‘Gears of War 4’ tiene éxito en muchos de estos factores, pero no en todos. Sí, es divertido y a buen seguro, del agrado de aquellos que han disfrutado de los anteriores capítulos firmados por Epic Games, ¿y el multijugador? Pues también sigue ofreciendo muchas horas de sólido entretenimiento. Sin embargo, el conjunto ofrece la sensación de apostar demasiado sobre seguro con una forma muy estricta en el traslado de la fórmula. Pero vamos a comenzar por el principio.

25 años nos son nada

‘Gears of War 4’ comienza 25 años después del final de la Guerra Locust, un periodo en el cual el planeta Sera fue destruido casi en su totalidad. Dejando a un lado el uso de la emulsión, lo que queda de la humanidad se divide en dos facciones: mientras la CGO se ha convertido en un gobierno militarizado que protege (y mantiene) a sus ciudadanos dentro de ciudades amuralladas, los llamados "Outsiders" prefieren vivir por sus propios medios en lugares menos controlados y con menor tecnología. Tras una breve introducción en la que se revelan los eventos más destacados de la franquicia, como por ejemplo, la captura del Martillo del Alba durante las Guerras del Péndulo, se presenta al protagonista de esta nueva etapa, se trata de James Dominic Fenix ​​(o, simplemente, J. D.), hijo del anterior protagonista, Marcus Fenix. El primer contacto con el personaje se produce con el acceso ilegal a una de las bases del CGO. Junto a sus compañeros Kait Diz y Del Walker, el personaje se infiltra en la instalación para obtener “el fabricante”, un elemento con la capacidad de generar prácticamente cualquier material o arma en el momento. Desde aquí en la mayor parte de los capítulos iniciales el jugador se limita a derrotar hordas de robots conocidos como "DeeBees", y sólo desde el tercer capítulo se puede sentir una amenaza real en el juego con nuevas criaturas del tipo enjambre (un conglomerado de monstruo que aparecieron en Sera 25 años después de la Liberación de Azura). Extremadamente similares a los Locust, esta nueva y poderosa amenaza parece resurgir desde las entrañas de la tierra. Para hacerla frente los nuevos héroes van a necesitar ayuda, y la obtienen nada menos que del mismo Marcus Fenix, que se une al grupo ​​para intentar averiguar lo que está sucediendo, aunque lo cierto es que el final es algo decepcionante. ‘Gears of War’ siempre ha sido una serie especializa en dejar ganchos para enlazar con futuras producciones, algo que por otro lado nunca le ha impedido tener batallas finales espectaculares y argumentos que dejan arcos pendientes que generan bastante interés. Por desgracia, esto no lo vemos en la entrega, pues el juego finaliza de forma poco más que grosera para el jugador, de hecho, encajaría mejor como una obra vendida episódicamente que como un juego con formas más tradicionales.

La campaña también peca en el desarrollo del argumento con algunos errores importantes, es decir, se informa que J. D. fue expulsado de la CGO por algunos problemas de insubordinación y que tiene una relación difícil con Marcus, pero no se hace una sola referencia a lo que realmente sucedió. Aunque la sucesión de secuencias que da forma a la historia tropieza en no pocas ocasiones, el argumento cumple con su función y proporciona un contexto para dar pie a un sistema de juego que sigue siendo tan inspirado como siempre. El esquema básico se mantiene: se busca protección en diferentes coberturas mientras el jugador debe luchar contra hordas de monstruos que se apoyan en su inteligencia artificial para ponernos las cosas difíciles variando posiciones y utilizando armas como fusiles, ametralladoras y granadas.

Copiando la fórmula del éxito

La fórmula es exactamente la misma que la serie ha estado refinando desde su primer capítulo y todavía sigue ofreciendo sensaciones muy, muy buenas. Elementos como el peso de los personajes, la velocidad con la que se mueven y el sistema para los tiroteos se mantiene perfectamente a lo largo de los años y, en este aspecto, es fácil entender porque The Coalition ha decidido no moverse mucho de la imprimación. Pero hay novedades en forma de nuevas armas, como por ejemplo la escopeta Overkill o el rifle Embar que, aunque no cambian sustancialmente la fórmula, ayudan a desplegar nuevas formas de resolver los enfrentamientos. Sin embargo, aún se puede utilizar la característica "zona de seguridad" y mantenerse toda la aventura alternando coberturas con la clásica combinación entre el Lancer y Gnasher.

Otro elemento novedoso es la presencia ocasional de tormentas que cambian la forma en la que se comporta el campo de batalla. Los fuertes vientos influyen en la trayectoria de armas como el Boomshot y desalienta por completo el uso de granadas. Estas secuencias también ofrecen la oportunidad de utilizar elementos del escenario para derrotar a los enemigos, por ejemplo, se puede disparar a ciertas barreras para provocar que un coche o varios barriles terminen volando hacia el enemigo para diezmarlo rápidamente. Todas estas novedades son bien recibidas, pero no alteran la sensación de haber sido testigo de lo mismo muchas veces en el pasado y por desgracia no parece haber cambiado nada desde entonces. El modo campaña funciona, es bueno y todavía nos deja partes emocionantes, pero se echa de menos cierta frescura o algo más de inventiva - aunque sólo sea para equivocarse -, no hubiera estado de más haber comprobado las posibilidades de The Coalition apostando por algún elemento que podría ayudar a refrescar y aumentar el nivel de calidad estándar de la serie.

