El Páramo en nuestras manos
La historia de esta secuela se centra en los acontecimientos posteriores al final de la obra original. El Profesor Loco se ha rehabilitado -recordamos que fue el villano de la primera obra- y ha prometido ayudar al Páramo -lugar donde transcurre la aventura- a su reconstrucción después de un misterioso terremoto. Con una presentación que combina los personajes Disney a modo de musical, se presenta una historia que, sin ser demasiado profunda y bastante predecible en algunos momentos, sirve como excusa perfecta para ponernos a recorrer niveles con nuestros protagonistas. Y es que, una de las principales características de este nuevo Epic Mickey reside, principalmente, en su componente cooperativa, ya que al ratón se le unirá Oswald, el conejo de la suerte, personaje de vital importancia en el desarrollo de la aventura.
Así pues, Mickey Mouse volverá a buscar el pincel mágico para restablecer el orden en el Páramo. En un pequeño nivel que sirve de introducción de personajes y nos ayudará a familiarizarnos con la jugabilidad, el protagonista se encontrará con Oswald, convirtiéndose en co-protagonista de la obra gracias a su capacidad para planear y su mando de control, que permite piratear dispositivos electrónicos así como hacer frente a enemigos con los que Mickey no puede en solitario.
El Retorno de Dos Héroes funda sus cimientos basándose en su obra predecesora, por lo que volveremos a visitar algunos de los escenarios conocidos en la sobremesa de Nintendo -aunque modificados para la modalidad cooperativa- y adentrándonos en nuevos niveles con la misión de arreglar los desperfectos y descubrir qué está ocurriendo en el Páramo. El guión, continuísta y, como decíamos, con algunos momentos que no dejan lugar a la imaginación por ser tan previsibles. Pese a todo, es de agradecer que existan tantas secuencias cinemáticas tan bien elaboradas para darle un componente narrativo notable, con canciones inspiradas en el universo Disney y coros -en perfecto castellano- para hacernos sentir como si estuviéramos viendo un clásico de la productora.
Cooperación obligatoria
Centrándonos en su jugabilidad, hay que destacar que Epic Mickey 2: El Regreso de Dos Héroes está pensado para jugar en compañía. Mickey hará uso de su pincel multiusos, con el que podrá dibujar, construir y pintar diversos elementos que han sido borrados del mundo, a lo que se suma la habilidad de Oswald con la electricidad que podremos utilizarla en nuestro favor para restablecer generadores, bloquear enemigos, etcétera. Además, el conejo podrá alzarse en el aire y planear para llegar a sitios imposibles, y Mickey podrá agarrarse a sus patas para cruzar precipicios peligrosos o llegar a zonas altas sin demasiados problemas. La cooperación de los protagonistas es obligatoria en este sentido, ya que los niveles han sido diseñados para ser jugados por dos héroes. Un ejemplo perfecto para ilustrar el comportamiento de los personajes son las batallas, en las que tendremos que utilizar la habilidad de Oswald para desactivarlos temporalmente y que su compañero remate la faena.
La idea de jugar en compañía es excelente, siempre y cuando tengamos a alguien con quien jugar al lado, ya que lamentablemente el título pierde enteros si lo jugamos en solitario. Los tiempos de carga abundantes entre fases, la sensación de no saber bien cuales son los objetivos y, sobre todo, la pésima inteligencia artificial de la que ha sido dotado Oswald hacen que esta secuela se disfrute, casi únicamente, en su vertiente multijugador. Es bastante frustrante ver cómo el co-protagonista no se comporta como es debido en los momentos de batalla -dejándonos vendidos, o dejándonos morir en varias ocasiones-, así como en los puzles, donde tendremos que tener una paciencia extrema para que el conejo haga su trabajo. Todos estos errores se solventan, no obstante, si jugamos con alguien a nuestro lado, ya que, inexplicablemente, el juego carece de un modo cooperativo online para jugar con otros jugadores del mundo.
