Jugabilidad
La vida de Vincent, un elemento del género masculino con 32 años que no tiene claro que hacer con su existencia y su futuro sufrirá un sádico revés cuando conozca a Catherine, una chica dulce y sexy que tiene todo lo que este treintañero desea como vía de escape de su propia vida. Las metas y aspiraciones de Vincent se ven cercadas por una relación amorosa consolidada, aunque algo fría y un trabajo poco reconfortante. Además se siente presionado por su novia Katherine, la cual tras varios años de noviazgo insta a nuestro protagonista a formalizar la relación y olvidarse de la soltería y de sus largas sesiones de alcohol en su bar favorito con los amigos. Precisamente durante una de esas noches Vincent conoció y compartió copas y al parecer algo más con Catherine, ya que a la mañana siguiente despierta desnudo junto a la dulce rubia, que también descansa libre de ropa. Una mala decisión, ya que este es el punto de partida de una serie de pesadillas cuyas consecuencias van más allá de una ligera subida de tensión.
Catherine se divide en dos apartados principales, el primero es el trato social y la interacción con el resto de personajes y elementos que complementan la historia. Esta faceta se desarrolla durante las horas en las que Vincent se encuentra despierto y se enmarcan en el bar, donde podremos conversar con el resto de personajes o investigar algunos elementos de la leyenda. Ya que la trama gira sobre una leyenda urbana en la que se describe como mueren los hombres infieles mientras duermen, lo que se confirmará con nuevos cadáveres al amanecer. Por la noche, cuando Vincent ya está durmiendo empiezan las pesadillas, unos extraños sueños donde nuestro personaje luce unos inmensos cuernos de carnero en una escalada demencial sobre bloques que debemos situar o eliminar convenientemente para escalar la torre o morir en el intento. Lo que significa no despertar.
En cuanto a la parte social, el juego cuenta con secuencias interactivas de carácter muy estático, aunque en algunas ocasiones tendremos opción de variar las respuestas con otras opciones de diálogo. En definitiva, son un mero trámite para acceder a las escenas de juego que completan el argumento. Durante nuestras estancias en el bar podemos entrenar las técnicas de colocación de bloques mediante una recreativa que emula el juego en formato arcade clásico, charlar con el personal así como con el resto de clientes y sobre todo contestar los mensajes de móvil de nuestras chicas. Las opciones aquí son más variadas y ricas, permitiéndonos responder en el tono que nos parezca adecuado a través de varias frases predefinidas.
Nuestras respuestas y elecciones se medirán en una barra que refleja lo bueno y lo malo, aunque aparentemente las elecciones que nos trasladan no son necesariamente lesivas ni perjudiciales, las contestaciones tendrán un peso determinante en el recorrido de Vincent y su desenlace, que variará entre los ochos finales previstos para cada situación, ya que cada cual es libre de crearse una representación muy fidedigna del carácter del personaje, ya sea el de un hombre arrepentido que ha cometido un error, o simplemente alguien que pasará por la vida como una maleta. Las situaciones en las que Vincent se ve envuelto con la bella Catherine son como la mitad una larga travesía, muy tarde para echarse atrás y muy lejos del destino, junto a una compañera que le incita a no alejarse para pagarle con frustración. La misma que sentirán aquellos que esperan un despliegue de escenas fuera de lugar, ya que las representacion sexual que tiene el juego está planteada con madurez, destinando sus esfuerzos en plasmar una temática adulta y actual.
En cuanto a los puzles y rompecabezas, Catherine nos propone una sucesión de pruebas en las que el jugador tiene que desplazar una serie de cubos empujándolos o dejándolos caer al vacío para que caiga el resto de la estructura y así poder escalar hasta la cima antes de caer junto a los pisos inferiores, que van desapareciendo en una contrarreloj donde también tendremos que luchar con otros corderos. El juego aumenta considerablemente su dificultad según se avanza en la historia, ya que irán apareciendo en escena algunos cubos con propiedades especiales, no se pueden mover, resbalan, se destruyen con el peso, etc. Para dar fin a cada escena, el equipo de creativos ha querido mostrar los miedos más irracionales de nuestro protagonista con enemigos especialmente inquietantes, como un bebe, un hijo de Vincent que gatea por la pared mientras ruega que no lo mates.
La dificultad del juego es elevada. Aun en el modo normal el reto es complicado de superar y requiere nervios de acero, velocidad, buenos reflejos y altas dosis de paciencia. En cuanto a los modos de juego, Catherine permite compartir retos con amigos en los modos Babel cooperativo y VS Colosseum en el que lucharemos para ser el primero en alcanzar la cima.
Gráficos
Las cinemáticas de Catherine están creadas por Studio 4ºC, que cuenta en su historial con obras como The Animatrix, las películas Steamboy, así como colaboraciones en Halo Legends o Rogue Galaxy, lo que es fiel reflejo de lo que podemos encontrar en el juego, una estética manga que refleja de forma coherente y exagerada en gestos un apartado artístico muy adulto. El diseño de los personajes está perfectamente elaborado y la química entre ellos está al nivel que siempre se promete y rara vez se cumple. Tanto es así, que todos los personajes son perfectamente reconocibles aunque no se muestren en pantalla con la imagen que teníamos de ellos en un primer momento.
Audio/Sonido
El juego recoge para su banda sonora una serie de temas con toques de blues y algo de Jazz para completar un sensual apartado musical que cambia radicalmente en las secuencias de pesadilla, donde abundan los efectos metálicos y los sonidos lúgubres. Independientemente, la obra musical que incluye el juego es bastante buena a niveles generales, traspasando incluso las fronteras del juego, donde se desenvuelve a las mil maravillas.
Catherine llega a nuestro país con las voces en inglés o Japonés y textos fielmente localizados a nuestro idioma, sin ningún tipo de recorte ni pudor en el traslado de los textos, aunque algunas escenas dotadas con voces de fondo no se han subtitulado y se han pasado por alto. Un trabajo de localización excelente aunque con algún desafortunado despiste.
Conclusiones
Catherine es un soplo de aire fresco tanto para una cita ocasional como para establecer un compromiso serio, un producto enfocado a un público maduro, lo que no quiere decir que no sea atractivo a los ojos de adultos jóvenes, aunque muchas de las angustias que sufre Vincent son más comunes de los treinta que de los veinte y el juego no perdona la ingenuidad. Una experiencia original, inteligente y divertida que no dispone de una jugabilidad profunda pero abre un nuevo espectro tanto a nivel mecánico como narrativo, además de ofrecer una buena dosis de erotismo a través de escenas muy cuidadas. Mas allá, que cada cual elija: ¿Catherine o Katherine?
Catherine - Lanzamiento
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Elric Ruiz