El guión nos llevará a Londres en plena época victoriana, donde nuestro protagonista tendrá que investigar el robo de un collar de perlas muy valioso para un cliente. En este primer punto de la aventura -que servirá de tutorial para familiarizarnos con los controles del juego-, tendremos que utilizar nuestro ingenio para descubrir quién ha robado la joya y dónde se encuentra. La toma de contacto con los personajes y el estilo de juego cuajan perfectamente con el estilo literario de Conan Doyle, y la enrevesada trama, a pesar de que en algunos momentos parece no tener sentido, se aclara perfectamente a medida que van sucediendo los diálogos y descubrimos las primeras pistas.

Solucionado el tema del robo, nuestro protagonista entrará en una carrera de doble fondo, pues será acusado -entre otras cosas- de haber hecho un vulgar cambiazo en cuanto al objeto anteriormente recuperado mientras investiga el asesinato del obispo de Knightsbridge . A medida que avanza la aventura, nuevos detalles irán apareciendo a la luz sobre la vida y metodología del detective, empañando su buen nombre y volcando a la sociedad en contra del personaje. Scotland Yard, que en incontables ocasiones ha necesitado la ayuda de Holmes, seguirá los movimientos del antihéroe, así como la prensa amarilla, que no dudará en cuestionar los métodos y destapar las acciones más oscuras oscuras de nuestro protagonista, como, por ejemplo, el uso de drogas. Incluso el fiel acompañante del detective, el Dr. Watson, se volverá contra él en algunas ocasiones.  La exploración de escenarios, el recorrido de éstos en busca de objetos y pistas, así como los interrogatorios a los personajes que habitan en Londres se mezclarán perfectamente para crear una atmósfera muy acorde con el personaje literario.

Sin querer desvelar demasiados detalles sobre el oscuro argumento -ya que se trata del punto fuerte de la obra-, cabe destacar que, a pesar de las incontables referencias a otros casos que sí han aparecido en libros de bolsillo, la trama es completamente nueva, creada por la desarrolladora especialmente para la ocasión. De hecho, uno de las piezas clave dentro del argumento se trata de la evolución de los personajes y los misterios que esconde cada uno. Se trata, sin ir más lejos, de presentar los detalles más desconocidos y oscuros de los protagonistas, dejando en paralelo las investigaciones. Como ya hemos comentado, el binomio Holmes-Watson se verá afectado por todo tipo de situaciones.

De esta manera, El Testamento de Sherlock Holmes se presenta como una aventura donde la exploración y los rompecabezas están a la orden del día. Comenzaremos en un escenario y, a medida que vayamos progresando por la sala y descubriendo pistas, se irán desbloqueando nuevas localizaciones de la ciudad, conoceremos a nuevos personajes y nos adentraremos en la trama hasta llegar a la verdad. Para ello, Frogwares ha decidido alternar el control del videojuego entre tres personajes: Sherlock Holmes, el Dr. Watson y, por último, el perro de Sherlock, que utilizará su olfato para acceder a pistas imposibles para los demás protagonistas. Los controles son muy similares para los tres personajes, lo que más varía es el posicionamiento en cuanto al argumento de la aventura, que hace pensar al jugador sobre la presunta inocencia o culpabilidad del protagonista.

Para llevar a cabo las investigaciones pertinentes en cada escenario utilizaremos los métodos que sirven de pilar básico para el género. En primer lugar, explorar cada detalle que nos parezca curioso será una constante dentro de la aventura, así como hablar con los habitantes que puedan aportarnos pistas o detalles que se nos han pasado por alto. Una vez nos hayamos empapado del entorno, tocará mirar hacia dentro de uno mismo y reflexionar sobre lo conocido, o, tal y como está presentado en el juego, será hora de abrir el menú de deducciones.

Dicho menú nos brinda la oportunidad de explorar diversos caminos en la investigación y de conectar ideas que tengan relación para ver toda la situación desde un punto de vista mucho más amplio. Llegar a la verdad es una tarea que requerirá del cerebro del jugador, ya que en función del camino que tengamos abriremos la puerta a nuevas conversaciones e interrogatorios, así como a pistas que desconocíamos. Esta metodología está muy bien empleada, y, realmente, logra conectarnos con el personaje y hacernos sentir que estamos investigando casos reales. Lamentablemente, el sistema de fallos del juego no nos permite equivocarnos en exceso, es decir, que si vamos probando todas las opciones al final daremos con la correcta, sin penalización alguna.

