformas es el camino, no el final.

Las mecánicas de ‘Super Lucky Tail’ van en consecuencia con lo comentado anteriormente. Comenzaremos en un primer mundo donde se explica, brevemente, las habilidades del protagonista: golpear, saltar, saltar doblemente y meternos bajo tierra son algunos de los atributos de Lucky, que hay que dominar para recoger monedas y tréboles y, así hacer frente a los peculiares enemigos que residen en los mundos.

No faltan las plataformas volantes, los pequeños puzles donde llevar un objeto desde un lugar determinado para continuar adelante, las zonas secretas, y, simulando a ‘Donkey Kong Country’, habrá que recoger también las letras L-U-C-K-Y repartidas por cada zona. Sobre el papel, las mecánicas convencen, y, de hecho, durante las primeras horas de juego hemos pasado ratos realmente gratos.

El principal problema de Lucky: el control

Al inicio del artículo advertíamos que la obra se queda lejos de convertirse en un referente del género, y esto es así por varios motivos. En primer lugar, el control del protagonista, si bien no es malo del todo, no es lo suficientemente preciso como para que el jugador experto en el género se sienta cómodo. Por ejemplo, hay momentos en los que el zorro no responde como debería, permitiendo que el jugador caiga de una plataforma volante a pesar de haber calculado bien el salto previamente o hacerle víctima del ataque de un enemigo tras haberle golpeado.

A esto se le suma la extraña decisión de no permitir que el jugador controle la cámara a su antojo. Sí, podemos mover la cámara a izquierda y derecha, pero no rotarla por completo, lo que nos deja con una sensación extraña. No podemos, por ejemplo, colocar la cámara detrás del protagonista permitiendo, así, obtener un mejor ángulo para calcular los ataques y los saltos, sino que todo se reduce a pequeños giros que, más que ayudar, desconciertan.

La combinación de un control poco pulido y una cámara limitada hacen que el videojuego, sobre todo a mitad de la aventura, gane en dificultad. Y no porque el título sea difícil, que no lo es, sino por el alto grado de frustración que produce un control que no se adecúa a las exigencias de un título de plataformas actual.

Un mundo bonito y colorido

Pero no todo es malo en ‘Super Lucky Tail’. Si el control y la cámara son sus principales errores, su apartado audiovisual es, cuanto menos, resultón. El videojuego lo hemos disfrutado en una Xbox One S, que funciona a resolución completa con una tasa de imágenes por segundo de 30; pero en Xbox One X, la autodenominada bestia de Microsoft, funcionará a una resolución 4K a 60 fotogramas por segundo.

Si bien es cierto el apartado artístico es bastante bueno, con escenarios y personajes muy coloridos y reconocibles, por momentos hemos visto ralentizaciones –casi inexplicables, ya que el videojuego tampoco es que sea un portento técnico- que han afectado a la jugabilidad. Las animaciones de Lucky y los demás personajes son simpáticas, y las verán con muy buenos ojos, sobre todo, los más pequeños de la casa.

La música es uno de los elementos más trabajados en la obra, con partituras que recuerdan a los grandes clásicos de la época y que pronto tararearemos si nos adentramos en su mundo el tiempo suficiente. De agradecer es, también, que la obra nos llegue doblada al castellano con un buen reparto de voces, aunque las líneas narradas no sean demasiadas.

Conclusiones

La sensación que transmite ‘Super Lucky Tail’ es que podría haberse convertido en un ejemplar ejercicio de nostalgia para los jugadores con más de 30 años. Las intenciones de Playful Corp. son muy buenas, traslada las mecánicas de hace décadas adaptándolas a las exigencias de hoy. Sin embargo, a la hora de ejecutar estas ideas, nos encontramos con un control que deja mucho que desear y una cámara que no ayuda en absoluto a la hora de hacer las cosas más fáciles.

Lamentablemente, este exclusivo de Xbox One y Windows 10 se queda en un quiero y no puedo. Esperamos, eso sí, que de cara a futuros proyectos –quizá una hipotética secuela- el estudio tome nota de sus errores y materialice, con el suficiente tiempo, un videojuego de plataformas digno de situarse entre los grandes contemporáneos de su segmento. Ingredientes para ello no han faltado, ha sido el chef quien no ha sabido sacarle todo el partido a cada uno de ellos.

Super Lucky's Tale - Launch Trailer