Realmente, mas allá de los cambios en la producción, el equipo de desarrollo y algunos detalles que no terminaban de encajar dentro de lo que los seguidores de la línea de videojuegos esperaban, a estos les preocupaba más el curso de la historia y del juego en sí mismo que los aparentes recortes en el conjunto. De todos modos, tras el resultado de Arkham City, era difícil imaginar cómo ir más allá con un estudio diferente. Pero Warner decidió apostar por el regresó a los primeros años de Bruce Wayne como el caballero de la noche para hacernos partícipes de cómo el muchacho sediento de venganza se convirtió en el hijo más ilustre de Gotham.
Dos partes de la misma obsesión
Gran parte de la experiencia de la serie Arkham se asienta en su trama y Arkham Origins no baja el listón en este sentido a pesar de su comienzo lento, desacompasado y mal definido. Tanto es así, que probablemente estemos ante la mejor parcela del juego, ya que introduce algunos elementos que enriquecen la mitología del personaje y complementa lo que hemos visto en los juegos anteriores.
Para presentar un joven Batman que comienza con su carrera como justiciero, Warner se deshace de la historia más reciente de murciélago y, al mismo tiempo, trabaja con los primeros contactos que este irá acumulando con las principales figuras de la mitología del héroe. Buena prueba de ello, es que en este periodo no se ha ganado la confianza de Gotham y sigue siendo tratado como una leyenda urbana, aunque por otro lado, todos los cuerpos de seguridad de la ciudad tienen orden de capturarlo. Y es que en los tiempos del entonces Capitán Gordon, Bruce Wayne es más temerario, inexperto e inmaduro. Esto no es más que uno de los alicientes de la precuela que dejan sentir un contrapunto entre la fuerza y habilidad de un personaje más joven, pero que todavía no está preparado para cargar con las auténticas responsabilidades de un superhéroe. Evidentemente, pronto llegará el momento en el cual se dará cuenta de que la situación en la que se encuentra es mucho peor de lo que imaginaba inicialmente, algo que también ayudará a dar forma a la figura que todos conocemos.
Sin embargo, la carta ganadora de Origins, el As de diamantes del juego, es la nueva génesis de una de las relaciones más dicotómicas del cómic: Batman y el Joker. Aunque los orígenes del título se refieren a 'Arkham Asylum', el verdadero origen es la relación entre estas dos fuerzas. Incluso con una gran galería de villanos, el peligroso psicópata es capaz de quedarse como protagonista del show, como el mejor actor de un espectáculo que presenta las razones de su obsesión. Si el insuperable final de Arkham City dejó claro que la demencia de uno es el alimento del otro, Origins explica de forma apasionante como comenzó todo. Pero no podemos obviar que la serie logro definir Arkham en el segmento de las obras capaces de construir una buena historia sobre una relación mecánica que destaca las esencias del personaje. Por esto, se puede llegar comprender que Warner no haya cambiado prácticamente nada en el juego. El problema es que ni se han planteado crear un solo elemento capaz de diferenciar un título de otro.
Esencialmente, y en términos generales 'Batman: Arkham Origins' es como una gran extensión de 'Arkham City'. Un producto que básicamente recoge los mejores ingredientes y momentos de lo que vimos hace unos años. Comenzando con el escenario, todo que lo vimos en la entrega de la ciudad prisión se repite - y aunque el marco argumental da algo de alivio, no es suficiente como para justificar algunos elementos específicos que se repiten en esta ocasión.
Orígenes jugables
En relación a las mecánicas, Batman: Arkham Origins continúa fiel a lo que Rocksteady ha presentado anteriormente. Esto significa que el juego no tiene ninguna mecánica realmente novedosa, ya sea en combate o en los elementos que conforman la exploración de Gotham City, lo que permite que el formato sea muy familiar. Pero, a pesar de optar por una vía segura y no presentar cambios que comprometiesen la receta original, Warner se decidió a añadir algunos pequeños elementos al arsenal del héroe. Nos estamos refiriendo a los nuevos gadgets del caballero de la noche, que en realidad son un legado de la versión para Nintendo Wii U, y que no varían ningún aspecto del modo de juego, pero que logra crear nuevas posibilidades de interacción.
