Aquí no hay ni dios
Según se detalla al comenzar el juego, todos los elementos de la naturaleza provienen de una esencia única, algo que los sabios antiguos pudieron constatar sobradamente, aunque en este camino previo Los antiguos también aprendieron que al igual que la vida tiene un límite, el conocimiento no conoce fronteras ni frenos. Para evitar que con la muerte de los sabios se perdiera definitivamente este conocimiento, se dividió y se depositó en diferentes zonas del planeta con la apariencia de notas de canciones que debidamente invocadas controlan las fuerzas de la madre naturaleza.
Para ayudar a rescatar el conocimiento de los antiguos sobre la naturaleza, una tribu tratará de recopilar e invocar todas estas partes del conocimiento, que servirán para abrirles paso hacia nuevas tierras que a su vez les llevarán hasta nuevas representaciones tribales de sabiduría que les permitirán continuar avanzando. Para ello controlaremos El Halito, una entidad representada por un brillo en pantalla que cambia de aspecto de acuerdo con los recursos que manipula.
En From Dust no se nos plantea la opción de actuar o asumir el papel de un dios, de hecho no se logra en ningún momento de la producción, ya que si la única premisa del juego es manipular el terreno para que los miembros de la aldea encuentren un camino para llegar al punto marcado en los escenarios, no podremos despistarnos ni un momento ante la amenaza de otras devastadoras fuerzas naturales, de hecho es obligatorio supervisar al detalle el camino que recorrerán los aldeanos mientras intentamos protegerles de toda clase de adversidades. Ya en las primeras misiones nos daremos cuenta que nuestros poderes están limitados, por ejemplo a crear un puente de tierra recogida de cualquier parte del mapa situándola sobre un riachuelo para permitir que los aldeanos alcancen el objetivo, o recoger de un volcán determinada cantidad de lava para crear un muro rocoso que proteja la aldea de las consecuencias de una serie de tsunamis que liberan todo su poder cada determinado tiempo, lo que puede derivar en la muerte accidental de tus adoradores y la pérdida del conocimiento. Aunque para evitarlo, además de las mencionadas habilidades, como transportar tierra y agua, también es posible utilizar algunos poderes más importantes, como la posibilidad de recoger temporalmente una cantidad ilimitada de elementos, así El Halito puede dividir un río permitiendo que sus seguidores atraviesen las aguas y como en las escrituras bíblicas, lleguen intactos hasta el otro lado. Sin embargo y como ya apuntamos antes, al mismo tiempo la entidad también posee las mismas limitaciones que los humanos con respecto a la fuerzas de la naturaleza, observando impotente como un volcán escupe su lava sobre las viviendas de la aldea o como un tsunami borra literalmente un asentamiento.
Estas limitaciones también se plasman en la total falta de control sobre los aldeanos, pudiendo únicamente indicar el punto de destino final, lo que acarrea algún que otro problema, ya que son los mismos personajes quienes determinan la ruta sin contar con los programados desastres naturales que les llevarán a una muerte segura, algo que se soluciona (en la mayoría de los casos) creando una ruta directa que exige un esmero y dedicación excesivo a todas luces.
La nula inteligencia con la que están dotados los aldeanos también les priva de disponer de prioridades, algo que se constata cuando un seguidor con la habilidad de invocar se aleja del punto de invocación ante la amenaza de un desastre natural que está por llegar, permitiéndose alejarse sistemáticamente de sus obligaciones para tomar posiciones seguras. Cuando los aldeanos se pierden, se equivocan de ruta o simplemente se paran, generalmente, piden auxilio mostrando su posición en el mapa, sin embargo, también puede ocurrir que se detengan en cualquier lugar aun siendo complicado para el jugador encontrarlos al no brotar el icono.
Gráficos/Audio
Uno de los puntos más fuertes de From Dust lo encontramos en la ambientación creada para trasladar el mínimo, aunque suficiente guion. Y es que From Dust impacta tanto argumental como visualmente. El comienzo del juego nos muestra como la tribu realiza una especie de ritual para invocar a El Halito, mientras la historia está narrada por un sabio en su propio idioma, lógicamente acompañados de sus correspondientes subtítulos. Mientras a nivel gráfico, destacar la bella representación de islas, archipiélagos y demás superficies. La música de los tambores de los aldeanos nos acompañará casi constantemente, algo que ayuda en la inmersión general del jugador.
Conclusiones
Que From Dust es un título diferente no lo puede negar nadie, que sea decididamente atractivo, adictivo o que su propuesta, a pesar de original, se facture como completa es otro cantar. La habilidad de moldear el terreno es algo extremadamente divertido gracias a la manera de realizarlo, aunque le falte algo de agilidad a la hora de actuar o tomar decisiones, combinado con niveles muy exigentes, y una ambientación e historia muy motivadora, el viaje de un pueblo hacia el conocimiento recopilado por sus antepasados, eso sí, contando con la falta de esmero en algunos elementos gráficos y la inteligencia artificial de los seguidores de El Halito
From Dust - Tribus en Peligro
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Elric Ruiz