Nuestra aventura nos sitúa cronológicamente tres semanas después de la victoria de los Terran sobre Sarah Kerrigan, la Reina de Espadas. Arcturus Mengsk es el tercero en discordia y no tiene planeado dejar que la ex-regente siga con vida, algo que tiene en común con Sarah, la cuál tampoco profiere demasiado apego por el señor Mengs. En nuestro caso comenzaremos controlando al enjambre Zerg para romper con la estética vista con los Terran en la anterior expansión, 'Wings of Liberty'.
La premisa no es ni de lejos una bocanada de aire fresco ni un alarde de noches en vela frente a la temida página en blanco y una botella de agua con gas, es más, es simple, cogida con alfileres, poco macerada, guión desperdiciado con frases más bien recurrentes de cartelera de verano y personajes muy planos. Es básicamente un pretexto para ir enfocando la saga a su culmen y última expansión 'Legacy of the Void' y sí, el título presume de prometer a falta de más información.
Es en este esfuerzo de conectar los hechos del título donde la historia más se resiente volviendo a dejar en evidencia el flaco esfuerzo hecho por los guionistas y/o escritores de la trama.Donde de verdad se lleva 'Hearts of Swarm' el gato al agua es a nivel práctico, en el campo de batalla que únicamente se resiente de su escueta duración (estimamos unas doce horas) y de dejar al jugador con ganas, muchas ganas de más. Sentimiento producido gracias a la variedad de las misiones y su sencillo, aunque eficaz desarrollo que pasarán por toda clase de objetivos, desde la clásica conquista de base hasta la típica (y ya vista en la saga) resistencia por oleadas, incluyendo los combates de criaturas principales o jefes de nivel.
Comenzamos la campaña en solitario y tomamos posesión de una de las armas más bestias en nuestro haber, Kerrigan, una devastadora unidad a la que podremos ir aumentando el nivel y, por ende, la potencia destructiva a medida que vamos superando objetivos y niveles. Contaremos con un escueto, pero eficaz número de habilidades que irán aumentando a nuestro paso por los niveles, llegando incluso a poder escoger las habilidades de nuestras unidades de combate. Tenemos otra peculiaridad dentro del batallón: la rama evolutiva, dos vertientes que iremos desbloqueando también con nuestro progreso y que podremos analizar con vídeos antes de escoger con cuál quedarnos.
Dejando la campaña a un lado, contaremos también con la opción multijugador para los más versados en el arte del combate. Los veteranos del género notarán cambios en cuanto al número y clase de unidades, pero siempre bien equilibradas y compensadas, algo en lo los fans de la saga exigen precisión quirúrgica. El nivel multijugador es bastante exigente y es que todo es cuestión de estrategia y cicatrices de librar batallas, pues los jugadores van a sacar lo mejor de nosotros mismos teniéndonos a su merced si no nos espabilamos y no pensamos bien nuestros movimientos. Las batallas son verdaderamente épicas y los que disfruten con esta modalidad no van a quedar decepcionados gracias al trabajo de Blizzard en este sentido. No hace falta que se asusten los inexpertos, pues 'Starcraft II' cuenta con varios modos de juego en los que practicar, así como servirnos del modo campaña también para hacernos con la mecánica del juego o las partidas no clasificadas para coger experiencia jugando contra otros jugadores.
A nivel artístico y técnico no hay ninguna pega, ya que los Zerg cuentan, como toda criatura del sello de la casa Blizzard, con un precioso estilo artístico así como los escenarios, que se mantienen variados y bien dimensionados y definidos. Otro de los puntos fuertes del juego es ver la soltura con la que puede llegar a mover diversos efectos visuales en la misma pantalla: explosiones, muertes, efectos, lásers, enemigos, amigos, etcétera. Huelga decir que incluso en su ajuste más básico el juego goza de una calidad gráfica bastante decente.
La interfaz no se queda atrás. Es original a la par que atractiva e intuitiva y hace mucho más sencillo su uso a la hora de movernos en el campo de batalla, así como menús y pantallas del juego.Las escenas de vídeo también gozan de la marca Blizzard, con su toque expresivo dentro de los rostros de los personajes, los efectos climatológicos, animaciones de los avatares, etcétera. No es que sorprenda ya que es un punto fuerte en todos los títulos de la casa.
La banda sonora se mantiene dentro de lo aceptable y nos sigue en todos los momentos del juego sin demasiada pirotecnia. Este es otro de esos puntos donde vemos algo de parsimonia, vagancia o desinterés. No es la peor banda sonora del mundo, pero sí es cierto que en según qué momentos esperamos algo más de intensidad. Los doblajes siguen la misma estela y tampoco son ningún alarde interpretativo. Si bien no ganarán un VGA sí es cierto que no pasan de lo correcto. Podríamos apuntarlo en la lista de juegos con doblaje mejorable que tenemos en España.
En resumidas cuentas, 'Heart of Swarm' se coloca como una expansión decente si quieres mejorar la campaña individual y una muy recomendada si lo tuyo es el mundo multijugador por la inyección de novedades que supondrá. No será la mejor expansión, esperemos, que saque Blizzard pero sirve a su propósito de unir el pasado con el futuro y prepararnos para el culmen de esta gran aventura que es 'Starcraft II'.
StarCraft II Heart of the Swarm - Opening Cinematic
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Francisco Lara