Chipspain está de acuerdo en que ofreciendo para la venta y vendiendo tarjetas R4 ha obrado ilegalmente. Según su responsable, José Gracia Fuster, “el uso de estos dispositivos es saltarse las medidas de seguridad desarrolladas por Nintendo para que nuestros clientes puedan jugar con copias pirata de videojuegos en la consolas Nintendo DS. Por tanto, Chipspain reconoce que la importación y la venta de cartuchos R4 es ilegal bajo la legislación española cuando son utilizados con el principal fin de utilizar copias piratas. La venta de estos dispositivos y el suministro de copias pirata de videojuegos causan un daño y un perjuicio, no solamente a multinacionales como Nintendo, sino también a muchos otros actores en la industria del videojuego”.
Es el caso de los desarrolladores de videojuegos españoles, como José Manuel Íñiguez, fundador de la empresa de desarrollo valenciana Akaoni Studio, que declaró en el proceso judicial que “el desarrollo de videojuegos de alta calidad para los consumidores es una alta prioridad para Nintendo y para desarrolladores como Akaoni Studio; por tanto, dependemos de Nintendo para ofrecer la mejor protección posible de nuestros derechos de propiedad intelectual, que garantice que el rendimiento económico de nuestro trabajo y creatividad quede protegido frente a la piratería. Por eso, apoyamos firmemente los esfuerzos de Nintendo por proteger sus sistemas contra la piratería. Los necesitamos para garantizar la continuidad de nuestro negocio”.