Aunque la compañía esperaba cerrar su ejercicio fiscal con pérdidas, la previsión que estimaban era casi un cincuenta por ciento inferior a la obtenida. Pero el golpe final lo han recibido al obtener las cifras de sus exportaciones a otros continentes, ya que más de 80% de su producción se exporta al resto de países, y su moneda, al ser más fuerte frente al dólar y el euro, ha recibido unas pérdidas que ascienden a la suma de 52.000 millones de yenes. Aunque la venta de sus portátiles ha obtenido buenos resultados financieros, la venta de software ha descendido significativamente. Estos resultados han llevado a Nintendo a perder más de un 7,5% en el valor de acciones, según ha mostrado el índice Nikkei.