Multijugador con cantidad de posibilidades de juego

Los modos multijugador son de los más seguidos por los jugadores de la franquicia y es fácil sorprenderse por la gran cantidad de opciones que ofrece ‘Gears of War 4’, además de los clásicos Duelo por Equipos, Guardián, Zona de Guerra o Rey ​​de la Colina, también encontramos otras opciones como Carrera Armamentística, donde cada grupo cambia de arma cada tres bajas, lo que requiere replantearse constantemente las estrategias de ataque. También existe el inédito modo "Dodgeball", en el que cada jugador tiene sólo una vida, aunque se puede revivir un miembro de su equipo eliminando a un oponente, es decir, cada baja devuelve un compañero muerto del equipo. El modo está marcado por dramáticos giros y sólo toca su fin cuando se elimina el grupo por completo. Esta configuración crea la necesidad de trabajar como equipo y definir claramente el papel de cada jugador en el campo, ya que la ausencia de un solo miembro puede marcar la diferencia.

Dependiendo del modo elegido, ‘Gear of War 4’ también deja excesivas similitudes con los juegos anteriores en algunos aspectos, como lo que se puede aplicar al multijugador de lo aprendido en la campaña: muy poco, ya que en los modos competitivos el abuso de las coberturas lleva irremediablemente una muerte segura. También tropieza en algunos errores comunes de entregas anteriores, como la exagerada potencia de la escopeta Gnasher, algo que la ha permitido convertiste en el arma dominante en la mayoría de las partidas. Con todo lo anterior resulta difícil predecir el destino de los modos multijugador, ya que el gran número de opciones disponibles sugiere que muchos de estos serán olvidados por los jugadores en poco tiempo.

El encanto de la nueva Horda 3.0

A pesar de la enorme cantidad de opciones que hemos vista hasta ahora, el modo en red más apetitoso de ‘Gears of War 4’, es sin duda la nueva Horda 3.0, donde grupos de hasta cinco jugadores se enfrentan a 50 oleadas de enemigos cada vez con mayor dificultad. Aunque también es posible jugar la campaña de forma cooperativa en línea o en pantalla dividida, aquí es donde probablemente los jugadores pasarán más tiempo peleando con amigos. El conocido como “Fabricante”, que también aparece en el modo campaña, define el punto principal de defensa, ya que es el responsable de fabricar los diferentes artículos para la defensa, que se adquieren mediante los puntos recogidos durante la batalla.

La nueva Horda 3.0 ofrece retos interesantes incluso en el modo de dificultad normal, aunque da a los jugadores la oportunidad de tomar un respiro al final de cada etapa. Esto asegura más variedad al ritmo de juego y evita que el modo llegue a ser frustrante, algo esencial para una experiencia que tiende a consumir horas con cada partida.

Algo que debería generar controversia es la decisión de Microsoft de introducir un sistema de microtransacciones que afecta al modo. El uso de dinero real o monedas acumuladas después de las partidas, permite al jugador comprar paquetes de cartas que esconden algunos privilegios, garantizan mayor eficacia, aportan modificaciones estéticas a las armas o desbloquean héroes. Aunque muchos de estos artículos ofrecen características interesantes, se percibe cierta falta de equilibrio en la forma. Es decir, la adquisición de nuevos paquetes no es precisamente un proceso frustrante, pero los desarrolladores han creado un marco para dar prioridad a las transacciones en las que el jugador tiene que dejarse dinero real para conseguir algo de contenido interesante. Este aspecto es algo que los desarrolladores suelen ajustar dependiendo del éxito del formato recaudatorio y el número de reclamaciones recibidas.

Conclusiones

No se puede negar que ‘Gears of War 4’ es un juego notable, un producto de entretenimiento capaz de divertir durante muchas horas, pero eso es algo que se puede asegurar con todas las entregas numeradas de la franquicia. Sin embargo, es difícil deshacerse de la sensación de no estar jugando algo más fresco o novedoso que una cobarde versión de la serie ligeramente modificada a manos de un tercero. La campaña presenta personajes poco desarrollados y algún elemento falla cuando la intensidad se deja sentir sólo después de haber invertido más de tres horas en una experiencia que dura un máximo de ocho. Sin embargo, lo más decepcionante es el final, que se traslada de forma muy repentina y deja demasiados cabos sueltos.

La campaña principal se queda por debajo de las expectativas, aunque se compensa con modos multijugador robustos y variados. Lo más destacado es sin duda el modo Horda 3.0, que marca uno de los pocos puntos en los que The Coalition abandona su zona de confort para crear una experiencia que no se limita a replicar los anteriores elementos de la franquicia.

‘Gears of War 4’ no es el mejor juego de la serie, de hecho, es el más flojo de las entregas numeradas, pero es capaz de proporcionar el suficiente entretenimiento como para llamar la atención de los seguidores de la serie y de los que tienen hambre de contenido de calidad en Xbox One y PC. Sin embargo, The Coalition ha perdido la oportunidad de desarrollar una experiencia diferenciada. La sensación, sobre todo después de terminar la campaña, es la de haber empleado correctamente unas horas que están marcadas por contenidos ya conocidos y situaciones demasiado familiares, casi como la talla de una misma pieza moldeada por diferentes artesanos. En otras palabras, el cuarto juego de la serie denota que su fórmula necesita elementos más frescos. Será necesario que la desarrolladora haga algo más que seguir escrupulosamente la receta para que la franquicia pueda seguir siendo relevante en el futuro y no se convierta en una repetición constante de las mismas mecánicas y situaciones.

Gears of War 4 - Tráiler de lanzamiento