8 Bits
El juego de Polytron y Microsoft Studio nos propone acompañar a Gomez, un habitante de un pequeño pueblo de un mundo bidimensional donde llega un artefacto misterioso que descubre una nueva realidad, una nueva dimensión que bajo la forma de un cubo amenaza la existencia del universo al fragmentarse y esparcirse por este curioso mundo. Nuestra misión consiste en guiar a Gomez con el fin de encontrar todos los pedazos y reemsamblarlos para evitar la destrucción de todo lo que conoce. El juego comienza como un plataformas de 8 Bits bidimensional con coloridos pixeles, aunque muy pronto el universo de Gomez se verá amenazado; tanto que el juego se bloqueará y se reiniciará la partida, incluida la BIOS del propio universo, para desfilar de nuevo ante nosotros los logos de inicio y la leyenda “Press Start”. Una vez recomenzada la aventura, el jugador se dará cuenta que aun con una apariencia idéntica, algunas cosas han cambiado en el mundo de Gomez. Ahora cuenta con una nueva dimensión que permite rotar 90° todo el conjunto como si dispusiéramos de cuatro planos para explorar y encontrar las partes de los cubos. No hay nada más en FEZ, solo exploración, no tenemos que enfrentarnos con enemigos, disparar ningún tipo de proyectil, pasar por encima de ningún jefe de fase o plantearse estrategias para avanzar en este particular mundo abierto.
Jugando con los cubos
El universo de Gomez ha recogido en sus diferentes mundos los distintos fragmentos del misterioso cubo, que el jugador debe recoger explorando los planos de las estructuras para acceder a lugares que a primera vista parecen inaccesibles. Para ello contamos con elementos como escaleras, puertas cerradas, cofres que contienen las llaves para estas puertas, trampolines, plataformas en movimiento, escaleras o bombas para destruir paredes y así descubrir nuevas rutas, entre muchos otros elementos. Se accede a cada mundo a través unas puertas por las que nos trasladaremos hasta un escenario temático y específico tanto en apariencia como en mecánica. El universo de Gomez es realmente grande, aunque para guiarnos o terminar de desconcertarnos contamos con un mapa que marca los mundos que hemos visitado y los resultados obtenidos en ellos, aunque su compresión es algo más que complicada. Además, tener una idea de lo que llevamos recolectado es francamente complicado, lo que nos obligará a regresar al punto inicial para ordenar la progresión, ya que es fácil atravesar alguna puerta que nos traslade hasta un mundo demasiado alejado del comienzo. Además de los cubos que forman al artefacto,también debemos encontrar los anti-cubos formados con materia oscura, pues cada cubo dorado tiene su réplica azul. Para conseguir estos cubos especiales el jugador tendrá que realizar originales tareas, como emplear un código QR que combinado con un teléfono móvil nos revelará la serie de botones que necesitamos para obtener el cubo de materia oscura. Por el camino también recogeremos una serie de misteriosos pergaminos. Misteriosos porque todavía no les hemos encontrado utilidad, aunque se rumorea que contienen claves que descubrirán nuevos secretos del juego. Conseguir estos cubos de antimateria supone una tarea especialmente difícil, ya que las mecánicas para conseguir cualquier objetivo en el juego varían sin motivo aparente, lo que hace que los puzles sean complicados de resolver por su irregularidad, aunque también evita que el jugador se relaje.
Casi un imprescindible
Tras muchos retrasos y no pocas polémicas, el proyecto de Polytron ha llegado al mercado con una importante cantidad de errores de programación que esperemos se solucionen con posteriores parches. Estos fallos desesperan al jugador más allá de la misma dificultad del juego, ya que incluye problemas de guardado, de hecho hemos tenido que comenzar el juego desde cero hasta en dos ocasiones, paredes que no desempeñan su papel y permiten que Gomez caiga al vacío, produciendo además un bucle insalvable o simplemente bloques que no están donde deberían, es como si el código se olvidara de disponer en su sitio todos los elementos.
El diseño de niveles y la dirección de arte por el contrario ofrecen un conjunto sorprendente. Todas las estructuras que guarda el juego son asombrosamente complejas. La cantidad de posibilidades y opciones que ofrece cualquiera de los escenarios supera ampliamente lo establecido, mientras la dirección artística se encarga de poner el punto fresco con unos gráficos retro al estilo de los juegos de 16 bits. De la misma forma, el apartado musical engloba una cantidad respetable de melodías de corte minimalista que cumplen su función perfectamente. El juego llega con textos de pantalla en perfecto castellano.
En resumen, FEZ engloba casi todos los aspectos que permiten que un juego independiente salga de la prisión de los mediocres para ofrecer al gran público un juego especial, bonito, interesante y largo. Claro, la recomendación es obligada para aquellos que estén dispuestos a salirse de la línea habitual con un innovador gameplay y una cantidad de secretos tan grande, que todavía estamos por descubrir la mayor parte de la producción. Una pena la enorme cantidad de errores que contiene el código, aunque esto damos por hecho que se irá solucionando. De momento, se queda en casi un imprescindible del bazar de Xbox Live Arcade.
FEZ - Tráiler de lanzamiento
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Elric Ruiz