De esta manera, el desarrollo de la obra se centra en ir recorriendo niveles tridimensionales -y alguno plano bidimensional muy nostálgico y divertido- para desentramar el hilo argumental. Decidir si queremos reconstruir el Páramo o destruirlo influirá en la moralidad de los héroes, haciendo imprevisible nuestro siguiente movimiento que, por supuesto, tendrá una gran relevancia a la hora de mostrar uno de los numerosos finales de los que ha sido dotada la obra. Si optamos por construir, seremos premiados con un desenlace diferente al mostrado si nuestra intención es borrar del mapa el Páramo en su totalidad.
Por otra parte, uno de los elementos más característicos del género son los objetos coleccionables, abundantes en esta obra y que aumentarán gradualmente las horas de diversión si queremos desbloquear el videojuego al cien por cien. A lo largo y ancho del videojuego, seremos testigos de las necesidades de los dibus -habitantes del Páramo que a su vez son diseños antiguos de Disney-, ofreciéndonos misiones secundarias para recuperar una cantidad determinada de objetos, ayudar a resolver un puzle, etcétera. Al principio puede chocar la cantidad de objetivos que se nos presentan, ya que durante las primeras partidas el videojuego deja al jugador a su antojo, sin demasiadas guías ni consejos para moverse libremente por el mundo. La exploración, en este aspecto, será fundamental, y por eso es importante remarcar que la experiencia en solitario es, en cierta medida, frustrante gracias a la inteligencia de Oswald.
Si recordamos la obra original, uno de sus principales problemas fue la cámara de juego debido al control propuesto con el mando de Wii. Por suerte, en esta segunda parte este aspecto ha sido mejorado gracias a la inclusión del segundo joystick, con el que podremos manejar la cámara a nuestro antojo. No obstante, la versión de PlayStation 3 cuenta con un añadido interesante: la inclusión de PlayStation Move, con el que podremos pintar libremente apuntando directamente a la pantalla. La versión de Wii U utiliza la pantalla del mando como mapa y selección de objetivos, e inexplicablemente no permite la opción de utilizar el mando de Wii para utilizar el pincel como en anteriores ocasiones. La versión con menos opciones es la de Xbox 360, que no cuenta con soporte para Kinect, el sensor de movimiento de Microsoft.
Un clásico Disney tridimensional
En la parte técnica nos encontramos con una actualización del motor de juego en alta definición para las sobremesas actuales. Los escenarios son pintorescos y bonitos, pero no lo suficientemente grandes como para dar una sensación de libertad real. Multitud de tiempos de carga lastran el ritmo del juego, debido a que los escenarios son bastante más pequeños en comparación a otros títulos del género. Otro punto negativo son algunas animaciones, inexistentes -como en el caso de romper una caja- u ortopédicas, dando la sensación de que aún estamos en la pasada generación de videoconsolas.
La música, por su parte, es uno de los puntos fuertes del juego. La desarrolladora ha decidido crear para la ocasión una banda sonora acorde a la magnitud de la obra, con unas composiciones bastante rítmicas, que se nos quedarán grabadas en la cabeza durante mucho tiempo. A las melodías pegadizas y mágicas hay que sumarles un doblaje al castellano notable, tanto en las voces de los personajes como en las secuencias de animación donde hasta el apuntador se anima a cantar. Los más pequeños de la casa -y algunos grandes, también- disfrutarán de los números musicales como si de una película se tratara.
En definitiva, Epic Mickey 2: El Retorno de dos Héroes es una obra divertida, sobre todo para los más pequeños de la familia, que sabrán perdonar los errores más notorios del juego. Aquellos que disfrutaron de la obra original encontrarán el título como una secuela muy continuista, pero que carece de la magia que sí ofrecía el original. Al ser un videojuego pensado para jugarse en compañía y contando con una inteligencia artificial más que deficiente, la experiencia para un sólo jugador se ve lastrada desde las primeras partidas, generando una sensación de monotonía y aburrimiento que puede llegar a lastrar un título que esperaban con ansia los seguidores de su precuela.
Epic Mickey El Retorno de Dos Héroes - El poder de la Música
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Victor Moyano