Una nueva oportunidad
‘Knack 2’ es un cuento juvenil ilustrado a través de un videojuego, aunque cualquier jugador puede acompañar en sus aventuras a Lucas y su compañero, Knack, un ser vivo formado por partículas y reliquias resultantes de un experimento. Buscan la fortaleza de los Altos Goblins, que son los enemigos de los héroes a lo largo de la historia de la franquicia. En este aspecto hay poco que destacar, ya que a pesar de que los personajes se esfuerzan por mostrar algo de carisma no siempre lo logran. Sin embargo, la trama y parte de la historia tiene momentos agradables y un guion coherente en formato fábula, al estilo de cualquier productora de animación infantil o juvenil.
La serie alcanza con su segunda entrega el punto necesario que lo sitúa como un juego de acción y plataformas digno del género al que pertenece, con la robustez necesaria que los actuales tiempos exigen. Esto significa que ‘Knack 2’ tiene más variedad de acciones y combinaciones de golpes, patadas, ganchos y diversas configuraciones para usar. Hasta se ha añadido un árbol de habilidades más grande. Esto obliga al jugador a recoger energía proveniente de piedras azules para ganar puntos y gastarlos en las características de Knack. Un personaje que comienza pequeño y, que es capaz de crecer hasta alturas y dimensiones colosales, mayores que las vistas en el primer juego. También hay variantes como el Knack de hielo, el Knack de hierro, el pequeño Knack invisible y otras originales configuraciones. La mejora en la jugabilidad no necesariamente se traduce en la diversificación de la experiencia. Por supuesto que estas mejoras y novedades ofrecen un incentivo y complementan el factor de rejugabilidad; pero para bien o para mal, es necesario hablar de esa dolencia llamada repetición.
Después de unas horas Knack 2 también cansa
Para comenzar, ‘Knack 2’ dura más de lo que debería. La aventura toma por sorpresa a los jugadores que desconocen el formato de turno y reserva cerca de 15 horas a los que quieran explorar mínimamente los escenarios lineales. El problema es que, después de 7 o 8 horas, el jugador se siente plenamente saciado. A partir de ese punto el entusiasmo por el juego comienza a caer. Hay destellos puntuales destinados a aportar condimentos diferentes, como un tanque que se puede controlar en los capítulos finales, al mejor estilo ‘Battlefield’, y secuencias Quick Time Event (QTE), que muestran a Knack ejecutando una serie de acciones cinematográficas a medida que el jugador presiona los comandos que aparecen en la pantalla. Pero sin la escala épica de otros juegos que utilizan la misma mecánica.
Por lo demás, el resto se reparte en correr, golpear, rodar, saltar y resolver algunos puzles simplones. Si el juego no hubiera extendido su duración de un modo tan artificial estaríamos ante un producto mejor, pero la prolongación en la forma que se presenta da demasiado espacio a la repetición. Prácticamente la segunda mitad del juego se percibe de modo semiautomático, sin sabor. No deja de ser divertido, pero tampoco ofrece alicientes ni sensaciones diferentes al primer tramo e inevitablemente termina por cansar. Es importante destacar también que el juego se puede disfrutar de modo cooperativo, en línea o sin conexión.
Cantidad de coleccionables para buscar
‘Knack 2 como no podía ser de otro modo recupera los naipes de la primera entrega, aquellos que, cuando se recolectan en cantidad suficiente crean un dispositivo capaz de aportar mejoras pasivas al héroe: como la habilidad de detectar tesoros, ver la barra de energía de los enemigos o un teletransportador que nos deja en el momento anterior antes de morir en una fase, entre otros. Estos elementos se han escondido con mucho acierto entre los escenarios. Alternar entre el Knack grande y el pequeñito se vuelve una tarea más divertida cuando se necesita determinada envergadura para acceder a superficies estrechas y túneles ocultos, donde podemos encontrar baúles secretos con las citadas cartas. Estas colecciones proporcionan la motivación adecuada para animar al jugador a explorar los escenarios de forma más inteligente.
Conclusiones
‘Knack 2’ ha mejorado bastante con respecto a la entrega que abría la serie, pero corre el riesgo de envejecer rápidamente y caer en el olvido, como sucedió con el primero. El proceso puede ser más largo y menos doloroso porque la experiencia es más robusta y consigue situar el juego dentro de su género. La ausencia de títulos en su especie justifica su adquisición porque, como mínimo, es lo que el anterior debería haber sido. La simplicidad es, para bien o para mal, un elemento que hace el juego accesible, aunque todavía mantiene ese aspecto atontado de los juegos de “principio de generación”. ‘Knack 2’ no se puede desestimar como una opción interesante capaz de entretener un ratito. Pero todavía se necesita mucho más para que el juego y en especial, el personaje, se gane una posición entre las mascotas de la familia PlayStation. Por el momento, esto no se ha logrado.
Knack 2 – Tráiler
