En la trama, digna de una película dirigida por Michael Bay, el jugador asume el papel de un soldado conocido como 'el predicador'. Decidido a reencontrarse con su familia, a nuestro soldado le tocará reconciliar su vida familiar con una serie de misiones que pueden determinar el destino del mundo occidental. Pero, ¿tiene Medal of Honor: Warfighter la capacidad de atraer la atención de todo aquel que está esperando a Call of Duty: Black Ops II? o la serie continua con su estatus de FPS secundario frente a los poderosos Battlefield - también de Electronic Arts o los ya nombrados Call of Duty de Activision.
Una gran campaña sin un segundo de descanso
Pues bien, Medal of Honor: Warfighter es un título que los jugadores ya conocen muy bien. Presenta una gran campaña en la que los momentos para descansar se limitan a breves espacios de tiempo que ofrecen lo justo para tomar un poco más de aire. Nada más comenzar, nos encontramos en un desierto para infiltrarnos y rescatar un grupo de rehenes que están a punto de ser eliminados por un grupo de soldados. La acción ya comienza frenética disparando desde la ametralladora de un helicóptero para ser inmediatamente transportado a una intensa persecución por una ciudad de Oriente Medio poco después de cerrar la situación con los rehenes. Esta velocidad y variedad en las misiones apenas deja momentos de intensidad menor, ya que todas las misiones que ofrece el juego son tan emocionantes como divertidas, sin tener que repetir necesariamente los mismos métodos durante las horas por las que se extiende la magnífica campaña. Afortunadamente, además, estos cambios de escenarios y situaciones están perfectamente ligados al argumento, lo que aporta mucho más sentido a la narrativa del juego, que alterna con frecuencia acontecimientos pasados reales, -como el atentado de los trenes de Atocha, con situaciones ficticias enmarcadas en tiempo presente.
Aunque la desarrolladora ya adelantó su intención de ofrecer una historia más emocional con Medal of Honor: Warfighter, el resultado final no es precisamente lo que se muestra en pantalla. La forma en la cual se presenta al Predicador no se centra con acierto, ya que esté parece estar más preocupado por su situación familiar que por las acciones que emprende como miembro de las fuerzas armadas norteamericanas. Además, la mayoría de los personajes que aparecen en la pantalla parecen estar destinados a adoptar los roles tradicionales de los juegos de disparos en primera persona. No falta desde el colega que muere trágicamente hasta una especie de mentor con la responsabilidad de dar continuidad a ciertas secuencias, así como de salvar la vida del protagonista tras alguna escena interactiva de acción. De la misma manera los villanos del juego encierran todos los clichés imaginables, especialmente los que pertenecen al mundo islámico, es decir, terroristas que siempre están dispuestos a realizar ataques suicidas en defensa de sus valores religiosos sin ningún tipo de conciencia sobre la vida y la muerte. En resumen, la historia no quiere diferenciarse de la presentada por otros títulos en el mercado, buscando incluso la oportunidad de establecer una conexión emocional forzada con el jugador.
Sin salirse de los moldes
Contando con el escenario que nos brindan actualmente los juegos de disparos en primera persona, Medal of Honor: Warfighter no tiene nada nuevo que ofrecer. A pesar de la presentación de gráficos que hasta el momento no han sido igualadas por ninguno de sus competidores, la producción apuesta sobre una fórmula de juego tan segura como previsible, sin apartarse en ningún momento de los moldes estandarizados establecidos por la industria. Tanta es la similitud entre producciones, que si nos paramos a observar imágenes del juego sería muy fácil confundir los personajes y los escenarios de Warfighter por cualquier otro FPS moderno que se desarrolle en Oriente Medio si no contarán con el logotipo impreso del juego en cada imagen. Por lo tanto, si el jugador pertenece al grupo de los seguidores de este estilo de juego van a tener mucho para disfrutar del juego, aunque es difícil dejar atrás la sensación de estar ante un recalentado plato mejor presentado.
Uno de los aspectos que más ha variado con respecto a la entrega lanzada en 2010, es la precisión de las armas. Ahora hay que tener en cuenta aspectos como la distancia de los enemigos o la velocidad del viento en el momento de disparar, algo especialmente evidente en los rifles de francotirador. Por otro lado, aunque los soldados enemigos no son especialmente inteligentes, sus rutinas son capaces de crear peligrosos agujeros en las defensas del jugador, dejándolo en cuanto se despiste lo más mínimo en una posición estratégica desfavorable. Por lo tanto, sobre todo en los niveles de dificultades mayores, nunca es una buena idea enfrentarse a los tiroteos sin un mínimo planteamiento estratégico o de defensa. No obstante, un aspecto característico de Warfighter con respecto al resto del catalogo de FPS, es la poca munición que regala el juego. El jugador necesita calcular muy bien los tiros y no malgastar la munición con la intención de no tener que confiar mucho en el arma secundaria del protagonista, que se puede recargar de forma indefinida pero que tiene una potencia y un alcance de impacto muy limitado. Esto permite que el juego se asiente con más fuerza a la realidad sin la necesidad de exponer al jugador a situaciones en las que únicamente le queda cometer suicidio, ya que es imposible continuar.
