No obstante, esta ruptura llega al tiempo de las acusaciones de corrupción que está recibiendo el organismo así como los posibles sobornos recibidos en relación al proceso de elección de las sedes para el Mundial de Rusia (2018) y Qatar (2022), incrementado por la denuncias de abuso de derechos humanos en el país que se encargará de los preparativos del torneo en el año 2022.
Según informes relativos al Nikkei, el acuerdo alcanzado con la FIFA ascendía la suma de 279$ millones de dólares, convirtiendo a la corporación internacional con base en Japón, en uno de los seis patrocinadores oficiales abarcando el terreno de la electrónica y el entretenimiento. La asociación permitía la promoción y comercialización exclusiva de la marca (incluyendo PlayStation) en los eventos y competiciones de la FIFA, así como los negocios de electrónica, juegos, películas y música a nivel mundial. A pesar de no confirmase oficialmente, los rumores apuntan a la coreana Sumsung como posible sucesora.