“Me perdí un año entero de la vida de mi hija”, comienza Goldfarb. “Incluso no recuerdo qué ocurrió durante el final del ‘Battlefield 3’ porque estaba aniquilado. Creo que mi hija tuvo un cólico durante tres meses, así que fue una interminable revelación el saber que estaba haciendo las cosas mal. Mi padre murió cuando terminaba ‘Bad Company 2’ y tampoco fui a verle”. Este tipo de situaciones no son demasiado comentadas en los medios de comunicación, y dejan entrever la cantidad de estrés y dedicación que produce dedicarse a proyectos de alta envergadura.

“En algún momento tomas estas decisiones y vives con ellas, pero no siempre son las decisiones correctas. ¿Voy a hacer eso siempre? ¿Esto qué significa? Que tendré 70 años y miraré hacia atrás y diré: Dios mío, estaba haciendo millonario a algunas personas. Eso es lo que estaba haciendo. No quiero hacer eso, así que es un gran cambio en mi vida”, declara Goldfarb.

Las declaraciones de Goldfarb son comunes en la industria. En una encuesta a desarrolladores de varios estudios se desveló que más del 50% de los entrevistados declaran trabajar entre 40 y 60 horas a la semana, mientras que el 32% confirma su dedicación con una media de más de 60 horas de trabajo. “Sólo quiero hacer lo que quiero hacer”, declara Goldfarb en su despedida. “He sido afortunado por trabajar en franquicias que han sido exitosas. Siento que he contribuido a su éxito, pero no son mías. Para mí, es muy importante centrarme en cosas que me importan mientras trabajo”, concluye. Por el momento, su nuevo estudio no tiene ningún videojuego anunciado, aunque se espera nueva información durante las próximas semanas.

Battlefield: Bad Company 2 - Lanzamiento