Evidentemente, para jugar al tercer episodio de la compilación es necesario haber completado los dos predecesores para evitar ciertos destripes en cuanto a posibilidades se refiere. Marrakech es un capítulo intermedio entre París y Sapienza, ya que combina perfectamente los dos ingredientes diferenciales de cada uno: la gran afluencia de personajes, por un lado; y la libertad de movimiento, sea en callejones o dentro de los edificios, por otro.
Más libertad para operar en la sombra
Una de las grandes diferencias que encontramos en este capítulo en comparación con los anteriores es la ubicación de los objetivos, que, en esta ocasión, están bastante distanciados entre sí, permitiéndonos planificar en todo momento la hoja de ruta. Así, podemos comprobar cómo el amante de los paraísos fiscales se esconde en la embajada suiza, en un punto del mapa; mientras que el golpista se encuentra asediado en otro edificio acompañado de disidentes.
Tendremos, pues, la oportunidad de explorar libremente el mapa en busca de oportunidades de asesinato, objetos y extras que nos permiten explorar opciones desconocidas del juego. La jugabilidad y el estilo no ha cambiado en absoluto con respecto a Sapienza o París, pero sí que este capítulo se nos ha antojado un poco más pausado y tranquilo. Por ejemplo, si fallamos un asesinato la gran multitud de gente y los callejones de la capital del imperio islámico nos servirán de refugio perfecto para replantear la situación, cosa que en capítulos anteriores era más complicado.
De nuevo, la metodología característica de la franquicia repite esquemas en este episodio. Será imprescindible hacernos con los disfraces adecuados para pasar desapercibido, guardar las armas para no levantar sospechas y utilizar la fuerza bruta exclusivamente como último recurso. Desde el primer capítulo la desarrolladora premia la innovación y la originalidad a la hora de cometer los asesinatos en lugar de emplear las mecánicas de los juegos de acción de gatillo fácil.
Por supuesto, las oportunidades vienen precedidas por las características de nuestros objetivos. Recabar información mediante escuchas, observar los movimientos del banquero y el traidor, jugar un poco con sus nervios lanzando monedas y, en definitiva, empaparse directamente de Marrakech serán prácticas habituales si queremos conseguir la mayor puntuación del juego.
Mejorando la arquitectura de Hitman
Quizá uno de los elementos que más criticamos con el lanzamiento de Hitman el pasado mes de marzo fue su situación técnica, ya que los tiempos de carga aparecían incluso al entrar al menú, lo que cortaba radicalmente el ritmo de juego. En Sapienza estos errores se mitigaron un poco, y ahora en Marrakech la desarrolladora ha ido puliendo el motor gráfico para ofrecer una experiencia de juego a la altura de las siglas de la producción.
Si bien es cierto todavía nos encontramos con algún pequeño defecto en la tasa de imágenes por segundo, debido, en parte, a la gran cantidad de personajes que veremos en pantalla, la intención de configurar un título robusto de cara al lanzamiento completo del juego parece un compromiso por parte de IO Interactive. Habrá que esperar hasta el cuarto capítulo para ver si los avances en materia técnica continúan en una ruta favorable.
A nivel artístico el diseño de Marrakech brinda por sus tonalidades color canela, enriquecidas por el gran diseño de los callejones y oficios que pueblan las calles y contrastada, como no podía ser de otra manera, por una embajada de origen extranjero. El diseño de la fase, sin ser tan grande como Sapienza, sí que cuenta con más posibilidades a la hora de planear nuestros asesinatos, algo que anima al jugador a probarse a sí mismo y replantear las misiones una vez superada la aventura. Se mantienen, como no podía ser de otra manera, los contratos abiertos y la posibilidad de crear nuestras propias fases para compartirlas con la comunidad de jugadores.
Conclusiones
En definitiva, este tercer capítulo de ‘Hitman’ combina los dos episodios anteriores en cuanto a planteamiento, dándole más libertad al jugador para encarnar a un asesino a sueldo. Por supuesto, todo dependerá de la pericia –y paciencia, todo sea dicho- del jugador a la hora de proponerse sus propias metas. El diseño de la fase, la ambientación y el hilo argumental, que avanza a cuenta gotas mediante escenas cinemáticas, cumplen sobradamente en Marrakech, haciendo que la espera hasta Tailandia, localización del cuarto capítulo, sea un poco más llevadera.
Hitman - Episode Three: Marrakesh Launch Trailer