Sin embargo, lo más novedoso de Batman: Arkham Origins es su sistema de investigación. Más allá de actuar como un héroe o un vigilante enmascarado, Batman es un detective y, finalmente, se comporta como tal en la serie. Es cierto que la búsqueda de pruebas siempre ha estado presente en Arkham, pero por primera vez Batman parece estar capacitado para deducir por el mismo. Esto se realiza de un modo muy sencillo, en lugar de limitarse a buscar pistas en la escena de un crimen, el héroe es capaz de utilizar toda la tecnología de su traje para reconstruir la escena a modo de realidad aumentada, permitiéndolo avanzar y retroceder sobre una secuencia que se traza recogiendo pruebas. Es un truco que funciona muy bien en términos de inmersión, sin embargo, no cambia nada el funcionamiento general. El jugador puede mover la secuencia hacia adelante y hacia atrás en la búsqueda de algo que se pueda escapar a la vista en un primer momento, pero que revela mucho de lo sucedido. En realidad no es más que una forma más dinámica e interesante de hacer algo que ya existía. La diferencia es que muestra una faceta poco explorada del personaje.
En cuanto a la distribución de misiones y objetivos, de nuevo cae sobre Origins la desilusión que produce repetir bastantes de los momentos y escenas que hemos vivido en juegos anteriores. Buscar la solución de los acertijos de enigma, la búsqueda del Joker, las olas de matones en escenarios y situaciones que ya hemos vivido con anterioridad. Incluso algunos de los combates contra los jefes son idénticos a juegos anteriores. En todo caso el problema de 'Batman: Arkham Origins' no es mantener la mecánica de sus predecesores sin cambios, esto lo hacen bien. El problema es que no se aplica a ningún elemento novedoso, diferenciador. Todo es una reutilización de momentos que ya hemos visto.
Arkham estrena multijugador
Si es cierto que Warner Bros., no añade nada significativo a la campaña, no se puede decir lo mismo de los modos de juego, ya que la serie estrena vertiente multijugador. Así, 'Batman: Arkham Origins' introduce por primera vez en la serie un modo online, que para sorpresa, se las arregla para mantener la esencia de la serie intacta incluso en un ambiente con múltiples jugadores. El secreto radica en la división de tareas durante el juego. Por ejemplo, el equipo que asume el papel de los matones necesita dominar ciertas áreas, y lógicamente el equipo de héroes debe luchar para evitar que esto ocurra. El resultado ofrece una experiencia dinámica y variada que viene a confirmar que el formato tiene hueco para modos de juego competitivos sin perder las características de la franquicia.
Por último, y entrando en la vertiente técnica, Batman: Arkham Origins es como un gran catálogo de despedida de los problemas de rendimiento de Unreal Engine 3 que son muy evidentes en la última -primera- gran aventura de Batman. Aunque el resultado visual es bastante positivo, repiten los viejos problemas, como el retraso en la creación de texturas, sombras, efectos, y sobre todo, las molestas caídas de imágenes por segundo. Esto no sería nada más que un problema visual, si la mecánica de combate no se obligase a pulsar determinados botones o secuencias en el momento adecuado para evitar ser golpeado y continuar el combo. Sin embargo, estas ralentizaciones constantes permiten que el jugador pierda la concentración y finalmente el ritmo de combate.
La banda sonora repite con los acertados temas y ambientaciones de las entregas anteriores y además de textos de pantalla perfectamente localizados, el doblaje del juego en castellano se puede instalar desde un segundo disco, aunque su calidad no es demasiado elevada y la desincronización facial con los textos es constante.
Conclusiones
Tras completar la experiencia que ofrece Batman: Arkham Origins, la incógnita sigue sin respuesta: ¿Cual es el objetivo real de lanzar una precuela de la serie Batman Arkham? A pesar de lograr expandir el universo del héroe 'Batman: Arkham Origins' es sin duda el título más flojo y descuidado de toda la última serie Arkham. Eso no quiere decir que sea malo, simplemente no tiene el mismo encanto que los otros títulos. Y el problema no es la reutilización de la fórmula o las mecánicas, pero el hecho es que las repeticiones deben ser aplicadas en nuevas situaciones o sujetas a diferentes términos, y aquí no pasa. Son los mismos desafíos cambiando el villano en cuestión. Por supuesto, la novedad del multijugador puede desviar un poco de atención, pero funciona más como un complemento, que como una parte importante de la experiencia. La campaña es el centro de la serie, tanto como su narrativa y su capacidad para crear situaciones complicadas en el universo del héroe. El problema es que la creatividad no estaba incluida entre los documentos originales que entregó Rocksteady, y esto no se puede emular.
Batman: Arkham Origins - Tráiler de Lanzamiento
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