Tendremos, además, la posibilidad de utilizar el sexto sentido del protagonista, que no será otro que dejar al descubierto los detalles que nos hayamos dejado por el camino. Este tipo de ayuda será de agradecer para todos aquellos jugadores que pierdan la paciencia, estén en un punto muerto de la aventura donde no saber qué hacer o simplemente para los jugadores más impacientes. Completar la obra nos llevará entre 10 y 15 horas, en función de lo ágiles que seamos mentalmente, y, como suele ser habitual en este tipo de géneros, rejugar un título de estas características carece de sentido -más allá de revivirlo en años posteriores, o de conseguir todos los logros o trofeos que brinda el juego-.

Otro de los detalles que más se han cuidado en la obra es la ambientación. El retraso de dos años de la obra -hay que recordar que el título fue anunciado para 2010 y apareció en el mercado europeo hace pocas semanas-, viene justificado por la intención de crear un nuevo motor gráfico que muestre con más detalle el universo del personaje de Conan Doyle. El resultado, sin embargo, nos deja con un sabor agridulce.

Por una parte, los escenarios y el sistema de luces están muy bien recreados. No faltarán los detalles macabros y las sombras dinámicas, así como una buena ambientación para recrear la ciudad londinense del siglo XIX. Sin embargo, todo este mimo que le han dedicado al apartado gráfico se ve condicionado por unas animaciones y unas expresiones faciales robóticas que, en algunos casos, resultan hasta cómicas. El movimiento de los personajes en ocasiones roza lo ridículo, y desentona por completo al tratarse de una obra con un argumento superior a la media. Una verdadera lástima.

Donde más se notan estos errores es en la vista que presenta el videojuego en su primera toma de contacto, es decir, la tercera persona. En este punto, cabe destacar que existen problemas de control, ya que el personaje -independientemente de sus movimientos de robot- rota sobre si mismo cada vez que queremos dirigirnos en dirección contraria a su vista, con la consecuente pérdida de tiempo y paciencia, en algunos casos. Por suerte, podremos recurrir a la vista en primera persona -seremos los ojos del personaje- para movernos libremente por los escenarios y ver detalles que podríamos haber dejado pasar por un uso inadecuado de la cámara.

Para cerrar la ambientación, El Testamento de Sherlock Holmes viene acompañada de una banda sonora que, sin ser espectacular, cumple con creces el cometido de acompañarnos de la mano durante la aventura. Lo que sí despunta del apartado sonoro es su doblaje, que, pese a estar en inglés, caracterizan perfectamente a los personajes con las expresiones británicas de la época. Eso sí, los textos vienen perfectamente traducidos en castellano, por lo que no hay excusa para entender la magnitud de la historia.

En otro orden de cosas, quizá uno de los elementos más perjudiciales del videojuego sea el ritmo. Es cierto que al tratarse de una aventura gráfica no podemos esperar el nivel de dinamismo de un juego de acción, sin embargo, algo más de velocidad a la hora de presentar los casos y las escenas cinemáticas dotarían a la obra de un sabor mucho más dulce. La curva de dificultad de la obra es bastante gradual y, aunque en los primeros compases del juego podemos vernos abrumados ante la cantidad de opciones deductivas que se nos presentan, una vez le hayamos cogido el gusto al argumento, todo será mucho más llevadero y sencillo. Los puzles, a su vez, están muy bien implementados y son realmente divertidos para aquellas mentes que busquen un reto intelectual dentro de un videojuego.

En definitiva, estamos delante de uno de los mejores videojuegos de Sherlock Holmes en cuanto a argumento y posibilidades jugables. La trama preparada por el estudio cuaja a la perfección con la ambientación presentada y, si no fuera por sus problemas de control en algunas ocasiones y sus animaciones dignas de la pasada generación, sin duda estaríamos hablando de uno de los grandes lanzamientos del género. No obstante, si perdonamos los fallos anteriormente mencionados, la obra se deja jugar bastante bien, y encantará a todos los jugadores que busquen un argumento sólido y enrevesado, además, por supuesto, de todos los seguidores de las peripecias de Sherlock Holmes.

El Testamento de Sherlock Holmes - Lanzamiento

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Victor Moyano