Hidetaka Mizayaki no será un nombre tan conocido dentro de la industria como Shigeru Miyamoto o Hideo Kojima, responsables de serie como ‘Super Mario Bros.’ o ‘Metal Gear Solid’, respectivamente, pero durante los últimos años su imagen ha ido cobrando fuerza gracias, en parte, a que sus últimas obras han planteado retos para nada compatibles con esa sensación de seguridad que abrazan la gran mayoría de proyectos de hoy en día. Hablamos de la serie ‘Demon’s Souls’ y ‘Dark Souls’, dos títulos que han sufrido los jugadores más atrevidos, abrazando mecánicas conocidas y posicionando la muerte del jugador como un paso necesario para la dominación de la obra. Tras varias ediciones y secuelas de ‘Dark Souls’, Mizayaki regresa con ‘Bloodborne’, un título exclusivo de PlayStation 4 que recoge el testigo de la serie ‘Souls’ y lo transforma con la intención de devolver al jugador el protagonismo absoluto. ¿Preparados para morir una y otra vez? Bienvenidos a Yharnam.
Yharnam, una ciudad victoriana al servicio de la muerte
La trama argumental de ‘Bloodborne’ se abre camino desde los primeros compases de la aventura. Para comenzar se presenta la ciudad de Yharnam como una combinación entre la época victoriana aderezada con tecnología al servicio de sus ciudadanos. A esta preciosa a la par que peligrosa ciudad llega nuestro protagonista, creado desde cero por parte del jugador, y donde pronto descubriremos que una letal infección está arrasando la conducta de sus ciudadanos, amenazando la vida tal y como se conocía hasta ahora. Nuestra misión es clara: encontrar el centro neurálgico de esta maldad absoluta y cortar su poder antes de que sea demasiado tarde.
FromSoftware, la desarrolladora trás ‘Bloodborne’ y ‘Dark Souls’, conoce perfectamente cómo juguetear con los nervios del personal. Las similitudes entre la serie ‘Souls’ y esta nueva producción son evidentes, aunque lo suficientemente diferenciadas como para justificar el cambio de título. Si ‘Dark Souls’ suponía un viaje donde la magia y la defensa eran nuestras mejores bazas, en ‘Bloodborne’ invertimos los papeles para adentrarnos en un sistema de combate mucho más cercano, carente de magia, y más centrado en la ofensiva. Este hecho no debe confundir al jugador, pues no estamos ante de un videojuego como ‘Bayonetta’ o ‘Devil May Cry’, donde aporrear botones a diestro y siniestro es una constante. En ‘Bloodborne’ el jugador debe estar al tanto de diferentes parámetros –entre los que destaca la vitalidad y la cantidad de enemigos a los que podemos atacar directamente- para evitar caer rendidos. Si bien es cierto que se incluyen multitud de armas a corta distancia para hacer frente a los infectados de la sangre, el poder de estos es superior al nuestro, y una mala gestión en el ataque puede terminar con nosotros en un santiamén. No existen medias tintas: si dejamos a un enemigo libre, por pequeño e inofensivo que parezca, estamos obviando una amenaza que en cualquier momento puede terminar con nuestra vida y paciencia, todo sea dicho.
Pero antes de comenzar a medir habilidades en combate, hay que crear un avatar en un completo editor que sirve para llevar nuestra representación a este furioso mundo. El proceso de creación de personajes es simple pero muy intuitivo, con opciones como sexo, diversos peinados, cicatrices, gafas al más puro estilo steam punk –que encajan a la perfección dentro del concepto artístico victoriano representado- e incluso se puede determinar el pasado del personaje, algo que repercutirá inequívocamente en la clase del avatar. En cualquier caso, pronto descubriremos que el rostro y la complexión se fortifican con armaduras y atuendos que aumentan los atributos del personaje.
El Sueño del Cazador. El único respiro
Las amenazas en ‘Bloodborne’ son tan frecuentes que la sensación de peligro acompaña al jugador durante toda la partida. No obstante, del mismo modo que sucede en ‘Dark Souls’, contamos con una pequeña fase donde descansar y sentirse seguro: el sueño del cazador, al que llegamos si nuestra vitalidad cae a cero. En este nexo además de encontrar un espacio libre de bestias se ubican las opciones de personalización y expansión de armas y atributos. Una vez recompuestos, será cuestión de regresar al último punto de control –u otro anterior- para localizar ese monstruo que ha acabado con nuestra vida y saciar nuestra sed de venganza una y otra vez. Aunque parezca desproporcionado, en ‘Bloodborne’ moriremos constantemente. De hecho, el propio desarrollador confirmó que su interés en la obra era poner a prueba a los maestros de la serie ‘Souls’, y advertimos desde el primer minuto que, independientemente del nivel de dificultad al que decidamos jugar, el sueño del cazador será nuestra segunda casa, de hecho la visitaremos cada muy poco tiempo.
