La leyenda cuenta que la gente de Angren, mitad bestias y mitad humanos, le fue otorgado El Bosque del Norte de Janost por el Rey Kalume, por sus esfuerzos en la guerra contra los demonios que aterrorizaban Zandorya. Sin embargo, cuando llegaron a esta nueva región colonizada, los Angren se vieron obligados a luchar contra la deidad del bosque, Raksha, quien creía que los Angren podrían destruir el bosque al colonizarlo. El conflicto terminó en un acuerdo entre la deidad y los Angren. Los mitad bestias, mitad humanos, no podrían dañar el bosque y deberían ayudar a la deidad a proteger el bosque de los intrusos. En recompensa, el dios protector les aceptaría como parte del bosque, mientras protejan el templo sagrado.