“Ahora mismo, los estudios están trasladando sus recursos de desarrollo”, explica Key. “Para un juego como ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’, muchas de sus ventas vendrán de la generación actual. No podemos hacer una versión para PlayStation 4 o Xbox One que sea demasiado diferente ya que no podemos venderla. Así que, por ahora, las desarrolladoras y diseñadores están centrados en hacer un juego que funcione realmente bien en dichos sistemas, pese a que la transición de recursos a la nueva generación será más difícil debido al poder de las máquinas, lo que nos permitirá dar rienda suelta a la creatividad”, explica.
Este hecho podría relacionarse con la decisión de última hora de Ubisoft de retrasar varios meses uno de sus títulos estrella, ‘Watch_Dogs’, que iba a estrenarse en noviembre en la actual generación y en Xbox One y PlayStation 4. “Es desgarrador desear estar para el lanzamiento y no poder hacerlo, pero desde la perspectiva del negocio fue una decisión difícil de tomar”, declara Key. “‘Watch_Dogs’ está diseñado para ser una marca a largo plazo para Ubisoft. No lo vamos a lanzar hasta que sepamos que es equivalente a la visión que puede lograr. Jugamos a largo plazo, y como compañía, sabemos lo importante que es hacerlo bien”, concluye.
Por último, Key apuntó a la guerra que librarán PlayStation 4 y Xbox One como máquinas de nueva generación similares en línea, declarando que la diferencia de precio no tendrá repercusión a la hora de que los jugadores escojan una plataforma u otra, ya que las videoconsolas demuestran por sí mismas lo que valen. Xbox One se pondrá a la venta pasado mañana en territorio europeo a un precio de 499€, mientras que PlayStation 4 aparecerá a finales de mes al precio de 399€.