Para hacer frente a los enemigos contamos con diversas armas, como espadas, lanzas y martillos, cada cual más extravagante que la anterior. Como en los mejores exponentes del género, cada objeto cuenta con sus propios atributos en relación a la velocidad, fuerza y usos, aunque aquí podemos emplear cada arma de dos maneras diferentes: utilizando los ataques básicos –rápidos y con un daño normal- o los ataques cargados –que requerirán más tiempo pero producirán un daño letal-. La combinación de estos dos ataques sumado a las armas de fuego adjudicadas a la otra mano del protagonista, procura que cada combate pueda librarse de diferentes maneras, bien encontrando los puntos débiles de las criaturas, buscando las estrategias evasivas más efectivas para evitar volver al inframundo o ambas.
Contamos, además, con movimientos evasivos y acciones con las que atacar a los enemigos por sorpresa, acechándoles por la espalda y acabando con ellos con un golpe cargado sin más problemas. No obstante, no todos los enemigos son tan fáciles de aniquilar, algunos incluso se resistirán a ser despistados por una piedra lanzada estratégicamente, lo que obliga a replantear estrategias. Si el jugador muere aquí el enemigo se quedará con todo lo acumulado, a diferencia de ‘Dark Souls’, tendremos que aniquilarle para recuperar lo perdido en combate. Por supuesto, a medida que vamos avanzando el personaje irá recolectando experiencia y objetos de diversa índole para fortificar su equipo. Este punto no sólo es necesario, sino imprescindible, pero habrá que andar con ojo, pues no se puede llevar una cantidad de objetos ilimitados. ‘Bloodborne’ exige que el jugador piense con cautela y rapidez, le obliga a manejar con premura cada objeto y mejora con el fin de avanzar hacia su próximo objetivo.
Compañeros en la muerte
En ‘Bloodborne’ también existe la posibilidad de invitar a otros jugadores para que nos echen una mano. FromSoftware ha facilitado opciones para que dos conocidos se encuentren en la red, habilitando además una gestión de contraseñas dentro de las partidas que nos permiten invitar a nuestros propios amigos. Esto no es algo menos que casual, ya que el videojuego nos anima –y obliga, en ciertas partes- a jugar en solitario. Además, el hecho de ir en compañía no significa que el trayecto sea menos peligroso; de hecho, habrá más enemigos a derrotar. Además de esta vertiente, también podemos invadir partidas ajenas para causar estragos a un jugador o enfrentarnos directamente en los modos jugador contra jugador. Por supuesto, el modo asíncrono recogido de la serie ‘Souls’ también está presente. Este sistema nos permite encontrar mensajes de otros usuarios que murieron en zonas del juego, siempre permitiendo dejar los nuestros para advertir –o despistar- a los demás.
Todo esto viene aderezado con una fantástica banda sonora y un apartado técnico que, sin llegar a ser perfecto, cumple de sobra. En el plano técnico no estamos ante un videojuego como ‘The Order’, ni mucho menos, más bien una evolución de lo visto hasta el momento en la serie ‘Souls’, que mejora aprovechando la potencia de la sobremesa de Sony. El título se apoya, sobre todo, en su excelente diseño artístico, que realza el apartado audiovisual y nos transporta directamente al epicentro del peligro. Las animaciones y detalles que presenta la obra son notables, así como el diseño de los enemigos –sobre todo los jefes finales de fase-, con una mezcla de estudiados contrastes que permiten ese ambiente tétrico y peligroso que tanto gusta. Lamentablemente hemos encontrado algunos bajones en la tasa de imágenes por segundo, más si cabe a la hora de entrar en partidas multijugador.
Conclusiones
En síntesis, ‘Bloodborne’ es uno de los mejores videojuegos exclusivos que habitan actualmente en el catálogo de PlayStation 4. FromSoftware ha sabido traer de vuelta los conceptos que hicieron grande a ‘Dark Souls’ modificándolos para ofrecer un nuevo producto capaz de enganchar de principio a fin, potenciando esa aguda sensación de frustración –no en su acepción negativa, sino constructiva- olvidada en estos tiempos. Los jugadores que insistan, peleen y estudien a sus enemigos, verán como cada esfuerzo recibe su recompensa, ya sea con nuevos objetos y dinero o el simple placer de liberar endorfinas.
Mizayaki ha logrado superarse con un producto basado en la dificultad. Un nuevo mundo que, a pesar de contar con ciertas similitudes referentes a sus anteriores obras, brilla con personalidad propia. Las posibilidades en línea mejoradas también añaden un toque de variedad al conjunto, y estamos seguros que los jugadores clásicos, hastiados de tanta recompensa fácil, verán en ‘Bloodborne’ uno de esos proyectos al que dedicar decenas de horas. El sufrimiento, en este videojuego, está justificado, y lo que es más importante: el dolor y la muerte engancha.
Bloodborne – Tráiler Lanzamiento