Multijugador para todos
Aunque la intención es no realizar comparaciones entre el modo multijugador de Medal of Honor: Warfighter con el presentado por la serie Call of Duty, esto no significa que sea inferior, ya que las posibilidades del juego se desarrollan y son comprendidos por el jugador a una velocidad muy rápida, dominando los enfrentamientos que se resuelven a base de sufrir un poco en los comienzos. Es decir, al igual que cualquier otro FPS de estreno poco a poco se va aprendiendo la arquitectura y posibilidades de los mapas para que cada cual encuentre la mejor estrategia en cada uno. Para compensar un poco, el juego tiene un sistema de búsqueda que funciona de verdad. Básicamente cuanto peor sea el jugador, menores serán las posibilidades de ser arrojado a un cuarto lleno de hábiles asesinos. Destaca la incorporación del sistema Fireteam, el cual asocia al jugador automáticamente con otro en la misma situación. Este compañero de patrulla se puede utilizar como medio para recargar munición, y existe la opción de volver a la acción desde el punto en el que se encuentre la otra mitad de nuestro equipo, algo que añade más flexibilidad a los combates y evita tener que caminar hasta los puntos de conflicto.
Otro aspecto interesante es la forma en la cual la nacionalidad del personaje influye en la selección de armas y animaciones. Tenemos a nuestra disposición una serie de unidades abiertas pertenecientes a diferentes países, que así mismo asegura nuevas formas de participar en los desafíos del modo multijugador, de hecho, el nivel de detalle es tan grande que incluso las animaciones de las armas de recarga cambian dependiendo de la opción que el jugador ha escogido. Lo mismo se repite en cuanto a los modos de juego, que no defraudan gracias a la oferta de los tradicionales modos deatmatch, demolición y escenarios en los que se tiene que luchar por controlar un determinado punto en el mapa. En este sentido, cabe destacar un nuevo modo de lucha en lugares elegidos al azar dentro del mapa y Misiones de combate, donde un equipo tiene la misión de atacar un número de territorios, mientras el equipo contrario trata de evitar sus avances hasta agotar el número de soldados disponibles para los atacantes. En definitiva, el multijugador de Warfighter tiene todo lo necesario para mantenerte entretenido durante meses.
La técnica, un paso adelante
A pesar de haber llamado mucho la atención cuando fue estrenado en Battlefield 3, es en Medal of Honor: Warfighter cuando el motor gráfico Frostbite 2 muestra realmente todo su potencial. Aprovechando el hecho de que el juego dispone de unas dimensiones más contenidas y menos entornos, el equipo de desarrollo ha empleado su tiempo en pulir los detalles gráficos del juego a un nivel inimaginable. Destaca el sistema de iluminación especial empleado por título, de manera que lo que los entornos cambian dinámicamente a medida que las fuentes de luz desaparecen o cambian de lugar. También sorprenden algunas de las explosiones más realistas que jamás se hayan visto en medios digitales, y que realmente afectan a la visibilidad. Otro aspecto que llama la atención son las texturas en alta calidad utilizadas en el juego, que ayudan a componer ambientaciones convincentes con características muy diversas. Para completar este gran trabajo, también se han añadido animaciones muy convincentes centradas en los movimientos de aliados y enemigos, que al igual que la física es capaz de transformar sustancialmente los escenarios tras una intensa batalla. A pesar de todo, no todos los elementos son destructibles, aunque no es inusual ir dejando completamente destruida cualquier instalación o edificio después de recibir nuestra visita. Lo que además obliga al jugador moverse constantemente entre diferentes puntos con el fin de evitar la muerte sepultado entre escombros.
Por otra parte, Medal of Honor: Warfighter, incluye en su vertiente sonora una gran cantidad de elementos sobresalientes, que por otro lado, ya estaban presentes en el reinicio de la serie, aunque para la ocasión se han mejorado algunos efectos, mientras que la banda sonora cumple perfectamente con su cometido gracias a una serie de temas de corte épico-militar que envuelven de manera sobresaliente lo que se muestra en pantalla. Destacar que el juego llega a nuestro país con textos en castellano y una notable calidad de doblaje que deja interpretaciones sobresalientes en su versión en español.
Conclusiones
Ahora parece que sí. Este es el Medal of Honor que estaban esperando sus seguidores. Lo cierto es que no se complica la vida e intenta mantenerse fiel a todas las premisas que marca el mercado para los juegos de disparaos en primera persona, pero también es cierto que si Warfighter hubiera llegado al mercado en 2010, es muy probable que ocuparía un lugar entre Battlefield 3 o Modern Warfare 3 como uno de los mejores FPS del año. Sin embargo, el hecho de que haya visto la luz a finales de 2012, cuando la mayor parte de su mecánica ha sido utilizada en otras ocasiones, es complicado prever hasta dónde llegara en el mercado.
Medal of Honor: Warfighter no ofrece exactamente una experiencia de enfrentamientos, capaces de atraer la atención de los jugadores más impacientes, ya que en cierto modo y sin ser tan exagerado, presenta aéreas mas grandes, que es una de las principales características de los juegos de disparos en primera persona de Electronic Arts, lo que seguramente impida a Warfighter convertirse en un fenómeno de grandes masas. No obstante es muy competente en todos sus apartados y la producción dispone de ese toque diferencial tan importante que debe tener un producto cuando se compara con la competencia. En definitiva, uno de los grandes juegos de disparos de este año y un feliz, ahora sí, reencuentro con una de la series con experiencia en el género. Ahora, tan solo queda invertir un poco más en el plano de las innovaciones para devolver a la serie a lugar que le corresponde. Mientras tanto Medal of Honor recupera su reputación con holgura.
Medal of Honor Warfighter - Zero Dark Thirty Map Pack
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Alberto López Torreón
